El Joventut vapulea al Lenovo Tenerife y ya está en semifinales

La fiesta en Badalona fue completa. Y no es para menos, pues vuelven a unas semifinales de la ACB 15 años después. Por la puerta grande (81-58), pasando por encima de Lenovo Tenerife, los verdinegros se han ganado con dos partidazos en el Olímpic ser rivales del Barça en semifinales. Avasallaron al Tenerife en el primer partido, cayeron estrepitosamente en el segundo y, en el definitivo, zarandearon a los canarios. Con mucha más ilusión, ganas y esfuerzo, los verdinegros mostraron su mejor versión. Enfrente se encontraron a un Lenovo Tenerife incapaz de superar la defensa de la Penya, con sus grandes individualidades completamente anuladas y con unos porcentajes de tiro terribles. Un Tenerife que en ningún momento tuvo la posibilidad de llevarse el partido.

Puede ser por el cansancio de haber jugado hace 48 horas o por la presión de pasar a semifinales, pero es complicado explicar el 2/17 en tiros de campo de Lenovo Tenerife en el primer cuarto. Evidentemente la excelente defensa del Joventut tuvo mucho que ver, pero los canarios también fallaron tiros liberados. No controlaron el rebote y tuvieron muchas más pérdidas que el Joventut. ¿El resultado? Un 7-0 de salida que acabó siendo un 13-5 al final del primer cuarto.

Y gracias a Shermadini, que controló más que bien a Tomic (0 de 5 en los primeros tiros), pudo sobrevivir el Tenerife. La Penya desplegó el esfuerzo y la intensidad que se le supone a cualquier equipo en un playoff, luchando cada balón y siendo mucho más poderosos físicamente que su rival. Marcelinho, sobre el que realizaron una gran defensa, no fue capaz de mover a los suyos.

Pero Tenerife, con un porcentaje de tres paupérrimo, difícilmente podía tirar peor. Siguió intentándolo y, ya en el segundo cuarto, los tiros de tres empezaron a entrar. Tímidamente, pero el aro ya no parecía maldito para los de Vidorreta. Con un Joel Parra enorme y un Willis que derrochó energía, la Penya se fue evidentemente por delante al descanso. No como para haber decantado ya el choque, pero sí con una holgada ventaja (38-22).

Es evidente que el principal problema del Tenerife fue superar la defensa local. No lo lograron en el primer partido, y tampoco en el tercero. La Penya no permitió ninguna canasta fácil, jugó al límite y cometió faltas cuando fue necesario. De la mano de Vives, fantástico, la diferencia subió hasta los veinte puntos (60-40). Con 10 minutos por jugar todavía, todo pintaba de cara para el Joventut.

Debía firmar Lenovo Tenerife una remontada épica, un último cuarto de bandera, y esperar que la Penya lo fallara prácticamente todo. Y nada de eso sucedió. El partido siguió por los mismos derroteros y, a cinco del final, la diferencia aún era mayor (72-47). Nada cambió hasta el final. La Penya celebró la clasificación con un público entregado y bajo la atenta mirada de media plantilla del Barça, presente en las gradas del Olímpic.