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NBA | FINALES 2024 | PORZINGIS

Doncic y Porzingis reviven en las Finales una unión tormentosa

Kristaps Porzingis se mide con sus ex en las Finales. En los Mav¡s no congenió con Doncic. Desde los Celtics intenta reivindicar aquello.

Actualizado a
Luka Doncic -
Kevin JairajUSA TODAY Sports via Reuters Con

Las Finales tendrán dos invitados de excepción este año. Los Celtics, por un lado, sueñan con rematar un año cerca de la perfección en el que han liderado la competición en victorias desde la Conferencia Este. Los Mavericks, por el suyo, han ido creciendo después de varios movimientos de mercado que les han mejorado en la Conferencia Oeste. Los unos, tras dieciséis años sin título a pesar de que son los primeros en el palmarés junto a los Lakers; los otros, habiendo esperado trece para sentirse otra vez como con aquel equipo que lideraba Nowitzki.

Dentro de esta serie definitiva de la NBA este 2024 hay un duelo en el horizonte cargado de historia, y no de la positiva. Lo que pudo ser y no fue. Kristaps Porzingis, que ha sido confirmado oficialmente para participar después de superar una lesión en el sóleo de la pierna derecha que le ha apartado de las canchas un mes (sin estar ante Cavaliers y Pacers), se enfrenta a su ex-equipo. También, en el caso contrario, lo hace Kyrie Irving con Boston Celtics, pero eso es harina de otro costal. El pívot letón, formado en la ACB al igual que Doncic, fue fichado en el primer año de Luka en la Liga y debutó en el segundo. Era el que se suponía que debía actuar como guía del esloveno, más joven, en un segundo plano para juntos hacer crecer al equipo. Pero nada más allá.

Los Mavericks tuvieron que cambiar la idea inicial sobre la pareja, aunque no fue por los intentos que se hicieron de reconducir la situación. Tres años duró la unión de los texanos con Porzingis, al que finalmente traspasaron a los Wizards al ver que la relación con Doncic no iba a producir nada bueno. El oasis de hace dos temporadas, en el que se alcanzaron las finales de conferencia, fue eso, una gota en el desierto. El cambio en el dúo principal, ahora con Irving en uno de los papeles principales, ha sido clave para que este año veamos la mejor versión de Dallas.

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¿Por qué no funcionó aquello? Jóvenes, descarados, sobradamente preparados, europeos tocados por la varita y que además tenían amistades comunes. Lo que se han encargado de contarnos sobre sus fricciones cuando eran compañeros lleva a la conclusión de que se produjo un choque de egos y la situación derivó en una relación agria que era imperativo cortar. Carlisle, sobre todo, porque Kidd no pudo reconducirlo, creó un rol para Porzee con el que el interior de crianza sevillana no estaba de acuerdo, desaprovechando su posición dominante en el poste bajo y relegándole a tiros de larga distancia, frontal y en esquinas, para otorgarle una muy buena porción del árbol de decisión a Luka. Ahí se empezó a torcer, en los pareceres acerca del juego a realizar, y terminó por romper el ambiente de esos Mavs.

Doncic y Porzingis reviven en las Finales una unión tormentosa

Según el propio Porzingis al inicio, cuando participaba menos porque se recuperaba de su lesión grave de rodilla, todo era una balsa de aceite. “Los dos intentamos que funcionara, pero desde luego la comunicación y la madurez tenía que haber sido mejor por las dos partes”, apuntó el año pasado. J.J. Redick, compañero fugaz de ambos, sitúa el punto de inflexión con Doncic en una reacción furibunda de Kristaps, llamándole crío a Luka cuando se dirigía al banquillo, pero había mucho más. “Fue una mezcla de todas cosas. Falta de madurez, por supuesto. Y ahora me refiero a lo que yo podría haber hecho mejor. Tendría que haber sido más maduro. Y eso de los números y la estadística avanzada... Si en ese momento alguien hubiera venido a explicarme bien las cosas (‘esto es lo que necesitamos hacer, esto es lo que es mejor para ti y esto es lo que te convierte en un jugador más efectivo’), creo que todo podría haber sido muy diferente. Aquello se convirtió en un concurso de ver quién meaba más lejos”, declaró también. El fuego cruzado rozaba el esperpento por momentos: Doncic, “Porzingis es un gran jugador y debemos usarle más, eso es todo”; Porzingis, “trato de ser lo más profesional que puedo” o “he tratado de saber lo que me piden que haga y ya está”. De cara al exterior, mala imagen para una franquicia que de por sí pasaba por otros problemas de reputación. En un momento hasta Mark Cuban, máximo accionista hasta este año, se vio obligado a salvarles diciendo que “Nowitzki y Terry no eran los mejores amigos al principio” y alcanzaron la gloria en 2011. La relación se rompió abruptamente en febrero de 2022, cuando los Wizards le acogieron a cambio de enviar a los Mavs a Davis Bertans y Spencer Dinwiddie (cruciales para el éxito de aquella campaña, donde únicamente los Warriors les apartaron del camino). Los dos han mantenido que el tiempo ha sanado la herida, se respetan, se aprecian. Las Finales de la NBA les enfrentarán por el premio más grande. Mucho que abordar.

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