Jokic apuesta por pagar menos a sus compañeros para que espabilen
Toque de atención de Nikola Jokic a Denver Nuggets después de una mala racha y el comienzo menos halagüeño en años. Pide cambios.
La deriva de los Nuggets va en picado si la comparamos con el nivel de juego que alcanzaron hace dos campañas. Una rotación clara, bien trabajada, con conceptos claros y roles definidos, donde Nikola Jokic era director de una orquesta que tocaba como la filarmónica mejor afinada del mundo. Todo eso es el pasado.
Desde dentro de la franquicia se empieza a temer por los puestos de privilegio, a los que llevan abonados una década y que desde que alcanzaron la gloria en 2023 parecen una obligación. Los jugadores que tienen bien lo valen. Pero uno ayuda más que ninguno y el margen es cada vez mayor.
La reclamación de Jokic es clara: necesita más de los que tiene a su lado. Si bien parece que se equivocó al pedir a Russell Westbrook como fichaje veraniego, viendo que no es el perfil que más necesitaban, hay más actores. Murray pasa muchos valles, por ejemplo. Y se marchó Kentavious. El equipo campeón ya no existe.
Tras una de las derrotas más extrañas del curso, 122-113 en D.C. ante los Wizards (el peor equipo de la NBA según la clasificación, que además va camino del peor porcentaje de la historia), las cartas quedaron sobre la mesa. Nikola logró su career-high en puntos, 56, más 16 rebotes, una noche que para él puede parecer habitual pero sigue siendo marciana; el resto, en conjunto, anotó 57 y firmando un 10% en triples. Insostenible a todas luces. En otro momento de esta temporada, menos avanzado, Jokic advirtió de que el nivel de tiro exterior del plantel le parecía “normalito” y Malone, el entrenador, continuó esa línea definiéndolo como una advertida “preocupación” y acordándose de la pérdida de KCP (ahora, Orlando).
Hay una pugna diaria en la Conferencia Oeste, sin cuartel y más en comparación con la contraria, y a los Nuggets les está pasando factura en este tramo inicial. Los puestos de honor que ocupan Thunder, líder, Grizzlies o Mavericks están lejos tanto numéricamente como en sensaciones. Y habrá que tomar decisiones.
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Ahora el récord es de 11-10. Pero a ver si ese trompazo en casa de Washington Wizards, por el quién y por el cómo, no es el punto de inflexión para una cascada de determinaciones. Mike Malone lleva en la picota desde hace años y continúa, ahora con el beneplácito de haber ganado un título y la estabilidad que aporta en el medio plazo. Calvin Booth, mánager general, es el otro señalado; los fichajes del mencionado Westbrook y el croata Saric se han quedado cortos. El aviso está lanzado y lo hace el propio Nikola Jokic. “En el país del que vengo, después de este tipo de rachas, van a pagarte una nómina un tanto menor de la habitual. A lo mejor es lo que tenemos que hacer. Un poco de motivación para reaccionar. También hay otra que sirve: ser castigado al banquillo o quedarse en él”, declaró el serbio, que este 2024/25 percibe 51,4 millones de dólares. Los Nuggets son el conjunto que más cambia de potencial por un jugador, porque las estadísticas bajan de un pedestal intermedio a lo más hondo de la NBA dependiendo de si Jokic está en pista o descansa. Ratios ofensivos y netos, tiros de dos y de tres, paralelismo entre asistencias y pérdidas, etc. Todo es peor sin Nikola y por amplias distancias.
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