Christian Braun es un nuevo chico de oro para la NBA
Los Nuggets han sumado a su poderosa plantilla a Christian Braun y él, novato, respondió nada más llegar. Su gran palmarés, a punto de engordar.
Los Nuggets hicieron clic y por fin se han plantado en el escenario más grande de la NBA. Ese que ansiaban, ese para el que se habían preparado, ese en el que ahora rozan la gloria con los dedos. Faltaban ajustes. Faltaba suerte. La estabilidad de la plantilla, con Mike Malone a la cabeza, durante los últimos años ha sido patente, como también lo era que no eran favoritos en playoffs por mucho que se mostraran en la fase regular. Se cruzó el Rubicón, que eran las finales de conferencia (el peldaño más alto al que habían accedido, en 2020, y ganando en 2023 al rival que les echó en aquella ocasión, los Lakers de LeBron y Davis). En esta campaña se han juntado varias cosas: la buena recuperación de Jamal Murray tras su lesión, Jokic siendo un MVP sin necesidad de premio, piezas estratégicas como Aaron Gordon, Bruce Brown o Kentavious Caldwell-Pope, etc. Y ha surgido la magia. Pero para varita la que posee uno de los recién llegados, Christian Braun, un impetuoso rookie que actúa como Midas allá por donde pasa: lo que toca se convierte en oro.
Con Braun nos topamos, primero, con un demoledor de estereotipos. Sobre todo el racial del blanco tirador y el negro fortachón. Este jugador, de 1,97 metros de altura, destaca por su juego físico en ambos lados de la cancha; detrás, para defender en líneas de pase y hombre a hombre; delante, para penetrar desde fuera en estático y subir la velocidad de los ataques con contras rápidas. Es ahí donde reside su principal arma. Un perfil volcánico para calentar los partidos cuando los Nuggets pasan por esas pequeñas rachas de relajación que tanto preocupan al entrenador.
En la crucial victoria del tercer partido de estas Finales 2023, después de haber acumulado sólo seis puntos en los cinco anteriores encuentros, saltó la banca. 7/8 en tiros para 15 tantos, a sumar también cuatro rebotes, una asistencia y un robo. Para asaltar Miami y recuperar el factor-cancha fue importantísimo, coincidiendo su mejor racha con el máximo de diferencia de su equipo. No son números vacíos.
Christian no ha dejado de dar un alto nivel desde que fue elegido en el draft del año pasado. Un jugador de primera ronda larga, 22º elegido, que se ha acoplado genial a la rotación de Malone para estos Nuggets. Que ya sabemos que en las series por el título se tiende a acortar la disponibilidad de los jugadores suplentes, y concretamente en el técnico de Denver se ha visto con relevante claridad, pero Braun ha mantenido estatus. Algo vería y verá en él. De los exteriores ni Nnaji o Cancar, con más experiencia dentro de la plantilla, ni Ish Smith, con más experiencia en la competición, le han movido la silla. Sorprende también que continúe por delante de una opción como Reggie Jackson, que ha vivido dos picos de superexposición deportiva en Pistons y Clippers y venía como refuerzo estrella en el mercado de buyouts. La salida de otro combo, Hyland, parecía una hecatombe, por cualidades y lo que ‘Bones’ arrastró de su paso por allí, pero pronto se le ha olvidado. Braun, con una media superior a los 10 minutos de fama, ha forjado a fuego un trono de hierro.
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Christian tiene un palmarés trufado de éxitos y el Anillo de la NBA sería una broche a todo ello. A sus 22 años el pedigrí con el que cuenta es casi incomparable. Formado enteramente en Kansas, su estado natal, ha triunfado siempre. En el Blue Valley Northwest High School ganó tres títulos estatales consecutivos. También estuvo tres años en la universidad, en las de Kansas con los Jayhawks, triunfando finalmente en 2022 como campeón de la NCAA. En esa gran final nacional ayudó a labrar una remontada colosal con un doble-doble, 12+12, ante los Tar Heels, otra muestra de su gallardía en momentos decisivos. En college sí se mostró acertado en el tiro exterior, con un 37,8% de acierto en triples sin necesidad de lanzar mucho, pero de momento eso no se ha trasladado a la liga mayor. Ni falta que le ha hecho. De ganar el Larry O’Brien con Denver Nuggets este año se uniría a una exclusiva lista de campeones NCAA-NBA en back-to-back, léase, de un año para otro: Henry Bibby, Billy Thompson, Arnie Ferrin, un Bill Russell al que este año se homenajea con un parche en las camisetas y un Johnson apodado ‘Magic’. Casi nada.