“Empecé a escribir lo que a mí me gustaba leer”

“Brittney Griner mide 206 centímetros de altura. Brittney Griner es una mujer negra de 206 centímetros de altura. Brittney Griner es una mujer homosexual negra de 206 centímetros de altura. En 2013, Brittney Griner se coinvirtió en el primer atleta abiertamente homosexual en firmar un contrato con Nike”. Así empieza el último capítulo del segundo volumen de la serie Imágenes de Baloncesto, escrita por Jordi Burgués, y que recoge algunas de las historias más interesantes y desconocidas de la historia del deporte. Desde los orígenes hasta la actualidad, de archivos perdidos luego recuperados, momentos icónicos o partes del juego hoy asumidas que nunca nadie se había preguntado de donde salen... hasta que Burgués se encargó de contarlo. En un tomo inicial publicado en 2021 y en una continuación en 2023. Son el primer y el segundo cuarto de una serie de la que se espera que haya también un tercer y un cuarto periodo. Y, para rematar, una prórroga que cierre el círculo.

Es el objetivo último de Jordi, un trabajador que lleva 25 años en una distribuidora de cómics con sede en Barcelona en la que hay una cantidad enorme de merchandising y que comercializa con productos derivados de la cultura popular de finales de los 70 y la década de los 80. Entre los que se incluyen clásicos como Tiburón, de Steven Spielberg, el Rey Midas de Hollywood. Un director histórico con una conexión enorme con el público que se limitó a decir, al ser preguntado por la buena acogida de sus obras, que se hacía las películas que a él le gustaría ver. Por los mismos lares se mueve Burgués cuando atiende a AS para contar cómo empezó con este proyecto. “Empecé a escribir lo que a mí me gustaba leer”, asegura. El inicio fue inocente, como hobby en Facebook. Y ha pasado de Internet al papel y del papel al éxito de muchísimos lectores que, ávidos de conocimiento, han encontrado la respuesta a muchas preguntas en las cautivadoras palabras de un hombre que es, en última instancia, uno de los amantes del baloncesto más acérrimos de la actualidad.

Deportista y ávido lector, Jordi cuenta sus inicios en el mundo de la escritura de forma humilde y honesta, sin abalorios y con la sencillez de alguien que empezó haciendo algo porque le gustaba y se ha encontrado con un éxito inesperado. “A mí me gusta mucho leer, no solo de baloncesto. Siempre llevo un par de libros encima allá donde vaya. Hace muchos años, con Internet, que es un libro de baloncesto infinito, busqué información y vi que había muy pocas cosas que me interesara leer. Y me puse a escribir. Pero soy del siglo XVIII respecto a la tecnología y no sabía muy bien cómo hacerlo. Al final, me hice cuenta de Facebook. Todos los lunes escribía un artículo. Al principio lo que hacía era poner una imagen más o menos icónica y después de eso explicar la historia que había detrás. Esto va evolucionando y la foto acaba siendo un complemento a la historia, siendo la historia lo más importante”, cuenta Burgués.

El catalán fue amasando un público cada vez más amplio, cuya fidelidad era extraordinaria. Y pronto le contactó la Editorial Dolmen, que desde Mallorca le pidió transformar todo eso en un libro. Y no dudó, a pesar de que llegó a dejar de escribir temporalmente: tiene su trabajo, su mujer y sus hijos, además de jugar al baloncesto federado con 54 años, algo que no piensa abandonar mientras le respete el físico. El tiempo es finito, pero sacó el suficiente como para dar impulso a un proyecto que ha ido como la seda. Y todo, con un proceso de investigación previo asombroso: “Ese es el trabajo duro, el proceso de investigación. Yo soy de ciencias, a mí hace 10 años me dices que he escrito un libro y no me lo creo. Aunque lea mucho, no tenía ni idea de escribir”, asegura modestamente mientras recuerda algunas de sus primeras historias. Una de la que no se le olvida es la de Charles Barkley en Auburn, cuando su entrenador llamó al mítico Hubie Brown para decirle que tenía un jugador muy vago y que no paraba de comer. En cuanto Brown le vio jugar, pronosticó que sería una estrella. Y vaya si lo fue.

“Muchas veces no es tan fácil encontrar la información. Y cuando la buscas de una cosa te aparece otra, luego otra... El proceso es muy interesante, he aprendido mucho”, asegura Burgués, que señala algunas de sus historias más interesantes: un John McLendon, siempre a la sombra de James Neismith en los albores del baloncesto; Jason Collins y John Amaechi, los primeros jugadores que reconocieron públicamente su homosexualidad, el primero en activo y el segundo ya en su retirada. O la ya mencionada Britnney Griner, uno de los personajes más importantes y populares de los últimos años, tanto a nivel deportivo como social, por sus éxitos deportivos, sus alegatos feministas y su lucha contra la homofobia. También por su encarcelamiento en Rusia, desde donde escribió una brutal carta; y su posterior liberación en un tema que pasó de ser nacional a mundial. “El tema de Griner es complicado, porque se ha tratado mucho. Pero quieres hacerlo mejor y me gusta pensar que he afrontado un tema de una manera bastante diferente a los demás”, cuenta Jordi.

De los orígenes a la actualidad. De lo más conocido a lo ignoto. Historias de redención y superación, de luz y de oscuridad, de creación y reivindicación. De como Clippers y Celtics cambiaron de propietario a finales de los 70, a cómo es el hecho de ser madre y jugadora al mismo tiempo. Del nacimiento del tiro en suspensión al partido disputado por Fidel Castro. De la historia de Lorenzo Alocén, cuya hija fue a la presentación del primer libro de Burgués para decirle que a su padre (que falleció poco después), le habría encantado estar allí pero se encontraba en ese momento de viaje. ¿El motivo? Lo mucho que le había gustado la historia dedicada a él. Los ejemplares de Imágenes de Baloncesto han llegado hasta A’ja Wilson, toda una campeona de la WNBA. Y Jordi es el hacedor de un proyecto que lleva dos volúmenes y al que, si todo va bien, le quedan otros tres. Un hombre que pertenece a una generación que idolatró el Showtime, mientras tomaba como referente a Michael Jordan, porque para ser de los más grandes hay que “ser un gran campeón, un gran líder y único”, características que, para el catalán, reunía indiscutiblemente His Airness. Y todo, por hacer algo tan sencillo como escribir sobre lo que a él le gustaba leer.

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