El Bilbao se obliga a una gesta
Desastrosa segunda parte de los ‘hombres de negro’ en la ida de la semifinal ante el Dijon. Miribilla decidirá. El Cholet, más cerca del pase en la otra parte del cuadro.

Miribilla tendrá que lanzar todo el embrujo posible y más. O hay gesta, que sería preciosa para celebrar los 25 años de historia de la entidad, o adiós a la segunda final europea en la historia del club. El año pasado lo hizo, en cuartos, algo que se veía por primera vez en la competición, pero ante un Legia de cartón piedra. Mira que estaba advertido el Bilbao Basket. Tenía ese ejemplo de 2024, en el que un mal cuarto ante el Chemintz le dejó fuera de la pelea definitiva por alzar la FIBA Europe Cup. Pues el equipo de Ponsarnau chocó con la misma piedra. Una absoluta debacle en el tercer cuarto, con continuidad en el siguiente. Un colapso total que desvía al grupo del sueño. 20 minutos en los que los jugadores vagaron sin rumbo, los peores del curso, que elevaron a un Dijon justo de talento, pero animoso como pocos, más que eso agresivo, y con enorme oficio. De una tarde tan negativa no se puede salvar nadie, ni el cuerpo técnico, más les vale que se reciclen para la vuelta. Su pase está a expensas de un milagro, pero en Bilbao cosas más raras se han visto. El Cholet ganó en la otra semifinal en la caliente pista del PAOK y redondeó una jornada de euforia francesa.
Nada hacía presagiar el desastre en el arranque del choque. Kullamae y Gielo fueron los descartes, como estaba previsto por el tema de cupos en Europa. Al Surne le está costando mucho recomponer los roles en cada cita continental. Hay mucho desbarajuste con este tema. Cazalon está perdiendo pujanza, mucha, y parece que por ahí empieza a caerse el edificio. Y líderes como Dragic no acaban de aparecer en citas de este tipo.
RESUMEN
58 - Surne Bilbao Basket (21+15+9+13): Frey (12), Abdur-Rahkman (11), Dragic (6), De Ridder (9) y Hlinason (3) -cinco inicial-; Pantzar (5), Rubén Domínguez, Cazalon, Sylla (3), Jones (8) y Rabaseda (1).
Árbitros: Baldini (Italia), Aunkrogers (Letonia) y Matejek (Chequia). Eliminados por faltas Ware (m.34) y De Ridder (m.40).
Incidencias: Partido de la ida de semifinales de la Copa del Rey disputado en un Palais des Sport Jean-Michel Geoffroy de Dijon con cerca del lleno de 5.000 espectadores que puede albergar.
El Bilbao Basket daba la cara con personalidad, hasta Sylla aportaba en tiros abiertos. Rabaseda participaba mucho tiempo después para tener una rotación más con personalidad en una cancha muy caliente. Llegó un 0-8 coincidiendo con la entrada a la cancha de Pantzar, que anotó dos tiros libres que abrieron el parcial que continuaron dos triples seguidos. Aún aumentaron la distancia a nueve los ‘hombres de negro’ -esta vez de blanco- al inicio del segundo cuarto (16-25), antes de que el choque entrase en una fase de errores y desacierto de la que sacó más partido el Dijon. Ante el caos se les nota cómodos.
Los franceses ganaban la parte alta de la zona por el centro y desde ahí producían, pero estaban en una anotación más baja de lo habitual. Un equipo caliente, que vio cómo Ware era castigado con técnica antes del descanso. Jones selló el 28-35 a falta de 2:09 para ir al descanso y a partir de ahí ,todo se fue al traste. Un 6-0 ya avisaba de que la cosa se estaba torciendo. Rabaseda anotó un tiro libre y dejó el trámite en 34-36 al final del segundo acto.
La segunda mitad no hay por dónde cogerla. Los errores se sucedían entre los jóvenes y gente ya con tablas en esto del baloncesto, con ataques sin sentido. Se jugó a lo que quiso el Dijon, que apenas consumía segundos en sus posesiones. El conjunto de Legname empezó a crecerse, en la misma medida en la que los ‘hombres de negro’, desprovistos de la dureza y la mentalidad exigible en una semifinal Europa, se diluían como un azucarillo en el café. El hundimiento físico y táctico era alarmante. Menudo apagón vasco, que además vio a un Hlinason que acabó cojeando por un problema en un gemelo. Jones también acabó tocado en la rodilla y un tobillo. Ya no se pudo recuperar el argumento en el choque de ida. No encontraba soluciones Ponsarnau, que protestó impotente porque los árbitros premiaban la animosidad local en cualquier duda, y le pitaron una técnica. Hrovat, bien ayudado por Julien, McDuffie y Sengfelder, mostraron un dominio del juego que redujo a cenizas a los vizcaínos. Nadie cogía las riendas en busca de la reacción. No había sentido en lo que hacían, iban tarde en cada acción. Tiros a destiempo, facilidades defensivas alarmantes, falta de dureza, desorden... un panorama desconcertante.
Nadie de los diez en cancha tenía acierto desde la larga distancia. Cada vez que entraba un balón dentro en el caso del Surne, el rival colapsaba. Su intensidad, dureza y movilidad le daba para llegar a todas las zonas. y en ataque se abrían todos y generaban con prontitud. Ponsarnau pidió un tiempo muerto en el tramo final para evitar una mayor sangría. Hacer una falta a siete segundos para acabar ya no tiene nombre. Completó el naufragio. En cruces de este tipo dos puntos más o menos te pueden dejar en la cuneta. Este equipo es muy frágil mentalmente fuera de casa, no tiene a nadie al que agarrarse, se ven totalmente superados. Sus cinco aleros, en cero o negativo de valoración menos el 3 de Rahkman. Triste realidad. Una inconsistencia que mereció semejante correctivo. Reparar este batacazo en una semana tal vez ni tape la sensación de amargura.
Ponsarnau: “Evidentemente que se puede remontar”
Jaume Ponsarnau aseguró que “evidentemente se pueden remontar” los 19 puntos de desventaja, pero van a necesitar “hacer cosas mejor”. “Si ellos nos han ganado de 19 nosotros podemos ganar de 19. De hecho en el primer cuarto ganábamos de 9. Pero hay que mejorar, tener la dureza necesaria para jugar contra su dureza y eso también pasa por estar fuertes mentalmente”, reflexionó el técnico de Tàrrega tras el encuentro.
Destacó que su equipo “jugó bien los primeros diez minutos”, pero a partir de entonces empezaron a “tener problemas contra el físico” del equipo francés que se vieron agravados por una “permisividad arbitral” que considera que les “ha descentrado”. “Hemos hecho todas las cosas que no teníamos que hacer en un partido de esta realidad. Se ha sumado la incapacidad de hacer canastas por desacierto a su agresividad. Nuestra defensa no ha sido tan mala, lo realmente malo ha sido nuestro ataque. Ahora a remar cuesta arriba. Quedan 40 minutos en casa con nuestra gente y a ver si lo conseguimos”, subrayó el técnico.
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