A los Nuggets les toca esperar con Jokic
El serbio no firmará por ahora una nueva extensión de contrato con la franquicia de las Rocosas. Deja más de 200 millones sobre la mesa y pone la vista en el próximo verano.


Denver Nuggets ya sabe que Nikola Jokic, obviamente su jugador franquicia y seguramente el mejor del mundo en los tres últimos años, no firmará ahora una extensión para alargar sus años de vínculo con el equipo. El serbio tiene garantizado su actual contrato hasta 2028, tres temporadas más (por 276 millones) que pueden ser dos porque una player option de 62,8 millones (2027-28) le permitiría ser agente libre en el verano de 2027, el que muchos equipos han señalado como el momento en el que hay que tener espacio salarial (los Lakers, por ejemplo, han sido uno de ellos): en un tiempo en el que el mercado veraniego ha perdido mucho brillo y la construcción de las plantillas se hace más (sobre todo en cuanto a estrellas y casi estrellas) a través de traspasos y extensiones, ese de 2027 aparece como un hito estratégico por los jugadores que pueden llegar a él como agentes libre. A la cabeza, el corazón de todas las especulaciones que pueda haber al respecto, Jokic y Giannis Antetokounmpo (que también tiene una player option para la temporada 2027-28).
Por la estructura de su contrato en vigor, Jokic tiene a tiro (el plazo se alarga hasta el 20 de octubre) firmar ahora, ayer martes fue el primer día para hacerlo, una extensión por tres temporadas extra y unos 206 millones de dólares. Pero si espera a 2026, al próximo verano, puede añadir a una nueva extensión un cuarto año y casi 80 millones de dólares más hasta rondar los 285x4. En las conversaciones con el entorno del serbio, según el Denver Post, se plantearon ambas hojas de ruta, y si bien los Nuggets pusieron sobre la mesa la opción de firmar ya (la franquicia ganaría tranquilidad, amarraría a su megaestrella e invertiría menos dinero), la respuesta que recibieron, esperar un año, ni les sorprendió ni en principio les provocó un ataque de pánico. Se entiende, por ahora, como una cuestión de negocios y dinero, no una enmienda a las operaciones de este verano o una sombra de duda alargada sobre el futuro del pívot en el único equipo en el que ha jugado en Estados Unidos: pick 41 en el draft de 2014, saltó en 2015 a una NBA en la que ya ha cumplido una década con resultados estruendosos: un anillo de campeón, tres MVP, un MVP de Finales, siete all star, cinco veces en el Mejor Quinteto y dos en el Segundo.
La familia Kroenke, propietaria del equipo, ya expresó en junio el deseo de atar para el largo plazo a Jokic. Josh, CEO y presidente, aseguró que la oferta estaría ahí, pero también que contaba con que el jugador eligiera no firmar: “Desde luego, vamos a hacer nuestra propuesta, pero no estoy seguro de que vaya a aceptar porque vamos a valorar todos los parámetros económicos de su posible decisión, qué implica para él firmar ahora o hacerlo más adelante. Seremos totalmente transparentes e imaginamos que él hará lo crea que es mejor para su futuro y el de su familia, y eso es algo que apoyamos completamente”.
Jokic (30 años) acaba de completar una temporada fabulosa, otra más: 29,6 puntos, 12,7 rebotes y 10,2 asistencias. Segundo en la votación del MVP por detrás de Shai Gilgeous-Alexander, se quedó cerca de ganar por cuarta vez el premio (palabras ya muy mayores) pero sí consiguió ser el primero que está cinco años seguidos entre los dos mejores (ha ganado tres y ha estado por detrás de Shai y Joel Embiid en los otros dos casos) desde Larry Bird en la carrera por el galardón individual más importante de la NBA. Después, los Nuggets cayeron en segunda ronda de playoffs por segunda temporada consecutiva, dos años sin volver a las Finales después del título de 2023. Pero consiguieron llevar a siete partidos a los Thunder de, precisamente, Shai, semanas después el nuevo campeón. Y eso después de un año muy difícil en el que el equipo pareció en declive y acabó siendo despedido, a días de los playoffs (algo insólito en la NBA) el entrenador de ese anillo todavía muy reciente, Michael Malone.
David Adelman ascendió como interino y se ha quedado el cargo de entrenador principal y los despachos también se han transformado (salió Calvin Booth, ahora mandan Ben Tenzer y Jon Wallace). El equipo, con ese nuevo orden, ha firmado un verano ambicioso con el traspaso por Cam Johnson (y la salida en esa operación de Michael Porter Jr) y la llegada de Bruce Brown (campeón en 2023, regresa a Colorado), Tim Hardaway Jr (un tirador para el banquillo) y Jonas Valanciunas, el tipo de pívot suplente rocoso y productivo que Jokic no ha tenido a su lado en los últimos años. Un fichaje estratégico para que el serbio no acabe agotado la fase regular y pueda dosificar un poco más su presencia en pista sin que eso implique un hundimiento de su equipo cada vez que pasa aunque solo un par de minutos en el banquillo. Ahí todavía hay trabajo: Valanciunas quiere romper su contrato y marcharse a Grecia para jugar en el Panathinaikos pero los Nuggets cuentan con él como guardaespaldas de Jokic. Si no consiguen reconducir esa situación, volverán la vista hacia un Al Horford (39 años) que no ha tomado todavía una decisión definitiva sobre su futuro. Los Nuggets pueden hacer una oferta competitiva al dominicano porque sus movimientos del verano les han reforzado en lo deportivo y, de paso, les han dado una flexibilidad, con márgenes que antes no tenían, en lo económico.
Según el periodista Brian Windhorst (ESPN), Jokic (visiblemente frustrado y ya rodeado por rumores que empezaban a ser serios en las últimas semanas antes del despido de Booth y Malone) está “muy satisfecho” con los movimientos que han hecho los Nuggets este verano. Es sintonía es clave para que, por ahora, esta decisión de Jokic de esperar sea una cuestión puramente económica. Y lógica, en todo caso, si bien también podría haber firmado ya para llegar antes (en tres años más, todavía con 33) a otra gran extensión en esta inercia en la que los salarios seguirán creciendo de forma notable con la llegada de los nuevos contratos televisivos. Pero siempre hay un riesgo: mientras no firme, seguirá la puerta abierta a ese punto de tensión que puede ser el verano de 2027... o su simple proximidad.
Si la cosas van mal en lo deportivo, si Jokic siente que no va a poder aspirar a más títulos en las Rocosas, si hay cualquier problema personal o deportivo... en fin, ya se sabe. Cosas que no van a pasar... hasta que pasan. Los Nuggets y Jokic, de momento, no están ahí, pero conviene recordar las palabras de Kroenke, en la misma comparecencia de las declaraciones citadas anteriores, sobre cómo (glups) podrían tener que acabar traspasando a Jokic. Algo que, aunque solo sea por la forma de expresarlo escogida, dejó con la boca abierta a todo el entorno NBA: “No es que nos dé miedo estar en el segundo apron, pero tenemos que tener cuidado con las normas, con nuestro historial de lesiones... si se lesiona quien no debe, podemos vernos más rápido de lo que parece en un escenario que no querríamos tener que que plantearnos nunca, el del traspaso del número 15”.
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