Harden no perdona a Daryl Morey
El escolta habla por primera vez tras el regreso a los entrenamientos de los Sixers: “Es como la vida. Cuando se pierde la confianza...”.
James Harden sigue en sus trece: quiere salir de Philadelphia y quiere jugar en Los Angeles Clippers, por otro el único equipo que parece tener verdadero interés en él, y que trata de que los Sixers rebajen sus pretensiones mientras flirtean con la opción de lanzarse a por Malcolm Brogdon, que hace escala en Portland Trail Blazers tras salir de los Celtics en el movimiento de los verdes por Jrue Holiday, que a su vez había ido de Milwaukee a Oregón en la operación Lillard.
Lo que no ha hecho Harden es crear problemas (o no presentarse), como se esperaba que hiciera para forzar la situación con Daryl Morey, el ejecutivo que fue uña y carne con él en los Rockets, y el que lo llevó a Philadelphia pero al que ha declarado la guerra porque considera que no fue honesto con él en las conversaciones sobre su futuro. Después de perdonar dinero antes de la temporada pasada para que los Sixers pudieran hacer el equipo más competitivo posible, Harden no encontró la respuesta que esperaba después de la última eliminación, contra los Celtics, y acabó acogiéndose a su player option para la temporada 2023-24 (35,6 millones) y pidiendo justo después el traspaso.
Después, Harden llamó “mentiroso” a Morey y ahora, en su primera comparecencia ante los medios tras el regreso de los Sixers a los entrenamientos, ha dejado claro que, aunque está entrenando sin sacar los pies del tiesto, su postura no ha cambiado y su relación con Morey está rota de forma irrecuperable: “No se puede arreglar. No solo en una cosa así, es en todo en la vida. Es lo que pasa cuando dejas de tener confianza en alguien. Es como un matrimonio… pierdes la confianza… y ya sabes lo que pasa. Es simple”.
Hace once años, Morey llevó a Harden de los Thunder a los Rockets y en Houston, el escolta se convirtió en MVP y en uno de los mejores jugadores de ataque de la historia de la NBA. Pero nunca consiguió llegar a unas Finales de la NBA, en gran parte porque sus mejores años coincidieron con los de mayor poder de la dinastía de los Warriors, probablemente el mejor equipo de toda la historia de la NBA. Ahora, ni siquiera se refiere por su nombre a Daryl Morey: “Los ejecutivos y yo tuvimos una relación muy, muy buena durante una década. Había comunicación constante”. Y deja claro que Morey es, para él, el responsable de esta situación: “Quería seguir aquí, retirarme con los Sixers… pero en las oficinas tenían otros planes”.
Eso sí, mientras el traspaso no se produzca, no parece que vaya a haber boicots. Harden jugará (o eso ha sugerido) en un equipo que ahora entrena Nick Nurse, entre otras cosas porque él acabó de muy mala manera con Doc Rivers, despedido tras los últimos playoffs: “Con este entrenador hay más espacios, más oportunidades para todos, somos menos predecibles. Cambia cosas sobre la marcha, hace ajustes si algo no funciona. Es algo difícil pero es muy bueno en eso. ¿Mi situación? Tengo que decidir pensando en mi familia. Esto es un negocio. Es así de sencillo. Vendré, me machacaré como un profesional, porque eso es lo que llevo haciendo quince años. Solo puedo preocuparme de lo que puedo controlar, ir día a día y concentrarme en eso. Y en mis planes está jugar al baloncesto, por supuesto”.
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