Crisis total en los Sixers
Última de toda la NBA (2-11), la franquicia de Philadelphia se ve sacudida por un artículo de ‘ESPN’ que expone las diferencias en el vestuario.
El último desastre en Miami (106-89) dejó a los Sixers con un balance de 2-11, el peor de toda la NBA empatado con Washington Wizards. Es obvio que no debería estar así un equipo que lanzó este verano el que parecía órdago definitivo (ahora o nunca) en la era Joel Embiid: el pívot camerunés se llevó una extensión de tres años y 193 millones de dólares; Tyrese Maxey saltó al nivel de súper estrella con un acuerdo por cinco años y 203 millones, y Paul George llegó desde la agencia libre para cuatro años y a cambio de 212 millones.
El último paso del Proceso, casi la última bala de la arquitectura en torno a un Embiid que todavía no sabe lo que es jugar una final de Conferencia y que tiene ya 30 años y un peligrosísimo historial de lesiones. La última, de rodilla, fue un extraño percance que le impidió comenzar la temporada y con el que, para colmo, se hicieron un lío comunicativo en los despachos de la franquicia. George también tardó en debutar, y cuando ambos se estrenaron, ya había caído fulminado Maxey. Nick Nurse todavía no ha tenido en pista a los tres de su nuevo big three a la vez, pero incluso con esa obvia coartada de las lesiones, la imagen es francamente pésima. Contra los Heat, un Embiid perdido y visiblemente fuera de forma (jugó enfermo, además) se quedó en 11 puntos. Es, ahora mismo, una sombra del jugador dominante que, se piense lo que se piense de él, fue. Al menos en fase regular.
Y los Sixers son un equipo sin fuste y sin alma, aunque con mucho tiempo por delante y una Conferencia Este muy débil. Es decir, con espacio para reengancharse. Pero lejos ya de la cabeza, de Cavaliers y Celtics (por balance y sensaciones) y cada vez con menos margen de error: si el objetivo de la regular season era que que Embiid (sobre todo) y George (34 años y también muchas lesiones en el historial) dosificaran esfuerzos para llegar en plenitud a los playoffs… la realidad apunta a que ambos tendrán que exprimirse más de la cuenta solo para que el billete a las eliminatorias no acabe cuestionado, por muy chupada que esté la Conferencia más allá de ese dúo tremendo que forman Celtics y Cavs.
Para colmo de males, Shams Charania ha publicado un artículo en ESPN que resulta muy preocupante desde el punto de vista de la situación anímica y la química de vestuario, algo que desde luego no parece en su mejor momento por lo que se ve en la pista. Después del desastre de Miami, los jugadores y Nurse tardaron mucho en salir a hablar con la prensa. Más de lo lógico. La razón fue una reunión improvisada en el vestuario en la que, tal y como cuenta Charania, saltaron chispas: el veterano Kyle Lowry convocó el encuentro porque esa cuarta derrota seguida había hecho saltar todas las alarmas. Había que buscar soluciones, expresar problemas y frustraciones y limpiar el ambiente.
Pero lo que pasó fue… distinto. Maxey (el poder ascendente: 24 años, all star y Jugador Más Mejorado en 2024) se encaró con Embiid y afeó al jugador franquicia (mientras no se demuestre lo contrario) que siempre llegara tarde a las actividades del equipo, “a todo”, y le dejó claro que eso tenía un efecto negativo para jugadores y cuerpo técnico. Según las fuentes de Charania, Maxey y Embiid tienen una gran relación y no tienen problema en decirse las cosas a la cara, pero esta vez ahí algo más: “Tyrese ama al grandullón, pero ese asunto es el elefante en el salón”. Nurse, muy cuestionado por el pobrísimo juego del equipo, recibió críticas de unos jugadores que le pidieron que fuera más exigente, pero el cuerpo técnico respondió a los jugadores que querían ver en los entrenamientos más sentido y atención a los detalles. ¿Y Embiid? Aceptó las críticas pero aseguró, por su parte, que estaba “confuso” con las cosas que el equipo estaba intentando hacer en la pista en estos primeros partidos de la temporada en los que ha participado.
Así que el panorama no puede tener peor pinta: George ha jugado siete partidos, Maxey otros siete (de trece) y Embiid solo tres que se han saldado con tres derrotas y unas pésimas sensaciones del MVP de 2023. Ahora, por lo que cuenta ESPN, ha quedado además claro que el problema no está solo en la cancha, así que uno de los proyectos más ambiciosos de la temporada afronta un punto crítico demasiado pronto. Porque si las cosas no van bien esta temporada, ¿qué futuro tienen por delante los Sixers? Es mejor ni pensarlo.
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