El ala-pívot español ha completado una buena cuarta temporada en la NBA y ahora tendrá que resolver su futuro ya que no amplió en otoño su contrato.

La hora clave de Santi Aldama

Acabó la temporada para Memphis Grizzlies. Puesto todo en la balanza, decepcionante. Una obvia recuperación tras el desastre del curso pasado, perdido por culpa de las lesiones y los problemas extradeportivos de Ja Morant: de 27 victorias a 48 y regreso a playoffs, pero por la gatera del segundo play in y enviado a una muerte anunciada, y de las duras, contra OKC Thunder, la gran bestia del Oeste. Esas 48 victorias y el octavo puesto arrancado en la repesca están por debajo del rendimiento en aquel sorprendente y feliz tramo de dos temporadas (2021-23) en las que el equipo de Tennessee enlazó 56 y 51 victorias y dos segundos puestos del Oeste. Con premios individuales (Ja Morant fue Jugador Más Mejorado, Jaren Jackson se llevó el de Defensor del Año) y una semifinal de Coferencia en 2022. Tres años después, sigue siendo la última serie que ha ganado un equipo cuya reconstrucción, desde luego, ha encallado.
Con solo nueve partidos de fase regular por jugar, fue despedido Taylor Jenkins, hace no mucho un entrenador intocable pero que estaba ya consumido por un ambiente muy enrarecido. Tuomas Lisalo no ha hecho demasiado, sea justo o no en una muestra tan escasa y visto el rival de primera ronda y la lesión final de Morant, para quitarse la etiqueta de interino. Sobre todo porque muchas voces piden un entrenador experto, con galones NBA, para saber qué pasa de verdad con el supuesto big three Morant-Desmond Bane-Jackson Jr. Algunos apuestan por dinamitar ya ese núcleo y rehacer los salarios y, por lo tanto, el equipo. Los que piden otro año, prefieren otro entrenador. Uno que parezca una opción más segura. Lisalo es brillante pero tiene solo 42 años y sus éxitos han llegado en Bonn y París. Para algunos, al otro lado del Atlántico, falta pedigrí.
Un proyecto en un punto crítico
Así que hay muchas más dudas que certezas en los Grizzlies, que no saben hacia dónde tirar. Tras el cambio de entrenador, no hay pantalla entre el ojo público y el general manager, Zach Kleiman. Del que no cuesta imaginar que, ya sin red, se jugará el puesto en los próximos meses, en función de las decisiones que tome ahora. Morant, que deja dudas obvias como jugador franquicia de un equipo con máximas aspiraciones, y Bane, un jugador bueno pero seguramente no uno de los tres mejores en, otra vez, un equipo que quiere ser campeón, tienen ya grandes extensiones en marcha. Y eso complica la de Jaren Jackson Jr, otro cúmulo de virtudes y defectos con el que los Grizzlies acaban sin saber muy bien qué hacer. Tiene solo un año más de contrato y puede ampliar por cuatro extra y 147 millones. O, descartado el Defensor del Año, si (muy poco probable) entre en los quintetos All NBA, por cinco y 345. El supermax. Pero parece poco probable, ahora mismo, que haya acuerdo. El jugador quiere hacer caja, los Grizzlies tienen derecho a cuestionar que su rango sea de máximo (en el escenario actual de los aprons, especialmente) y la cosa puede quedar en suspenso y pendiente de un cierre de mercado invernal en 2026 que puede ser movidito.
Los Grizzlies han cometido errores que han acabado siendo determinantes, piedras en el camino, en los últimos años. En el draft y en su empeño, obvio, por llevar al equipo al siguiente nivel. Si se analiza cómo y cuándo fueron saliendo Kyle Anderson, De’Anthony Melton, Steven Adams, Tyus Jones y hasta Dillon Brooks, queda una sensación de trabajo mal culminado, sin apenas movimientos reseñables en la agencia libre y una penosa apuesta, a la vista del resultado, por Marcus Smart, que costó dos primeras rondas entre hacerse con él y enviar, después y en un ataque de pánico, su contrato a los Wizards. Al final, nada.
