Ganadores y perdedores de la NBA: Doncic, Kings, Kyrie, Morant...

Se acabó la regular season de la NBA. Ahora empieza lo bueno: unos días de descanso para unos, un verano largo para otros y un play in para ocho equipos, cuatro de cada Conferencia. Luego, los playoffs: el 15 de abril es el pistoletazo de salida, el día en el que empiezan las eliminatorias por el título que se alargarán hasta junio. Entonces, sabremos quién es el campeón de la NBA 2023. Eso sí, ya podemos sacar conclusiones en esta parte del curso baloncestístico, que ha dejado ganadores y perdedores; vencedores y vencidos. Personajes, jugadores, entrenadores, directivos. Los que han sido y los que son. También los que ya veremos si serán. Promesas de futuro, viejas glorias que siguen dando guerra, proyectos que parece que nunca van a arrancar y muchas conclusiones interesantes que sacar. Todo eso y mucho más, en la siguiente lista:

Ganadores

El pívot ha hecho la mejor temporada de su carrera y va camino a ese MVP que no sabemos si conseguirá. Lleva dos segundos puestos consecutivos detrás de Nikola Jokic, pero su esfuerzo ha sido verdaderamente meritorio este curso y es digno de alabar. Ha disputado bastantes partidos (66, el límite con el nuevo convenio para los premios individuales es de 65), ha mejorado su físico evitando lesiones graves y se ha ido a promedios de 33,1 puntos (el tope de su carrera para su segundo título de Máximo Anotador), 10,2 rebotes, 4,2 asistencias, 1 robo y 1,7 tapones, rozando el 55% en tiros de campo (tope de su carrera) y con un 33% en triples. Ha conseguido 39 dobles-dobles y 13 partidos por encima de los 40 puntos, 3 de ellos por encima de los 50. Su exhibición de 52 tantos ante los Celtics ha sido uno de los encuentros más increíbles de la temporada. Y además ante el eterno rival, con el que está destinado a volverse a cruzar en playoffs (van por el mismo lado del cuadro). Por ahí pasa la reivindicación de Embiid, que todavía no ha disputado unas finales de Conferencia en su carrera. También será un momento importante para el siempre cuestionado Doc Rivers, para un James Harden que ha hecho una campaña más que digna... Terceros del Este (54-28) el curso baloncestístico del pívot ha sido realmente increíble. El mejor de su carrera.

Se acabaron los 16 años de ausencia de playoffs de los Kings. La espera eterna. La crisis más grande de la historia del deporte norteamericano. La ciudad de Sacramento, que sabe y entiende de baloncesto, volverá a ver a su equipo disputar la fase final tras una temporada extraordinaria. Domantas Sabonis y D’Aaron Fox han ido al All Star y Mike Brown va a ser con casi total seguridad Entrenador del Año. El técnico, responsable de los primeros Cavs de LeBron James y con un antiguo perfil defensivo, comprendió desde el principio que no podía atrincherarse atrás con este grupo de jugadores y ha utilizado a Sabonis de epicentro ofensivo para hacer un ataque atractivo y cautivador. Terceros del Oeste, 48 victorias y mimbres de cara a un futuro prometedor.

Los Lakers son una cosa, pero LeBron James va por otro lado. Temporada histórica para el Rey, cuyo legado sobrepasa ya la lógica y la más optimista de las imaginaciones. Ha promediado 28,9 puntos, 8,3 rebotes y 6,8 asistencias con 38 años y en su 20ª temporada en la NBA. Y ha batido el récord de todos los récords, superando a Kareem Abdul-Jabbar en la tabla histórica de anotación y convirtiéndose en el mejor de siempre en un tope que parecía imbatible. Se acaban los adjetivos para LeBron, que llama con mucha fuerza e incluso amenaza con tirar abajo la puerta que da acceso a lo más alto del Olimpo. Entre los tres mejores de la historia está ya junto a Michael Jordan y el propio Kareem. Su imagen haciendo el gesto de la corona tras superar a los Jazz en el último partido de regular season puede ser premonitoria de lo que está por venir. Y los Lakers, tras un inicio nefasto (0-5 y 2-10) han sido el mejor equipo de la Conferencia Oeste desde el parón del All Star y se jugarán el play in ante los Timberwolves. Si ganan, la primera ronda será contra unos Grizzlies que producen sensaciones ambigüas. A partir de ahí, la guerra: todo puede pasar. Y si la salud respeta a LeBron y Anthony Davis... quién sabe. El cielo es el límite.

