Jordan vuelve a sus orígenes
The One Tournament, con unas finales organizadas por la marca de Michael Jordan en Nueva York, es un vistazo a los orígenes de uno de los mejores jugadores de la historia.


En el currículo profesional de Michael Jordan los puntos cardinales se distinguen con facilidad. Chicago y Washington fueron las localidades que le disfrutaron, con dos retiradas entre medias, mientras estaba en la NBA. Charlotte, además, le tuvo como propietario de los Hornets hasta hace bien poco. En el apartado formativo era en ese estado del país, Carolina del Norte, en el que desarrolló todo su talento, con tres años en los Tar Heels y un título de la NCAA en 1982 que ya dejaba ver la superestrella que había en su interior. Pero eso son pasos en un sendero, ni mucho menos es el comienzo. Éste se halla en la ciudad que nunca duerme, Nueva York, donde la vida de abrió paso para uno de los mejores jugadores de baloncesto -si no el mejor- de toda la historia.
Por ello Jordan Brand, la marca secundaria de Nike que enmarca su legado, ha llevado este año el torneo The One a esa ciudad. Allí se coronará el 23 de agosto a los mejores, chico y chica, adolescentes del planeta en enfrentamientos de uno contra uno. Sello Jordan. En el lugar en el que empezó todo se recuperará en los próximos días el espíritu deportivo más grande jamás perfilado.
Jordan, cuyo nombre completo es Michael Jeffrey, era el cuarto de cinco hijos de una pareja: James Jordan, que era supervisor de equipos, y Deloris Peoples, una empleada de banca. En ese punto de sus vidas, cuando tuvieron a Mike, se encontraban residiendo en Nueva York. El padre se encontraba estudiando una especialidad en ingeniería hidráulica para aviones. Deloris dio a luz al pequeño en el Hospital de Cumberland, en el barrio de Fort Greene, un lugar en el que la vida dio otro vuelco al deporte tres años después cuando allí mismo vino al mundo Mike Tyson, otro de los estadounidenses más destacados en su especialidad.
‘Air’ no pasó nada más que un año y medio residiendo en Nueva York desde aquel 17 de febrero de 1963. La familia se mudó a Carolina del Norte, concretamente a Wilmington, para hacer vida. Allá donde el niño se hizo hombre, empezó a maravillar al mundo con el equipo de la universidad pública de Chapel Hill. Y allá y no posteriormente, cuando había que arriesgarse por un jugador que ni siquiera había llegado a la liga mayor, tuvo lugar la apuesta de Nike por Jordan, una dualidad que sigue más viva que nunca aunque el jugador colgara las zapatillas a principios del siglo XXI.
Jordan, en ese vínculo patente con Nueva York, viajará al pasado más profundo junto a su marca deportiva para coronar a los mejores en una competición que para él no algo cualquiera. Así se forjó su carácter y su calidad, con retos de uno contra uno junto a su hermano Larry en la parte de atrás del hogar que ambos compartían. Se asocia a Michael con los sitios en los que fue tan grande, y también Chicago ha aparecido en este torneo con una ronda clasificatoria, pero el impulso que la marca le quiere dar al mismo este año no podía darse en otro emplazamiento que en el que le vio nacer. Nuevas leyendas están por crear bajo su amparo.

El reguero indirecto de Michael Jordan en Nueva York tiene ejemplos palpables. Uno de los que sigue en boga es Taj Gibson. Que a día de hoy continúa en activo. Atleta de Nike, ocho años en Chicago, soldado de Thibodeau, pudo jugar en su ciudad natal de 2019 a 2022 y la temporada 2023/24 para cerrar un círculo. Donde voló le gustó vestir el número 67. ¿Por qué? Estudió en la P.S. 67 Charles A. Dorsey School, no sólo en el barrio en el que nació el genio sino a escasos metros del mencionado hospital. Calcando las pisadas del maestro. Si N.Y. nunca duerme, la máquina de hacer baloncesto tampoco lo hace.
The One Tournament 2025 se dirimirá en Nueva York. 20 participantes llegados desde 15 ciudades del mundo calibrarán sus fuerzas en duelos individuales. Menudo escenario. No será uno de los más místicos de la ciudad, cautivadora por las canchas de streetball (baloncesto callejero) que acoge en los cinco distritos. Rucker Park, la más conocida, y otras como The Hole, The Cage, el Dyckman de Manhattan o el Kingdome de Harlem, sostienen la cultura de esta especialidad en Estados Unidos, cuna de la calle. Otro enclave es el elegido: Pier 17, un sitio estratégico bajo el manto del Puente de Brooklyn, remodelado y dedicado a espectáculos de miscelánea -no sólo habrá baloncesto, también música- como el que Nike prepara en el corazón de América. A prepararse para el espectáculo.
Noticias relacionadas
Nuestra Newsletter y alerta informativa en canal de WhatsApp.
¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí para la información.






Rellene su nombre y apellidos para comentar