EUROLIGA | BARÇA 90 - 97 MADRID (2OT)
El Madrid acaba con la crisis en la agonía
Los blancos rompieron la racha de partidos perdidos fuera de casa ganando en el Palau y suman su quinta victoria seguida ante el Barça. El balance en Euroliga también les sonríe: 19-18.
Se acabó una de las peores rachas del Real Madrid, que conquistó en el Palau su primer partido como visitante en la Euroliga (90-97), alarga la racha a cinco victorias en los Clásicos y se apunta el balance directo ante los azulgranas en duelos de Euroliga (19-18). Los blancos, además, lo hicieron ante el Barça, el eterno rival. Y tras un inicio de temporada que ya no lo es, cuando estamos casi entrando en el mes de diciembre y los equipos están rodados, pudiéndose sacar ya algunas conclusiones. Eso sí, el equipo de Chus Mateo pone rumbo a una tranquilidad que será efímera antes del partido ante el Joventut del domingo (18:30) y de la semana que viene, otra más de jornada doble, se enfrentarán al Asvel Villeurbanne (fuera) y al Fenerbahçe (en casa) de Sarunas Jasikevicius, líder de la máxima competición continental. Un ritmo que se frenó levemente por unas Ventanas ya disputadas y que volverá a ser infernal de forma indefinida. Así es el baloncesto europeo, con un calendario extenuante, poco tiempo de recuperación y un choque que acaba, pero que se solapa con otro que empieza.
El Madrid tuvo que hacer un ejercicio de sudoración máximo para ganar al Barça. Lo hizo en la segunda prórroga, gracias a un triple de Facundo Campazzo al final del tiempo reglamentario, sobreponiéndose a un rival que acaba de fichar a Raul Neto y con la plantilla todavía incompleta, algo que el club no ha solucionado desde la salida veraniega de Guerschon Yabusele y que sigue siendo una tónica muy repetida, pero no por ello menos cierta, de la realidad blanca. Antes del partido en el Palau, el Madrid llevaba cinco derrotas consecutivas lejos del WiZink Center, cayendo ante el Bayern en la jornada inaugural y, posteriormente, contra Baskonia, Olympiacos, Maccabi y Milán. Dichos partidos se resolvieron por 8, 4, 10, 1 y 9 puntos, aunque la derrota en Milán fue clara desde mucho antes y el final del duelo sirvió para maquillar el resultado. La crisis era, además, extensible a la Liga Endesa, donde cayeron en Coruña y Bilbao, con la única y solitaria victoria en Murcia como máximo argumento. Algo que no servía para acallar las críticas ni compensar de ninguna manera el complicado momento que vive (o que vivía, al menos hasta antes de este partido) el equipo.
Pero la victoria llegó. Con sangre, sudor, Campazzo y Tavares. El base argentino y el pívot caboverdiano tuvieron que salir al rescate cuando peor pintaban las cosas, pero dentro del contexto de un partido muy igualado, que fue un toma y daca constante y pudo acabar siendo para cualquiera de los dos equipos. El papel de las estrellas blancas inclinó definitivamente la balanza y los números reflejan que el esfuerzo fue extenuante: Facundo se fue a casi 45 minutos (44:50), el tope de la temporada, descansó apenas ocho solitarios segundos en toda la segunda mitad y las dos prórrogas y logró 18 puntos, 5 rebotes y 10 asistencias, además de 2 robos y 32 dígitos de valoración. Edy fue el segundo que más jugó (36:27) y logró 24 tantos y 18 rechaces, a uno de su tope en la Euroliga, que está en 19. El center puso también 2 tapones y consiguió un espectacular 10 de 13 en tiros de campo para 39 de valoración. Tremendo.
No fueron los únicos números espectaculares que hubo durante el partido. Mario Hezonja, más difuminado en el tiempo extra, jugó casi 36 minutos, y logró 23 tantos y 7 rebotes, además de 23 de valoración. En el Barça, las estadísticas también fueron tremendas y se centraron también en dos jugadores: Kevin Punter y Jan Vesely. El escolta (34:31 en pista) voló hasta los 27 puntos y 4 asistencias, siendo la primera referencia ofensiva de los azulgranas en el ataque, especialmente en ambas prórrogas. Jan Vesely, por su parte, consiguió 20 puntos y 8 rebotes, además de un excelente 9 de 14 en tiros de campo. El otro que se fue por encima de la decena (la anotación no estuvo muy repartida en ninguno de los dos rivales) fue Jabari Parker, que también estuvo una minutada en pista y llegó a los 11 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias, pero con un clamoroso 4 de 18 en tiros de campo y un 1 de 8 en triples. Con el alero a mejor nivel y el Barça acertando algún triple más, la victoria habría sido de los locales casi con total seguridad.
Un Clásico extraordinario
El partido fue único, mágico, místico. Un Clásico entre los Clásicos, que tuvo de todo. Willy Hernangómez sólo disputó 3 minutos (algo de lo que ya se habla y de lo que se seguirá hablando), Campazzo dio un empujón tremendo y expeditivo a Justin Anderson que no fue señalizado y además metió el triple ante un rival con el que tuvo trifulcas en forma de trash talking durante todo el choque. Tavares también fue víctima de una jugada similar, esta vez de Álex Abrines. La concatenación de jugadas polémicas, las protestas y las dudas fueron una constante que marcó una recta final de partido que fue larga incluso contando con las prórrogas. También por las revisiones y las dudas de un grupo arbitral que tuvo una actuación bastante cuestionable, por decirlo suavemente. Al final, la magia de Campazzo y Tavares se impuso a la de Punter y Vesely. Y las piernas cansadas funcionaron mejor en los que fallaron menos, que no en los que acertaron más. El Real Madrid rompe su mala racha fuera de casa en la más absoluta de las agonías. Pero gana, al fin y al cabo. Que es lo que cuenta.
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