Son los dos mejores equipos de la temporada (58 y 57 victorias respectivamente) y están condenados a enfrentarse en las finales de la Conferencia Este (si los Sixers lo permiten). El año pasado, en semifinales, ganaron los Celtics aprovechando esa ventaja de campo tradicionalmente clave en el Este, aunque ganando el sexto encuentro en Milwaukee y con match ball en contra que era un examen que aprobaron con un rotundo sobresaliente. El año anterior no hubo duelo entre ellos, pero sí victoria: fue para los Bucks en forma de anillo, el primero en 50 años para la franquicia. Giannis Antetokounmpo sigue a niveles de talento generacional absoluto (31,1+11,8+5,7), mientras que Jayson Tatum (30,1+8,8) suma y sigue y su escudero Jaylen Brown (26,6+6,9) es brillante cuando se dedica a hacer las cosas que se le dan bien y deja de insistir en la distribución y en hacer funciones de playmakers. Para los Bucks la duda es el estado de salud de Khris Middleton, siempre renqueante. En el caso de los Celtics, que no tienen ventaja de campo y que han sido más irregulares que sus rivales. De todas formas, si se enfrentan el duelo va a ser, seguro, para los anales.

Otra temporada excelsa para el serbio, infatigable, incansable, con un aura ya casi inabarcable. Se ha quedado muy cerca (9,8 asistencias) de ser el primer center de la historia en promediar triple-doble en una temporada y el regreso de Jamal Murray (sin ser el mismo que en la burbuja, 20 puntos por noche rozando el 40% en triples) le ha quitado responsabilidades en la anotación y le ha permitido rebotear y pasar más. Vuelve a optar objetivamente al MVP, que si gana sería el tercero seguido por primera vez desde Larry Bird (1984-86). La duda de los Nuggets es la de siempre: su techo en playoffs. Murray se lesionó cuando el proyecto había llegado a las finales de Conferencia y empezaba a ver la luz. Ahora, parecen demasiado dependientes de Jokic y de que el balón pase por sus manos prácticamente en cada ataque. El final de curso del equipo de Colorado ha sido renqueante y llegar regular a playoffs. Pero las finales del Oste están baratas y tienen mejor plantilla y más opciones ofensivas, mayor riqueza táctica. Y han sido más regulares que todos los demás. Pero cuesta verles peleando por el anillo y cuando Jokic se queda aislado les cuesta mucho. Su final de regular season ha sido flojo y eso genera dudas. Veremos. En lo referente al serbio, otra temporada impresionante. Se acaban los calificativos para él.

No llegar a playoffs, ni siquiera a play in, no tiene por qué ser sinónimo de que la temporada es mala. Es lo que les ha pasado a los Magic, que han puesto una semilla que quizá germine en un futuro cercano. La selección de Paolo Banchero en el draft fue un acierto y el alero va a ser el próximo Rookie del Año (con 20 puntos y casi 7 rebotes por noche). El equipo ha conseguido 34 victorias (12 más que el curso pasado)Markelle Fultz está cada vez mejor y Fran Wagner y Wendell Carter se han convertido en dos buenos jugadores. Tiene dificultades para la anotación en lo colectivo, pero mimbres para el futuro y una plantilla de jóvenes cada vez más consolidados. En la segunda parte de la temporada amenazaron incluso con llegar a un play in que se ha quedado algo lejos. O más bien antes: empezaron horrorosos (5-20) antes de conseguir seis victorias consecutivas, incluidas dos seguidas en el Garden, y ganaron también a los Celtics en Orlando semanas después. Jamahl Mosley empieza a juntar piezas en el banquillo. Llamando a la puerta.

