El más caro de la historia y con récord de inodoros: así es el Intuit Dome, nuevo pabellón de los Clippers
El Intuit Dome es la nueva joya de la corona de los Clippers, el nuevo recinto en el que quieren alejarse definitivamente de la alargadísima sombra de los Lakers.
Steve Ballmer es uno de los hombres más ricos del mundo, desde luego el propietario más rico de todo el deporte profesional estadounidense. El que fuera cofundador y CEO de Microsoft tiene una fortuna personal cifrada en unos 157.000 millones de dólares. Desde que compró los Clippers en 2014, aprovechando el escándalo racista del anterior dueño, el desastroso Donald Sterling, Ballmer se ha propuesto sacar a los Clippers de la alargadísima sombra de los Lakers, omnipresentes en L.A. y llevar títulos a una franquicia que ni siquiera ha jugado unas Finales de la NBA. Tampoco lo ha logrado con su último gran intento, el proyecto Kawhi Leoanrd-Paul George, que se ha roto con la salida del segundo (destino Philadelphia 76ers después de un lustro muy decepcionante en lo deportivo).
Pero por entonces (2019), Ballmer ya trabajaba para que los Clippers tuvieran su propia casa. Con el objetivo puesto en este verano de 2024, cuando acababa el acuerdo de alquiler de ese Crypto.com Arena (el viejo Staples) donde durante años han compartido espacio Clippers y Lakers, siempre con ventaja (horarios, condiciones…) para los segundos, que tienen allí esas 17 banderas de campeones de la NBA que los Clippers tapaban con carteles de jugadores durante sus partidos como local. Ballmer quería llevar al equipo a Inglewood, al lado del viejo The Forum, el pabellón (ahora sede eventos y conciertos, básicamente) donde construyeron su leyenda los Lakers del Showtime en los años ochenta. Y al lado del rutilante SoFi Stadium, el estadio de los equipos NFL de la ciudad (Rams y Chargers), y también del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.
No fue fácil. Ballmer tuvo que batallar con James Dolan, el propietario de los Knicks y del Madison Square Garden Group que era dueño del Forum hasta que Ballmer lo arregló con 400 millones de dólares. La construcción comenzó el 17 de septiembre de 2021, el día en el que se puso la primera piedra de un recinto que cerró un acuerdo de naming histórico con Intuit: 23 años, 500 millones de dólares.
Unos 2.000 millones de dólares después, el precio total del proyecto, el Intuit Dome se estrenó el 15 de agosto con un concierto de Bruno Mars. Y el 23 de este mes abrirá sus puertas por primera vez para un partido oficial de la NBA, Clippers-Suns. También jugará allí, contra Gonzaga, su primer partido de la temporada universitaria la mítica UCLA.
Como no podía ser de otro modo, no se han reparado en gastos y se han cuidado todos los detalles para que el Intuit Dome sea un verdadero espectáculo, un pabellón de referencia a partir de ahora. En la plaza del exterior hay dos bares, un restaurante, una cancha de baloncesto de uso público, una enorme tienda de los Clippers y seis obras de artistas locales, una de ellas un clipper, el velero que da nombre a la franquicia desde que los Braves dejaron Buffalo y se convirtieron en Clippers en San Diego. En el interior de un recinto que por fuera quiere parecer una red de baloncesto y que se mueve durante la noche gracias a sus luces secuenciadas, más de 1.100 baños e inodoros, tres veces más que la media en los pabellones NBA, para evitar colas y retrasos.
El aforo llega a 18.000 aficionados, que tienen unos asientos en los que se ha ampliado el espacio para las piernas con respecto a otros pabellones y que incluyen USB para cargar el móvil, un dispositivo para participar en los juegos del videomarcador y un medidor de decibelios para saber cuánto grita el que se sienta en él. Los mejores recibirán descuentos en merchandising y restauración: más de 20 locales automatizados y pensados, otra vez, para evitar colas y retrasos. En la distribución de los asientos destaca, claro The Wall, un muro de apariencia muy vertical formado por 51 filas ininterrumpidas y en las que solo se podrán colocar aficionados de los Clippers, no del equipo visitante. Inspirado, Ballmer es un apasionado del fútbol europeo, por el muro amarillo del estadio del Borussia Dortmund.
Y queda la joya de la corona: el Halo Board, un videomarcador revolucionario para el que Ballmer recordó el consejo que le dio en su día, en Detroit, un profesor de cálculo de 87 años que había sido su profesor de matemáticas y entrenador en el instituto. Este le pidió que no hiciera un reciento solo para VIPs: “No te olvides de los verdaderos aficionados, de los que se sientan en las filas de arriba. No hagas las cosas solo para los que pueden pagar mucho dinero”. Ese Halo Board ocupa más de 4.000 metros cuadrados, abarca todo el área de la pista y está formado por más de 233 millones de luces LED. Es un videomarcador de imagen 4K y 360º que no deja ni un solo ángulo sin visión en todo el pabellón.
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