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Campazzo fue invisible en Dallas
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DALLAS MAVERICKS

Campazzo fue invisible en Dallas

La producción de Campazzo en Dallas estuvo bajo mínimos en las primeras semanas de temporada y Kidd no le hizo un hueco fijo en la rotación.

El sueño de no una sino varias noches de verano se terminó cumpliendo para Facu Campazzo. Honores al cordobés por apretar hasta el último momento y cazar una de las pocas oportunidades que la NBA le dio de continuar. Europa quedaba atrás. Pero el principio de campaña no dio respiro al jugador, que entrenaba como el que más pero no vio recompensado el rol que se tenía en mente para él con minutos sobre la cancha. Y el tiempo apremiaba. El 10 de enero de 2023 era la fecha que tenía que tener entre ceja y ceja: su contrato de una temporada no estaba completamente garantizado, sólo lo hubiera estado a partir de ahí si no era despedido antes. Esto último, precisamente, es lo que acabó ocurriendo. Esos 1,8 millones seguían contando de forma importante para él, no sólo para su cuenta personal sino para la deuda con el Real Madrid que aún no ha cerrado.

¿Por qué Facu debía sentirse desesperado sin ser esto algo anormal? Porque, pese a que era el último del roster desde el mismo día en el que fue fichado, Jason Kidd declaró esto en los primeros días de temporada. Campazzo estaba esperando a que arreglaran el papeleo con su visado de trabajo y el entrenador apuntó que “la manera en la que juega es algo que necesitamos y que no hemos tenido” y que “es otro jugador en el que confiamos y que tal vez podamos usarlo para tener a Luka en otras diferentes situaciones”. Lo lógico es que pensara, y más con algún hueco por incomparecencia que se le había abierto, que iba a jugar de verdad.

El paso de las semanas dejó intranquilo a los que creían que habría más para Facu Campazzo. Y a él también, lógicamente. Esa emoción iba en aumento si tenemos en cuenta que la idea de la franquicia era probar al argentino mientras se seguía con mucha atención el mercado. La conversación entre aficionados continuaba girando, aún más después de las derrotas, en la necesidad de moverse antes de que se cierre el mercado de traspasos. Para ser el 15º ya había salido el nombre Kemba Walker, que finalmente le ha quitado el sitio, pero no es el único que conforma los rumores en torno a los Mavs. Entre los que se van a mover, como Jae Crowder, los que están siendo ofertados, como John Collins y Derrick Rose, y los que directamente aparecen con Dallas como interesada, como Gordon Hayward, va a haber más tomate de aquí a febrero si los resultados siguen sin mejorar.

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La carrera en la NBA de Campazzo había ido por altos y bajos en Denver. La ausencia de Murray le benefició en un principio, en el segundo año le costó un poco más sentirse importante con la irrupción de Hyland. Pero sus medias se mantenían en un cierto nivel: 5′6 puntos, 1′9 rebotes, 3′5 asistencias y 1′1 robos en 20′1 minutos a lo largo de 130 partidos de regular season. Hasta ser cortado por los Mavs ansiaba volver a esos números. En los primeros quince partidos del curso sólo saltó a la pista en cinco (en los dos primeros no podía jugar, los que cuentan son los otros ocho en los que no se ha contado con él) y con poca presencia: diez segundos frente a los Wizards, 2:47 ante Nets y 4:22 ante Nuggets, siendo la excepción los veintidós minutos (y 1/6 en triples, para lo que le ponen) que jugó contra Houston Rockets por la ausencia de Luka Doncic. Los ajustes con Josh Green, el in & out que Kidd hace con el inexperto Jaden Hardy, tener por delante a Frank Ntilikina y al lado a un elemento crucial en el vestuario como Theo Pinson se hacía una dura competencia para rascar algo más. Su resumen habla bien de sus enormes dificultades para siquiera aparecer: 1,3 puntos y 1,2 asistencias, además de un pírrico 23% en tiros de campo (y un 34,6% en el tiro efectivo cuando venía de un 47,8%).

¿Y ahora? ¿Y el Madrid?

El panorama que se abre ahora para Campazzo es el que es, sin entrar a calificarlo. Desde su desvinculación oficial entró en la lista de waivers de la NBA, en la que permanecerá 48 horas. Si algún equipo le reclama, conservará el contrato que firmó al principio del curso; si no, se convertirá en agente libre y cualquier acuerdo que firme después será con nuevas condiciones. Se hace complicado pensar en nuevo destino de Estados Unidos para él en el corto plazo dado que cazó ese contrato de Dallas a última hora y sin garantía, no había muchos ofrecimientos más. Si decide mirar a Europa, algo que según el entorno del jugador aún no se contempla, Madrid y Fenerbahçe son dos destinos con los que contaba en la agenda. El plazo para inscribir nuevos jugadores en la Euroliga acabará el próximo 9 de febrero, con ello también deberá jugar. El club blanco, con el que conserva el vínculo de la cláusula de salida antes mencionada, planificó la temporada sin él, aunque Chus Mateo declaró lo siguiente cuando surgieron rumores en torno a su posible incorporación: “Ojalá hubiera un hueco para él. Si lo hay, bienvenido sea. Le tenemos mucho cariño y sabemos lo que puede dar. Pero ahora no es jugador del equipo. Si viene, fantástico”. Ninguna puerta está cerrada en estos momentos.