La fuerza excéntrica, el gran secreto de Doncic

Luka Doncic decidió que este verano sería diferente, que se convertiría en otro jugador a las puertas de una de las temporadas más importantes de su carrera. Que el entrenamiento sería su prioridad antes de participar con Eslovenia en el Eurobasket, del 27 de agosto al 14 de septiembre.

El base (26 años y 1,98 m) ha cumplido. En un extenso reportaje en Men’s Health, el esloveno muestra su espectacular cambio físico. Más fuerte, más estilizado. Más delgado. Ejercicio, descanso y cambios de hábitos alimenticios han sido los pilares de un jugador que tiene un don para el baloncesto… y también un gran secreto que le permite ser diferencial.

“Su fuerza excéntrica es muy buena. Su fuerza es realmente excepcional; tiene unas piernas increíblemente fuertes. Además, su centro de gravedad es muy bajo. Así que cuando está en su posición, cuando se agacha, es muy difícil moverlo”, revela Javier Barrio, fisioterapeuta del canterano del Madrid (se conocieron en el club blanco).

Es decir, Doncic tiene una enorme capacidad de absorber el impacto en un instante. Esa fuerza excéntrica, además, es lo que permite detenerse y cambiar de dirección de manera notable, sin perjuicio para su salud, y un poco más rápido que sus defensores. “Y cuando eres tan letal como él sobre la cancha, ese es todo el tiempo que necesitas”, señala Andrew Heffernan, autor del artículo, que define al esloveno como un demonio de la desaceleración.

Y no es poca cosa. La Decel ha sido identificada como una de las claves poco reconocidas para la grandeza atlética: si eres un jugador de élite, probablemente luzcas, bajo tu chasis, unos frenos excepcionales como los de Doncic, que ha triunfado por sus imparables cambios de ritmo. Sin la necesidad de ser el más rápido, el esloveno ha triunfado a fuerza excéntrica.

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