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NBA | MAVERICKS 111 - RAPTORS 110

Toronto tampoco resuelve a Doncic

El esloveno juega otro partidazo y los Mavs ganan a Toronto Raptors con apuros finales. Lleva más de 30 puntos en sus ocho partidos del curso.

Actualizado a
Toronto tampoco resuelve a Doncic
Tim HeitmanUSA TODAY Sports

En la NBA hay cosas que no ha hecho nadie… y cosas que solo ha hecho Wilt Chamberlain. Y se parecen mucho. El gigante de Pensilvania, The Big Dipper, acumuló un listado de récords imposibles para todos los demás, cosas de superhéroe definidas de maravilla por su temporada 1961-62, cuando, con los Warriors todavía en Philadelphia, promedió 50,4 puntos y 25,7 rebotes jugando 48,5 minutos de media (los partidos, recuerdo, duran 48… sin prórrogas). Fue el año en el que metió 100 puntos en una noche, ya se sabe, en una semana en la que promedió 73 y pasó en cuatro partidos seguidos de 60. Ese jugador imposible, ese Superman de 2,16 que solo zozobraba cuando aparecía enfrente Bill Russell, su kryptonita, anotó al menos 30 puntos en los primeros 23 partidos de la temporada 1962-63, otra marca que parece inalcanzable. La segunda también es suya: ocho. Pero ya compartida: desde ahora, con Luka Doncic.

La comparación da perspectiva a lo que está haciendo Luka Doncic en el inicio de su quinta temporada en la NBA, en la que promedia 36 puntos, 9 rebotes, 9 asistencias, 2 robos y un 53% en tiros de campo. Y en la que no ha bajado de esa treintena: 35+8+6 (y tres robos) para someter a Toronto Raptors (111-110), un rival que es un paso por la consulta del dentista. Bien entrenado, muy intenso, con quintetos de envergadura imposible, llenos de aleros ultra elásticos y de posiciones intercambiables. Los Raptors venían de meter 143 puntos en San Antonio, y tuvieron mala suerte. En plena remontada en la segunda parte (desde un 79-61 en el tercer cuarto) se quedaron sin su mejor jugador, un Pascal Siakam que está jugando, por ahora y aunque es pronto, la temporada de su vida. También estaban (tercer partido seguido) sin Fred VanVleet, otro all-star. Pero pelearon como condenados, empujados por Scottie Barnes, el último Novato del Año, que puso el despertador cuando cayó Siakam: nada hasta entonces, al final triple-doble (11+11+10).

La remontada de los Raptors se quedó corta en un final en el que los Mavericks tuvieron más fuelle, salvaron unas cuantas posesiones extra vitales en la lucha por el rebote y acertaron al final con los suficientes tiros libres. Es un 5-4 para los canadienses y un 5-3, con tres victorias seguidas, para los texanos, apoyados en otra actuación soberbia de Doncic: +8 en casi 37 minutos en pista (-7, por lo tanto, su equipo sin él en el poco tiempo que descansó). El esloveno firmó un 10/15 excelente en tiros de campo y un 12/14 en tiros libres, donde está también en sus mejores números NBA (por encima del 77%, un asunto que le rascó el orgullo en temporadas pasadas).

En un primer cuarto primoroso, que jugó entero y en el que anotó 14 puntos, Doncic diseccionó con paciencia, y su habitual brillantez para procesar datos, la difícil defensa de los Raptors, física y poblada. Penetró, encontró a los tiradores (siempre lo hace) y fue poniendo la máquina de meter puntos en marcha. En el último parcial, cuando el pánico asomaba en Dallas, volvió a pista antes de lo previsto y ayudó a asegurar la victoria. Pero, por esta vez, los Mavericks fueron más, tuvieron una aportación más coral y jugaron buenos minutos sin su gran estrella. El mejor ejemplo, el segundo cuarto. Una unidad con Spencer Dinwiddie (21 puntos, 7 asistencias), Tim Hardaway Jr, Josh Green, Christian Wood (13+5) y un JaVale McGee reconvertido en suplente funcionó muy bien y demostró que, en su mejor versión, los Mavs pueden ser profundos y estables. Aunque todo vaya a depender, finalmente, de la capacidad de elevar al colectivo de Luka Doncic. Que en temporadas pasadas se cayó de escapada buena por el MVP debido a una salida lenta, espesa. Esta vez, va como un tiro. Noche tras noche. Presentando candidatura.