Histórico Rudy Gobert: Defensor del Año por cuarta vez en su carrera

Rudy Gobert cumple los pronósticos y se hace con el premio a Jugador Defensivo del Año de la NBA. El pívot consigue así su cuarto entorchado, lo que le convierte en el líder histórico junto a Ben Wallace y Dikembe Mutombo, dos gigantes del pasado que coleccionaron premios en una época dorada para los hombres altos, en la que protegían la zona y capturaban rebotes a mansalva. Lo mismo que el francés, un center atípico en esta era por ser tan similar a los de entonces, pero que ha convertido en virtud sus excelentes cualidades físicas. En la competición individual deja atrás a Dwight Howard que consiguió tres en su etapa en los Magic. Mark Eaton, Sidney Moncrief, Alonzo Mourning, Dennis Rodman, Hakeem Olajuwon y Kawhi Leonard cierran la lista de jugadores que lo lograron en más de una ocasión.

El francés ha finalizado la temporada con promedios de 14 puntos (lanzando por encima del 66% en tiros de campo), 12,9 rebotes y 2,1 tapones. Ha sido segundo de la NBA en rechaces (tras Domantas Sabonis), cuarto en rebotes defensivos y sexto en tapones. El premio es también para los Timberwolves, que han sido la mejor defensa de la NBA (recibiendo sólo 106,5 puntos por partido) y han hecho de ese lado de la pista su lado fuerte, lo que les ha permitido ascender hasta el tercer puesto de la Conferencia Oeste y superar una ronda de playoffs por primera vez en 20 años. Entonces estaban liderados por Kevin Garnett, otro defensor acérrimo que se hizo con el premio en 2008, cuando cambió la franquicia de Minnesota por el proyecto campeón de los Celtics.

En 2022, Gobert fue traspasado a los Wolves en un movimiento que no gustó a mucha gente. El pívot, sobredimensionado en ocasiones, ha conseguido acallar las críticas en un año estupendo y rentabilizar la ingente cantidad de dinero que gana (41 millones esta temporada, 43 la siguiente y una player option de 46 para la 2025-26). Su asociación en el juego interior con Karl-Anthony Towns, que parecía improbable en un inicio, es más que fructífera. Y se ha convertido en el epicentro del estilo sumamente físico de la entidad de Minnesota, inteligentemente dirigida en los banquillos por Chris Finch y candidata a todo, incluido el anillo. De momento, lideran la serie de semifinales de Conferencia 0-2 y viajan a Minnesota con una ventaja que sólo se ha remontado cinco veces en la historia. Las víctimas, los campeones: Denver Nuggets. Un equipo liderado por Nikola Jokic y Jamal Murray que no tiene respuestas ante el asfixiante juego de sus rivales.

Los Timberwolves no tienen techo, como no lo tiene Rudy Gobert. Con 31 años (cumplirá 32 a finales de junio) y líder también de la selección francesa, ha tenido siempre un comportamiento errático, dentro y fuera de la pista, que le ha granjeado más de una crítica: sanciones, broncas de su propio equipo, una actitud con la pandemia del coronavirus casi imperdonable... Sin embargo, ha sabido rentabilizar sus habilidades. Y, centrado, se convierte en un jugador único y especial, una anomalía física que sigue fiel a su estilo incluso en la NBA de la bonanza en la anotación, los triples y los hombres altos repartiendo asistencias. Gobert no es así: es como los pívots de antes. Defensivo, intimidador, finalizador cerca del aro, con una gran envergadura y 216 centímetros de puro músculo. Y ahora, también uno de los mejores defensores de todos los tiempos. Le guste a la gente o no, es lo que demuestran sus premios. El cuarto ya. Todo un récord. Otro más.

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