El Real Madrid lleva capeando la mala suerte en forma de lesiones desde hace ya mucho tiempo, pero especialmente en el puesto de base. El primero fue Carlos Alocén, con una lesión de larga duración que le tendrá fuera de las pistas hasta bien entrada la siguiente campaña. Nigel Williams-Goss cayó en la semifinal de la Euroliga ante el Barça, nada más comenzar el encuentro. Y la decisión de Pablo Laso de no contar en los partidos con Thomas Heurtel ha dejado aún más huérfana dicha posición.

Por si todo esto fuera poco, y ahora que el Madrid se está jugando el último título en disputa, la Liga Endesa, las bajas por lesión siguen sin darle un respiro. A la ausencia de Alberto Abalde, quien estaba ejerciendo de base en las últimas semanas y que no pudo estar en el primer duelo ante el Baskonia por problemas en un pie, se puede unir ahora la de Sergio Llull, el último base puro que quedaba en la primera plantilla. El menorquín jugó cuatro minutos ayer antes de retirarse a los vestuarios mientras se tocaba la parte interior de la pierna derecha. Pasó el resto del encuentro ejercitándose en la bicicleta estática primero y siguiendo el partido junto a sus compañeros en el banquillo después. Pero en ningún momento hizo amago de salir a pista.

Ahora Llull es seria duda por unos problemas en los aductores de la pierna derecha y las palabras de Laso en la rueda de prensa posterior a la victoria blanca no animan al optimismo precisamente: "De Llull no os puedo decir nada, vamos a valorar mañana. En la situación de partidos de playoff, optimistas no somos si no ha podido jugar hoy". Aunque no es el único base de la eliminatoria con problemas. Neven Spahija, entrenador del Baskonia, también confirmó que su estrella, Wade Baldwin, había jugado con molestias. Y es que, a estas alturas de la temporada, el físico cada vez es una variante más decisiva en los resultados.