¿Crisis en los Warriors?
Tercera derrota consecutiva y quinta en ocho partidos de unos Warriors que están muy lejos del nivel que debe tener el vigente campeón de la NBA.
Los Warriors no arrancan. El vigente campeón de la NBA está teniendo un inicio de temporada muy por debajo de las expectativas generadas y, quizá, se están dejando ir en exceso para estar en una Conferencia Oeste que conocen muy bien: un mal inicio puede perjudicarte en demasía y recomponerte a un récord negativo no es tan sencillo. De momento, el 3-5 no es preocupante, aunque sí las tres derrotas consecutivas o la forma que han tenido de producirse. Si lo es más, sin duda, el duodécimo puesto que ocupan en la clasificación, sólo dos por encima de los Lakers y por detrás de, sin ir más lejos, los sorprendentes Jazz y Spurs o los incomprensibles Thunder. Y esto no es como empieza (es como acaba), pero el chip tiene que empezar a cambiar pronto si queremos volver a ver al que hace unas semanas era el principal favorito para repetir título y, de hecho, lo sigue siendo para muchos.
El triple-doble de Stephen Curry (23 puntos, 13 rebotes y 13 asistencias), los 19 tantos de Klay Thompson, los 21+4+5 de Andrew Wiggins, o el hecho de que todos los jugadores que saltaron a pista anotaran por lo menos 2 tiros de campo, demuestra que el problema de los Warriors no está en el ataque. Es esa defensa históricamente buena que llevó al equipo al Olimpo de las dinastías y a los cuatro anillos y seis Finales desde 2015, la que brilla por su ausencia. Los Heat, un equipo con claras limitaciones ofensivas, han endosado 116 puntos a los de Steve Kerr; los Pistons se fueron a 128, los Hornets a 120, los Suns a 134, los Kings a 125 (Golden State necesitó 130 para ganar este encuentro) y los Nuggets a 128. De hecho, los 116 de hoy son solo su segunda mejor anotación recibida este curso tras los 109 que consiguieron los denostados Lakers en el encuentro inaugural. Mala cosa.
Los Warriors, que reciben en torno a 122 puntos por partido, son la peor defensa de la NBA, han permitido a los Heat lanzar por encima del 45% en tiros de campo y del 35% en triples, además de dejar que se vayan a 32 asistencias. Y han perdido hasta 20 balones, una estadística en la que están entre los cinco peores equipos de la NBA. La última defensa tras tiempo muerto es buena muestra de la actitud defensiva actual: Gabe Vincent se escapa de la marca de Curry sin oposición y nada más pitar el árbitro, y anota debajo de la canasta sin sufrir ayudas rivales y en una zona en la que no hay nadie. Una jugada más, pero una demostración clara de que este equipo tiene que espabilar rápidamente si no quiere sufrir las consecuencias. En los Heat, se aprovecharon de la situación Jimmy Butler (mal en el tiro, pero con 23+6+8) Bam Addebayo (19+7+6), Kyle Lowry (13+5+9), Max Strus (27 puntos 8 de 17 en tiros) o un sorprendente Duncan Robinson (17, con 5 de 8 en triples y un +19 con él en pista en casi 26 minutos, su tope de la temporada).
Una cosa está clara: sin defensa, los Warriors lo tienen imposible. Y es hora de sufrir las consecuencias de las decisiones veraniegas: las salidas de Otto Porter Jr. o de Gary Payton II, acompañadas de otras menores como la de Juan Toscano-Anderson o Damion Le (o incluso Nemanja Bjelica, que tuvo cierto papel en la consecución del último anillo), dejan a Steve Kerr sin especialistas defensivos y con jugadores entrados en años que ya no están para ese menester. Curry, que el año pasado se salió en su defensa de las Finales, nunca ha destacado en ese lado de la pista, Draymond Green (5+6+3+3 hoy) es intermitente y su esfuerzo llega al final, Klay suifre en los movimientos laterales y de fuera adentro desde que regresó de sus lesiones y Andre Iguodala, todavía en el banquillo vestido de calle, sencillamente ya no está para jugar. Y Kevon Looney todavía no ha dado el nivel de los pasados playoffs. Eso te deja con gente como Jordan Poole, un auténtico agujero o, en el otro extremo, un Andrew Wiggins que se encuentra demasiado solo en esa labor. ¿Crisis en los Warriors? Probablemente no, es muy pronto para hablar de eso. Pero o espabilan en defensa o... En fin. Ellos lo saben mejor que nadie.