Un punto crítico también para Aldama
Así que el verano es peliagudo, algo a tener en cuenta porque es, también, el verano de Santi Aldama. El ala-pívot español (24 años) ha completado, en lo individual, una muy buena cuarta temporada en la que ha dejado sus mejores números en puntos (12,5), rebotes (6,4), asistencias (2,9), robos (0,8), tiros de campo (48,3%) y triples (36,8%). En todos, sus topes. Ha jugado 65 partidos (promedia más de 67 en las tres últimas temporadas), 16 como titular (35 el curso pasado, con más lesiones en el roster). Y ha demostrado, definitivamente, que es un buen jugador de rotación, todavía en desarrollo; un suplente fiable que puede saltar al quinteto si hace falta como parche, y un jugador que se maneja bien en ataque en el espacio entre el tres y el cuatro. Mejor con más protección interior y con más problemas cuando ha tenido que desempeñar un rol más interior (incluidos minutos de falso pívot) tras la lesión de Brandon Clarke. De hecho, está por ver si los Grizzlies quieren mantener a ambos, Clarke y Aldama, junto a los dos rookies que han sido titulares (entre el tres y el cinco) esta temporada, el sorprendente y brillante Jaylen Wells (hasta su lesión, también) y el gigantesco pívot Zach Edey, que deja casi en cada partido razones para pensar que puede ser dominante… pero también que va a tener muy difícil ser un jugador de referencia en el actual ecosistema NBA.
Son decisiones trascendentales porque, ahora, Aldama estará en el mercado. El español no firmó ninguna extensión el pasado verano, cuando podía hacerlo. Y comenzó la temporada en ese limbo que dejó todo pendiente de este verano que le llega en Memphis porque tampoco fue traspasado, antes del cierre invernal, como expiring contract. Ha cerrado su contrato rookie, firmado en 2021 (número 30 del draft) por cuatro años y un total de 10,2 millones (3,9 la pasada temporada). Los Grizzlies fueron ejecutando sus opciones para oficializar el tercer y el cuarto curso (los dos primeros estaban totalmente garantizados) pero no alcanzaron ningún acuerdo de extensión con un Aldama que ahora podrá ver qué hay para él en el mercado de una NBA en la que ha demostrado que, desde luego, tiene sitio.
Casi en cualquier escenario, y más en el actual, propulsado por una burbuja de millones que seguirá creciendo con los nuevos contratos televisivos, Aldama ha jugado con un contrato excelente para su equipo. El que heredó de su posición en el draft, ya que los rookies de primera ronda (top 30) tienen establecidos los salarios de sus cuatro primeros años. En el rango actual (el sueldo medio ronda ya los 12 millones y sigue creciendo), no era descabellado pensar que Aldama podía haber sacado, el pesado verano, una cifra en torno, más o menos, a los 45 millones por cuatro años; en línea de la midlevel exception completa, la que tienen a su disposición los equipos que no pagan impuesto de lujo.
Pero no hubo nada. Durante los Juegos de Paris, pareció algo vinculado a ese periplo con la Selección que las dos partes se habían tomado como un paréntesis antes de ponerse a hablar de verdad. Pero el tiempo pasó y Aldama, que cambió de agencia de representantes, y los Grizzlies no anunciaron ningún acuerdo hasta de que se cerrar el plazo, el día que comenzó la regular season 2024-25.
Ahora, se abren distintas opciones para el canario. Puede alargar, otro intento, su vínculo con los Grizzlies antes de que se abra el mercado, pero tiene que ser cuando terminen las Finales de 2025, no antes aunque su equipo esté ya de vacaciones. Si tampoco sucede en ese tramo, saldrá definitivamente al mercado cuando este abra en verano, en el cambio del calendario de junio a julio. Lo normal es que lo haga como agente libre restringido, porque, en una hoja de ruta convencional, los Grizzlies le firmarán la qualifying offer (5,9 millones) para asegurarse así el derecho a igualar cualquier oferta por él.
Si el español llegara al mercado, en teoría la opción más improbable, sin acuerdo de extensión ni esa oferta cualificada de los Grizzlies, sería agente libre sin ninguna restricción. Otra opción pasaría por jugar ese próximo curso (2025-26) con la qualifying, por esos 5,9 millones, y ser agente libre pleno en el verano de 2026. Pero lo normal es que en julio Aldama tenga ya su futuro NBA resuelto, para unos cuantos años más, en Memphis Grizzlies… o en otra franquicia. Eso, tal y como fluctúa el mercado y con los vaivenes que esperan en el que todavía es su equipo, es algo difícil de predecir.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí
Rellene su nombre y apellidos para comentar
Tu opinión se publicará con nombres y apellidos