El Girona acaricia la salvación
Triunfo solvente del equipo de Katsikaris ante un Bilbao Basket muy mermado. Iroegbu, omnipresente un día más: 21 puntos y 22 de valoración.
El Bàsquet Girona acaricia la salvación en una jornada con muchos volcanes lanzando incendios. En Granada el Breogán sacaba la cabeza del infierno para meter ahí a los nazaríes y el Palencia perdió matemáticamente la categoría. Un año tan sólo de disfrute en el cielo de la ACB. El Girona tenía en su mano asegurar de forma virtual la permanencia y rompió su nefasta racha de cinco derrotas, con un triunfo que no vio peligrar en ningún instante. Era un ‘ahora o nunca’, ante un Bilbao Basket muy mermado, sin sus escoltas norteamericanos, Smith y Hornsby, que son gran parte de sus sustento anotador, con Andersson tocado y con Killeya-Jones que tuvo dolores en el hombro que le dejaron mermado. Los bajos porcentajes y las 21 pérdidas, sin ningún cuidado de la pelota, dejaron sin opciones a los ‘hombres de negro’, a los que se les está haciendo larga la temporada. No tienen presión clasificatoria y eso se nota mucho. La agresividad local en el rebote también pesó lo suyo. Katsikaris había dicho que el partido era “una verdadera final” para el cuadro de Fontajau, en una situación de “urgencia”, y sus muchachos respondieron con una gran actuación para lograr su undécimo triunfo en 31 duelos. Bajo la batuta de Iroegbu, omnipresente un día más: 21 puntos y 22 de valoración. Si el Obradoiro venció una semana atrás por su enorme necesidad, ahora ocurría más o menos lo mismo.
Bajo la atenta mirada de Marc Gasol, el partido era feísimo, un bodrio con mil interrupciones, muchas de ellas por las revisiones interminables de los árbitros. Seis canastas por bando hubo en el primer cuarto, marcado por la bajísima anotación. Entre los dos equipos llegaron a acumular un 5/24 en triples, uno tenían los visitantes después de 12 lanzamientos. El Girona estaba muy nervioso, le pesaban los balones, pero se fue centrando en el aspecto defensivo y le otorgó la inspiración para el otro lado del campo. Empezó a meter de fuera y la cosa cambió. Seis puntos consecutivos de Fjellerup dieron una ventaja de seis puntos al equipo local (25-19), espoleado por una afición que pronto se revolvió contra los árbitros. Alcanzó el equipo que apadrina Gasol desde el palco una renta cómoda cercana a los diez puntos de la que ya no se desprendió en lo que quedaba.
RESUMEN
68 - Surne Bilbao Basket (15+12+21+20): Pantzar (10), Kullamae (14), Reyes (12), De Ridder (3), Killeya-Jones (6) -cinco inicial-; Renfroe (13), Rabaseda (-), Hlinason (10), Rigo (-), Andersson (-) y Tsalmpouris (-).
Árbitros: Perea, Sánchez Mohedas y Lucas. Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la trigésimo primera jornada de la Liga Endesa disputado ante 4.831 aficionados en el Pabellón de Fontajau, en Girona.
Los visitantes se encontraban con dificultad a la hora de iniciar el juego, con la pista ‘sucia’ por el colmillo gerundense. Atacaron con más voluntad que ideas, con muchas torpezas. Buscaron reaccionar, pero se toparon con la calidad de Iroegbu, ya recuperado de la lesión que sufrió ante el Joventut y que encendió las alarmas en Fontajau. Encadenó nueve puntos justo antes del descanso para despedir la primera mitad con nueve puntos de margen para el Girona (36-27). El parcial del segundo acto fue de 22-12. El Bilbao estrenó la segunda mitad con un 0-5 y su tercer triple en 14 intentos (36-32), pero el Girona, más inspirado en los tiros de tres puntos que en los de dos, respondió con el sexto en 17 (39-32). Iroegbu se convirtió en el primer jugador de la noche en llegar a diez tantos (43-36) y Goloman, también recuperado, enlazó seis puntos (49-40).
