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COPA DEL REY | BARCELONA-MANRESA

Brizuela: “La última Copa no la disfruté nada”

Darío Brizuela, hoy jugador del Barça, regresa al Carpena de Málaga para tratar de ganar la segunda Copa consecutiva.

Actualizado a
Darío Brizuela posa en el Palau Blaugrana.
GORKA LEIZADiarioAS

Darío Brizuela está donde quiere estar. 29 años ha tardado en llegar al Barça, club del que es aficionado, en plena madurez personal y deportiva tras pasar por Estudiantes y Unicaja. Precisamente con los malagueños se proclamó la temporada pasada campeón de Copa, un título que no pudo saborear al coincidir con una enfermedad que atravesó su hijo recién nacido.

-¿Cómo está usted? ¿Cómo está el equipo?

-Bien, yo estoy sano, el equipo está sano también, recuperando a gente que es importante. Ahora empieza lo bueno, llega la Copa y luego la parte final de la temporada. Que la gente esté sana es muy importante.

-¿Qué se siente al ser jugador del Barça?

-No cambia mucho a ser jugador de baloncesto de cualquier otro club. Aquí con mucha más ilusión porque es un club que me ha gustado siempre, soy seguidor del Barça y mi familia, lo he dicho mil veces, son muy culés. Es muy especial para mí jugar en el Palau y ponerme la camiseta del Barça.

-¿Está cumpliendo sus expectativas?

-Yo no venía con expectativas de nada. Conocía un poco el nivel del club por enfrentarme a ellos, sé de la importancia que tiene el Barça en la Liga y en Euroliga. No venía con expectativas ni personales ni colectivas. Venía a disfrutar y a echar una mano. Hasta el momento lo estoy haciendo, creo que estamos bien, es evidente que se puede hacer mejor, pero hay que entender que es un equipo seminuevo con un entrenador nuevo. Hay que dar tiempo a los procesos.

-Desde fuera se percibe un gran ambiente en el vestuario…

-Es un tópico pero tenemos muy buen ambiente en el vestuario. Nos echamos muchas risas. Hacemos vida fuera de la cancha, que es muy importante. Nos juntamos por los cumpleaños o para cenar sin ningún tipo de motivo. Yo personalmente es el año en el que más bien me lo estoy pasando con los compañeros.

-Y eso que este verano hubo muchos cambios…

-No es fácil, pero si la gente está interesada en ello y pone de su parte es más sencillo. Y es lo que pasa aquí. El entorno de trabajo es muy natural, porque la gente sabe cuando es momento de trabajar y cuando de pasarlo bien. Eso es fundamental. Luego si cada uno pone de su parte para hacer bromas o interesarse en la vida del otro, el ambiente que se crea es muy bueno. Eso es lo que ha pasado.

-¿Ese buen ambiente impacta en la pista?

-Sí, pero no es fundamental. Se puede jugar bien sin ser amigos íntimos. Yo no creo en eso, pero lo he visto. Gente que no se llevaba bien y en pista funcionaban genial, pero es más fácil y divertido si te llevas bien.

-¿Usted se está divirtiendo?

-Te lo pasas bien cuando ves el aro como una piscina pero no es cuestión de eso. Yo disfruto del baloncesto pero sobre todo disfruto si ganamos. Al margen de si juego bien o mal.

-Dijo usted que prefiere jugar menos y ganar. ¿Pone por delante al colectivo?

-Es más sencillo que eso. Yo he estado en situaciones donde he jugado mucho y bien y se han perdido muchos partidos y no es agradable. Y sufro. Lo he sufrido mucho en Estudiantes, también en Málaga. Tienes mucha responsabilidad y la gente piensa que has de ser feliz porque juegas muchos minutos o metes 15 puntos pero si el equipo pierde todo es una mierda. Yo lo que quiero es ganar. Y estoy en el sitio perfecto para hacerlo. Tengo 29 años, voy a cumplir 30. No me centro en los minutos o en hacer números, que sí es importante porque todo el mundo quiere hacerlo bien, pero si el equipo no gana no sirve de nada. Eso lo aprendí muy joven. Por muy bien que juegues, si el equipo no te acompaña no te va querer nadie ni lo vas a disfrutar. No merece la pena.

-El curso pasado, sin embargo, ganó la Copa del Rey.