Perdedores

Aquí no se salva nadie. Son probablemente la decepción más grande de la temporada. Lejos quedaron las finales de Conferencia del curso pasado. Despropósitos, una defensa inoperante, y el cuarto puesto del Oeste (28-26) de justo antes de fichar a Kyrie al 38-44 final. Un récord de 10-18 en los últimos 28 encuentros, 5-11 cuando Doncic y Kyrie han jugador juntos. Y un final que tiraron por la borda para poder entrar en el top 10 del próximo draft en lugar de luchar por el play in, una forma ruin de concluir un curso baloncestístico lleno de errores y horrores. ¿Y Doncic? 32,1 puntos, 8,6 rebotes y 8 asistencias por noche. Pero sigue abusando mucho del triple, fallando muchos tiros libres, teniendo críticas veladas sobre su físico y protestando en demasía, sumando hasta 16 técnicas esta temporada, el tope de la NBA. Jason Kidd ha sido sostenidamente un entrenador casado con el inmovilismo y ahora Mark Cuban tendrá que mirarse al espejo, hacer autocrítica y tomar decisiones: qué hace con Kyrie, Christian Wood... En fin. El desastre.

Liada extradeportiva. La NBA se puso de perfil, pero la gravedad de la situación es más que obvia. La estrella de los Grizzlies, y aquí da igual la parte deportiva, apareció en un club de striptease con un arma y se lió. Se habló sin confirmarlo de problemas con el alcohol, hubo suspensión temporal del equipo, reunión de Adam Silver con el jugador, y finalmente 8 partidos fuera para solucionar las cosas. Con eso pareció suficiente, pero la situación ha dejado tocados a los Grizzlies (51-31, segundos de la Conferencia Oeste) que se pueden ver en primera ronda de playoffs con los Lakers (si estos ganan a los Wolves en el play in) con la opinión pública en contra: por el carácter de Morant, la forma de ser y de jugar de Dillon Brooks... Una imagen pésima, de las peores de la temporada. Y fuera de una pista de baloncesto.

Los equipos malos. Siempre los hay, pero extraña que en esta ocasión sean tan rematadamente malo. Gregg Popovich (22-60) ha decidido pasar su jubilación en un lugar muy lejano a la dinastía de los 5 anillos y busca reconstruir la franquicia mientras parece fuera de lugar. Los Rockets (también 22-60) ya han prescindido de Stephen Silas. Y los Pistons (17-65) ya han dicho que Dwayne Casey pasará de los banquillos a los despachos. Son la otra cara de la NBA, la del tanking permanente y la mirada al futuro sin ninguna riquez táctica y ningún atractivo a no ser que sigas a esos equipos en concreto. Y luego están los Hornets, que no levantan cabeza: una plantilla preparada para más, sumida en una crisis pantagruélica y con una gestión pésima en los despachos de un Michael Jordan del que ya se ha filtrado que va a vender su parte de la franquicia. En fin.

El de siempre, como nunca y como siempre. Su liada con la recomendación de una película basada en un libro antisemita es probablemente la mayor desde que está en la NBA, y ya es decir. Mientras tanto, ruptura con Nike y una denostación absoluta por parte de la opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. Su fichaje por los Mavs y la posterior debacle de la entidad de Dallas han confirmado que siu bagaje deportivo es también muy pobre. Es agente libre y cuesta pensar quién le va a ofrecer un máximo. Los argumentos a su favor se apagan. Y los que están en su contra crecen cada vez más. Un desastre.

También sale ligeramente señalado, aunque para ver la magnitud de su perjuicio tendremos que esperar a que termine la temporada de los Hawks, inmersos ahora en la lucha por el play in. Su empoderamiento empieza a ser tóxico, el fichaje de Dejounte Murray no ha salido todo lo bien que se esperaba y la plantilla es, en teoría, más talentosa que para ocupar un mero noveno puesto en la Conferencia Este. Su influencia en el despido de Nate McMillan, con el que hubo discusiones que se filtraron, ha sido manifiesta. Y el fichaje de Quin Snyder no ha mejorado especialmente las cosas. Trae ha promediado más de 26 puntos y 10 asistencias por noche... pero su figura está cuestionada y los Hawks, muy lejos de volver a esas finales de Conferencia que pisaron en 2021. Así son las cosas en la NBA.