Lesión de rodilla de Joel Embiid
El camerunés tiene que parar por problemas en el menisco lateral de la rodilla izquierda. Un terrible contratiempo para los Sixers y un golpe casi definitivo para su candidatura al MVP.
Las cosas van mal en Philadelphia, donde en los últimos días cada noticia es peor que la anterior y la situación de Joel Embiid ha puesto en un extraño y peligroso torbellino a una franquicia que había vivido feliz casi toda la primera mitad de la temporada, a la espera de qué hacer y qué no hacer en el mercado (se cierra el jueves) tras la salida de James Harden, que se llevó su talento pero, desde luego, dejó tranquilidad.
Justo después de que Embiid anotara 70 puntos contra los Spurs y pusiera signos de exclamación a su candidatura para repetir como MVP (promedia más de 35 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias), llegó el partido que no jugó en Denver, la catarata de comentarios sobre cuántas ganas tenía de enfrentarse a Nikola Jokic en la altitud de la Mile High de Colorado y, justo después y tras perderse también el partido en Portland, una mala noche en la Bahía, en la que jugó visiblemente mermado contra los Warriors y acabó lesionado. Se pasó de hablar de si quería o no saltarse ciertos partidos a debatir por qué había jugado ese de San Francisco. Un lío que cuestiona toda la estructura de la franquicia (la toma de decisiones) y que va a seguir siendo un polvorín porque las pruebas realizadas a la rodilla izquierda del pívot camerunés han revelado que tiene dañado el menisco lateral.
Por ahora, lo único que se sabe en cuánto a tratamientos y plazos es que Embiid no jugará en los próximos días mientras los Sixers y él deciden qué hacer y cómo hacerlo. Para empezar, esta lesión puede ser el golpe definitivo a las opciones de repetir como MVP de un Embiid que estaba en dinámica de lograr algo increíble y que solo ha conseguido hasta ahora Wilt Chamberlain: acabar una temporada con más puntos que minutos en pista. Pero el de hoy en Salt Lake City fue el decimotercero que se pierde en la temporada (de los 47 que han jugador los Sixers). En cuanto un jugador, con las nuevas (y ahora cuestionadas) normas que se aplican a partir de esta temporada, se pierde más de 17 partidos (tiene que llegar a un mínimo de 65) deja de ser elegible para el MVP y los quintetos All NBA. También es probable que Embiid se pierda el All Star de Indianápolis, para el que había sido elegido como pívot titular del Este.
Pero el verdadero asunto, el crucial, está en los plazos y las garantías de recuperación de Embiid ahora que los playoffs, poco a poco, empiezan a asomar en el horizonte. Camino de los 30 años que cumplirá el próximo mes y sin haber jugado todavía ni una final de Conferencia, esta era una temporada clave para un jugador que siempre arrastra la sombra de las lesiones, de la dificultad para jugar al 100% de sus (enormes) posibilidades, sobre todo cuando llega la primavera. Veremos cómo afecta para todo eso este nuevo y peligroso contratiempo… y qué hacen los Sixers de aquí al jueves, día en el que se cierra el mercado de invierno.
Una noche memorable de Tyrese Maxey
Después de las pésimas noticias con la rodilla izquierda de Embiid, los Sixers tenían que salir a jugar en Salt Lake City, contra esos Jazz súper anotadores que son un dolor de muelas y en el quinto partido de una gira en la que habían perdido los cuatro anteriores y se habían visto atropellados por todos los líos de su jugador franquicia y superados en el Este por Knicks y Cavs (quintos, de repente). La perspectiva era pésima antes de volver a casa, pero quedaba una excelente noticia en el tintero: Tyrese Maxey volvía después de tres partidos de ausencia y estrenaba, además, condición de all star.
Maxey anotó 51 puntos, en una noche memorable que abrió con los 10 primeros de su equipo, y salvó los muebles de un pésimo viaje para los Sixers. Una victoria (30-17) que reengancha anímicamente a un equipo en plena zozobra, lograda a costa de unos Jazz (24-26 ahora) que fueron siempre haciendo la goma pero tuvieron el triunfo en su mano. El bombardeo de Lauri Markkanen (28 puntos, 10 rebotes) propició una remontada sellada con un triple de Collin Sexton (de 102-108 a 120-117). Ahí, en los últimos dos minutos, los Jazz fallaron para dar el golpe definitivo y los Sixers enlazaron triples de (cómo no) Maxey y Patrick Beverley (120-123). Entre nervios, fallos y revisiones arbitrales, los Sixers aseguraron el triunfo, uno muy importante dadas las circunstancias, a base de tiros libres. Maxey acabó con una serie de 17/27 en tiros totales y 7/9 en triples, y firmó un partido extraordinario con el liderazgo que va a hacer falta hasta que haya más claridad sobre los plazos de recuperación de Embiid. Además, Tobias Harris jugó en un perfecto rol de escudero: 28 puntos, 5 rebotes, 7 asistencias. Y Kelly Oubre Jr (16 puntos) anotó tiros importantes en el último cuarto.