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Hereda San Pablo BurgosBUR
87
Movistar EstudiantesEST
85
Finalizado

LEB ORO | CUARTOS (3-0)

El Movistar Estudiantes se despide del ascenso a la Liga Endesa

El Hereda San Pablo Burgos avanza a la Final Four tras ‘barrer’ en los cuartos a los colegiales, que jugarán por tercer año seguido en la LEB Oro.

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Rubén Domínguez, en primer plano, se despide de la afición del Movistar Estudiantes tras caer ante el Hereda San Pablo Burgos.
Rubén Domínguez, en primer plano, se despide de la afición del Movistar Estudiantes tras caer ante el Hereda San Pablo Burgos.Juan Pelegrin

Una triste despedida del playoff de ascenso. Un doloroso adiós en el segundo asalto para tratar de regresar a la Liga Endesa. Un trágico, pero a la vez escrito final para el Movistar Estudiantes de una temporada que ha sido un balancín de emociones, con un comienzo ilusionante, divertido; y una clausura decepcionante, que dejó a plena luz del día todas las carencias de la plantilla y de la institución. La comparación, kilo a kilo, centímetro a centímetro, con los grandes rivales (y a veces con los pequeños) para subir se hizo evidente durante el transcurso de la temporada con el MoraBanc Andorra, e incuestionable con el Hereda San Pablo Burgos en unos cuartos que se resolvieron por vía rápida, un 0-3 con una ventaja de campo a favor desaprovechada por partida doble, y que los castellanos remataron este viernes (87-85).

Con el viento a favor, los burgaleses solo tenían que dar otro soplido para derrumbar a un rival que se marchó de la fase regular invicto ante ellos, pero que en el momento clave no pudo frenar una máquina ofensiva que viaja a la Final Four con un 47 de 87 desde el perímetro. Un 54% de acierto imposible de seguir. Una gota malaya que impide cualquier asalto, cualquier momento de tranquilidad. Es un bombardeo que deja ventajas en papel mojado, que estira el marcador de manera autoritaria. Y cuando todo eso falla, el eléctrico Corbalán y el imperial Mahalbasic entran en acción.

Un enemigo colosal, serio y con veteranía que jugueteó de mala manera durante la temporada regular, pero que parece llegar listo, con la confianza por las nubes tras golpear tres veces seguidas al Estudiantes. Aunque este tercer encuentro estuvo más cercano al primero que al segundo: hubo emoción hasta el final. Hubo momentos para que los corazones castellanos se pararan y los madrileños soñaran. A falta de tan solo dos minutos, no había nada decidido, 80-79 tras una canasta de Sean Smith. El San Pablo rompió ahí, con Carlos Suárez y Luka Rupnik descerrajando dos triples que mataban un encuentro que los ramireños pelearon hasta el final.

El Movistar se colgó al desacierto inicial de los locales de tres (toda una novedad) para tirarse al monte. Smith impartía energía, Larsen leía bien los dos contra uno sobre él y Franch continuó de dulce como en el duelo anterior: 6 puntos sin falló en el lanzamiento y 19-22 para cerrar el primer cuarto. El San Pablo no entró en pánico. Había un dirección marcada. Ni con las primeras ventajas importantes en contra (27-37) con Leimanis comandando. Llegaría su momento. Y lo aprovechó con Álex López, que enlazó 9 puntos al alba del segundo tiempo para dar la vuelta al marcador (51-50). Un arreón colegial, de Larsen y Franch, colocaron el 59-64 para cerrar el tercer cuarto. Grandes minutos (todo el partido en verdad) de Adams Sola en defensa, en autoridad, disciplina y en ataque: 14 puntos (4 de 4 de tres). Siempre cumple.

Los últimos 10 minutos fueron de pura emoción, tensión… y también de un Corbalán que desmantelaba la maraña defensiva con penetraciones imposibles, con cinco tantos de malabarista que dejaban en la más absoluta nada el trabajo colegial. El arreón final de los madrileños fue parado por Suárez y Rupnik. Despedida amarga. Otro año en LEB Oro para un Estudiantes que comenzará de nuevo de cero. Otra vez y ya van…