Draymond carga contra Durant: “No me importa la opinión de alguien que no gana”

Es bien sabido que la relación entre Draymond Green y Kevin Durant no es especialmente buena. Los altercados que tuvieron cuando estaban juntos en los Warriors precipitaron la salida del alero, que puso rumbo a ese proyecto creado por estrellas, muy acorde a la era de los jugadores empoderados, que se formó en Brooklyn. Durant, desde lejos, vio como los Warriors apuntalaban la dinastía con un nuevo anillo, el que conquistaron en 2022. Mientras él se fue de los Nets, pasó por los Suns y ahora está en unos Rockets que han pagado muchos millones a un jugador que sigue teniendo un talento innato e innegable para sus 37 años. Otro ejemplo de longevidad que no impide que el pasado siempre vuelva, de una forma o de otra. Y siempre hay algo que contar.

Durant aseguró hace poco que es la ofensiva la que gana campeonatos y un periodista preguntó a Draymond por estas palabras. “Quienes no creen que la defensa sea tan valiosa como lo es, simplemente no ganan. No creo que a nadie le importe mucho la opinión de quienes no ganan, porque tu opinión no vale nada”. Tras ello, el reportero le recordó que su excompañero sí que había ganado, para que el ala-pívot le dijera que sí, que con ellos. Y que en ese equipo, uno de los mejores de todos los tiempos, la defensa era sencillamente espectacular. Algo que, en esencia, no deja de ser una verdad como un templo y que provocó que ese proyecto llegara precisamente tan lejos.

No es la primera vez que Green hace gala de su consabida verborrea. Es parte de su encanto, destructivo para algunos y muy acorde a lo que es la NBA para otros. Al fin y al cabo, la mejor liga del mundo se ha dedicado a avivar el debate y a potenciar las discusiones vacías, permitiendo a las redes sociales adueñarse de la opinión pública, ese lugar en el que se ganan y se pierden las batallas que deciden las guerras. En ese contexto, la propia competición come y bebe de un hombre como Draymond, un personaje televisivo muy acorde a otros como Charles Barkley o Shaquille O’Neal, que crea polémica y permite que la rueda del debate constante siga girando.

La dinastía de los Warriors, la última propiamente dicha que ha visto la NBA en su larga historia, amasó durante unos años un currículum celestial, que incluyó cuatro anillos y seis Finales, duelos titánicos con los Cavaliers de LeBron James y una capacidad innata para aplastar a sus rivales. En dos de esos títulos participó activamente un Durant que quería ganar y abandonó así los Thunder y a Russell Westbrook, conquistando además en los dos campeonatos el MVP de las Finales. Con Stephen Curry, Klay Thompson y Andre Igudala, Durant y Green completaban lo que se conoció entonces como el quinteto de la muerte. Un equipo de ensueño que dejó un legado inmenso y muy difícil de repetir.

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