La ventaja local alcanzó los dos dígitos con un triple de York (52-40, 30-15 en puntos del banquillo), mientras se iban multiplicando las pérdidas vascas: cinco a 15 en los primeros 30 minutos. Hlinason y Renfroe no querían rendirse, pero les costaba mucho jugar a baloncesto. Cinco jugadores visitantes se fueron a diez puntos o más, pero faltaban armas para combatir a un enemigo tan necesitado. El balón estaba en manos poco habituales y bien que se notaba. Susinskas cerró el tercer cuarto con un triple sobre la bocina para situar el 59-48 en el marcador de Fontajau. La renta del Girona creció hasta los 17 puntos (67-50), de la mano de Iroegbu. El Surne no dejó de intentarlo, pero se quedó a medio camino, en ningún instante dio la sensación de creérselo. Ponsarnau había dicho: “Ahora somos otro equipo y no sé de qué nivel”. Desde luego de la categoría suficiente para doblegar a estos adversarios tan apremiados por abajo, no. La ventaja ya se mantuvo siempre por encima de los diez puntos y un triple de York dejó el partido bien encarrilado a falta de cuatro minutos (73-58). Fontajau acabó cantando ‘l’any que ve, Girona a l’ACB’ (‘El año que viene, Girona en la ACB’).
Katsikaris: “El equipo tenía que reaccionar y lo ha hecho de la mejor manera”
Katsikaris aseguró que su equipo “tenía que reaccionar y ha reaccionado muy bien, de la mejor manera”, para lograr un triunfo “importantísimo para afrontar las últimas tres jornadas con confianza”. El Girona jugará las últimas tres jornadas de la Liga Endesa con una renta de al menos dos victorias sobre los puestos de descenso, pero el técnico griego avisó que relajarse “sería un error porque en la Liga Endesa puede pasar cualquier cosa. Cualquiera puede ganar a cualquiera y no hay nada definitivo hasta que acaba la liga”.
El equipo encaraba la visita del Bilbao en una situación de “necesidad” y “urgencia”, según Katsikaris, pero el equipo jugó muy concentrado y firmó un gran partido: “No quiero decir perfecto porque la perfección no existe, pero sí de un nivel altísimo”.
Reivindicó que el equipo hizo “un trabajo fantástico” a nivel defensivo y también señaló el juego ofensivo, a pesar de que notó cierto “nerviosismo”. Katsikaris destacó la “mentalidad” del equipo y quiso felicitar a sus jugadores, porque “no es fácil jugar cuando los balones pesan más”, y también agradecer el apoyo de la afición.
Sobre Ike Iroegbu, MVP con 21 puntos pese a la lesión en el tobillo izquierdo sufrida seis días atrás, explicó que “no podía andar hasta el jueves” y dijo que “fue muy determinante especialmente cuando tocaba mantener el marcador. Iba a canasta sin pensar en su tobillo hinchado ni en el dolor”. “‘Chapeau’ por él. Ha demostrado que siente los colores del equipo. Quería ayudar como fuera al equipo y lo ha hecho de la mejor manera”, concluyó el técnico.
Ponsarnau: “Nos ha costado mucho jugar al baloncesto”
Ponsarnau admitió que a su equipo le costó “mucho jugar al baloncesto”. Argumentó el desacierto y las pérdidas (21) “lastraron” al Bilbao y le dejaron “sin opciones de luchar por el partido”. Añadió que el equipo afrontaba el partido “con la idea de dominar las sensaciones del partido desde la defensa” y que empezó “bien” y jugó bien en ataque en el primer cuarto, pero luego ya apareció el desacierto. También admitió que la agresividad del Girona en el rebote y la presión marcó la diferencia porque los jugadores locales “molestaron mucho” los inicios de juego del Bilbao, “sucios”, y provocaron que su equipo no jugara con clarividencia y fuera acumulando pérdidas. Ponsarnau señaló, además, que el Girona encontró la forma de atacar la defensa visitante y generar “desequilibrios” que acabaron de “rematar” al Bilbao