-No la disfruté nada por el tema familiar (su hijo recién nacido estuvo enfermo). Eso empañó el fin de semana y las semanas posteriores pero en el recuerdo queda una experiencia inolvidable. Nadie se esperaba, ni nosotros mismos, tener ese rendimiento en cuatro días. No fue una sorpresa, en Málaga siguen haciendo las cosas muy bien. A ver si repito con el Barça.

-Rompieron ustedes el dominio de Barça y Real Madrid en la Copa…

-Me parece que fue la primera vez que ganó la competición alguien que eliminó a Barça y Madrid. Fue muy especial. Un club como Unicaja se lo merecía. Me gustaría ahora ganar dos Copas consecutivas con dos clubes diferentes.

-¿Están preparados para hacerlo?

Sí, estamos bien, sanos, recuperamos a Álex (Abrines) que es fundamental. Hay que mantenerse sanos porque son tres partidos en cuatro días y es muy complicado.

-Y además juegan en Málaga…

-Más complicado todavía. Será especial porque es una ciudad muy importante para mí. Mi hijo es de Málaga. En el Carpena he vivido mucho, tanto bueno como malo. Yo ya jugué ahí una final contra el Madrid y no la ganamos. Será una forma de quitarse la espina. Tenemos un partido muy importante el viernes (contra el Baxi Manresa) y si ganamos lo más probable es que juguemos contra Unicaja. Y eso será tremendamente difícil.

-Si llegan a la final, siempre sobre el papel, es probable que se enfrente al Real Madrid. ¿Cómo les ve?

-Están muy bien. Son el mismo bloque del año pasado pero con un jugador nuevo entre comillas (Campazzo). Están intratables en las dos competiciones pero a un partido todo es posible. Les hemos ganado en el Palau y creo que si se da una hipotética final se les podemos ganar.

-Dijo usted, en una entrevista, que era anti-madridista…

-Lo expliqué en Twitter porque mucha gente se me tiró encima. Yo no sufro en absoluto y menos por comentarios de Twitter pero hay gente de mi familia que sí. Lo que dije lo dije en un ambiente distendido, un poco de broma. Simplemente dije que lo que he mamado en mi casa es eso. No implica que tenga odio ni nada en contra del Madrid. En absoluto. Al final si te gusta el Barça no te gusta el Madrid. Sin más.

-¿Qué le está pareciendo la Euroliga, una competición que usted no había jugado?

-Muy dura, física. El ritmo de partidos es una locura. Era el reto que me faltaba en mi carrera. Encima la estoy jugando con el Barça, un candidato a ganarla. Es un premio a mi carrera. Me ha llegado con 29 años.

-Con la lesión de Laprovittola a principio de año tuvo usted que jugar más…

-Tuve que jugar más de lo que se esperaba, sí. Yo salgo a pista a intentar ayudar a ganar. He tenido días buenos, pero lo importante es que el equipo funcione. Que vuelvan Lapro y Abrines aunque juegue menos bienvenido sea, porque lo importante es que el equipo gane.

-Pero usted ya se ha hecho un hueco. Tiene un rol importante.

-Es el rol con el que me siento más cómodo, saliendo desde el banquillo y dando ritmo y energía. Intentado generar en ataque. Tengo mi espacio y lo que tengo que hacer es ser productivo. Lo importante es mantener el nivel.

-¿Cómo está viendo a Ricky? ¿Una excelente noticia su llegada al Barça, no?

-Siempre he sido fan de Ricky. Compartí con él una semana en la Selección el año de la Olimpiada y el año pasado un poco también. Tenerlo en el equipo y verlo entrenar, feliz y con ganas es un regalo. Es algo que me voy a llevar como recuerdo en mi carrera. Si está bien y nos ayuda será genial.

-¿Cómo surgió el apodo de la ‘Mamba vasca’?

-Mi hermano me cambió el nombre de twitter sin darme yo cuenta y se quedó ahí.

-¿Le gusta?

-No creas. Me hizo gracia en su día, pero porque yo no pensaba que iba a jugar en ACB ni que se me iba a conocer por eso. Cuando la gente empezó a llamarme así me resultó un poco incómodo. Y luego las comparaciones están ya tan fuera de lugar, porque no hay nada que ver. Hay gente a la que le gusta, entiendo que quede bien. No me importa pero prefiero que me llamen Darío.