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NBA | CELTICS 102 - HEAT 82 (2-2)

Paseo de los Celtics ante unos Heat que son el Titanic

Bochorno absoluto de los Heat, que no muestran ningún tipo de oposición ante unos Celtics sin Smart. El quinto partido en Miami será decisivo.

Bochorno absoluto de los Heat, que no muestran ningún tipo de oposición ante unos Celtics sin Smart. El quinto partido en Miami será decisivo.
Bochorno absoluto de los Heat, que no muestran ningún tipo de oposición ante unos Celtics sin Smart. El quinto partido en Miami será decisivo.ELSAAFP

Los Heat terminaron pronto un partido que nunca empezaron. Erik Spoelstra sacó a Jimmy Butler con más de 3 minutos para el final del tercer cuarto, lo sentó en el banquillo y no le volvió a sacar. Algo normal tal y como se desarrolló un encuentro que pareció casi de entrenamiento para los Heat, que se hundieron como el Titanic en el fondo del Atlántico. No hubo forma ni manera de que hubiera algo que se asemejara a una reacción y todo lo que pasó en la primer cuarto, se acrecentó en el segundo, no se solucionó en el tercero y acabó por hundir en la miseria a un equipo que dio la sensación de que se conformaba con la victoria en el tercer partido y la recuperación de la ventaja de campo. Pero especular nunca es un acierto, y menos contra los Celtics (que se lo digan a los Bucks). La ausencia de Tyler Herro era objetivamente menor que la de Marcus Smart, y los Heat ya pensaban en el quinto asalto antes de empezar el cuarto. En lugar de aprovechar esa variante e ir a por un 3-1 que habría sido una sentencia, se atrincheraron en el conformismo y esperaron pacientemente a que se acabara un enfrentamiento en el que nunca quisieron estar.

Así lo demostraron de forma constante, ya con un inicio bochornoso que dejó muy claro lo que estaba por venir: 8-0 inicial, 18-1 poco después. El primer tiro de campo que tranformaron los Heat, un triple de Victor Oladipo, llegó cuando ya se habían consumido 8 minutos y 32 segundos de partido, el periodo de tiempo más grande en esta variable en 25 años. Los Heat perdían 29-11 al término del primer periodo y 57-33 al descanso, la segunda cifra más baja en los dos primeros cuartos tras los 27 de los Suns en un séptimo partido ante los Mavericks que ya es histórico. Los titulares de los Heat sumaban solo 12 puntos de forma combinada tras 24 minutos, la cifra más baja en este aspecto desde que en 2011 el quinteto inicial de los Sixers hiciera lo propio ante, precisamente, los Heat. Victor Oladipo sumaba entonces 18 de los 33 puntos de su equipo y se consolidaba, ya de forma sobrada, como el único jugador que quería poner algo de interés a una noche triste y vacía para los de Florida.

Y si se esperaba alguna reacción al descanso, esta no llegó. Los Heat se empeñaron en atacar la zona y chocaron contra Robert Williams y un inconmensurable Al Horford (5+13+3, con 4 tapones), las manos de un Jayson Tatum que se olvidó rápido de su actuación en el tercer partido (10 tantos, negado en el tiro), y transformó 31 (con 16 tiros de campo intentados... y 16 tiros libres) en menos de 34 minutos. No hubo ningún tipo de conato de rebeldía, la diferencia llegó a ser de 32 puntos y los Heat pronto tiraron la toalla, sin que Spoelstra diera paso a Omer Yurtseven (desaparecido de la rotación tras hacerlo muy bien en medio de las bajas por coronavirus) o un Udonis Haslem que no juega en playoffs desde 2016 y cuyas arengas no calaron esta vez en un equipo sin alma, en el que Jimmy Butler parecía una sombra del jugador que ha sido durante los playoffs: 6 puntos con 3 de 14 en tiros de campo y un -30 con él en pista. Sin comentarios.

Durante el segundo cuarto, los Celtics llevaban más rebotes ofensivos (9) que los Heat rebotes totales (8) y acabaron apabullando a sus rivales en este aspecto (69, 14 de ellos ofensivos, a 50), además de acudir en 38 ocasiones a la línea de personal por 14 de sus rivales, merced a las 26 faltas recibidas. No hay protesta porque no hay justificación para Miami, que no puede escudarse en un resultado igualado para hablar de errores arbitrales, prácticamente inexistentes y totalmente insignificantes para el resultado final del duelo cuando los hubo. El dominio fue brutal, incontestable, enormérrimo; la actuación del equipo visitante casi patética, indigna de playoffs por mucho que tuvieran delante a una defensa sin fisuras y a un equipo que les supera, al menos esta vez, en fe y corazón. Los Heat acabaron ganando de 20 puntos (102-82, mero adorno final) un partido que dominaron por más de 30 y en el que apenas tiraron con un 40% en tiros de campo y con un flojo 8 de 34 en triples. El acierto desde la personal, los tapones (11 en total), la protección del aro y la intensidad decantaron la balanza de forma muy clara. Y se puede perder, pero hay formas y formas y una muy dolorosa es precisamente esta.

Jaylen Brown tuvo un mal partido en ataque (12 puntos, 6 de 20 en tiros), pero tiró de manos y dureza en defensa. Robert Williams, sin estar al 100%, se fue a un 12+9 (5 ofensivos). Derrick White, titular en ausencia de Smart, anotó los 7 primeros puntos de su equipo, 10 al término del primer cuarto y 14 al final. Y Horford, qué jugador, fue el alma y el sostén de un equipo que ha hecho suyo igual que lo hizo en su anterior etapa en él (2016-19). Ahora, todo se va a un quinto encuentro que decide las series en más del 80% de las ocasiones y Spoelstra, curtido en mil batallas, tiene claras las rotaciones (dio minutos a Duncan Robinson por necesidad, pero no salió de ahí), pero necesita cambiar cosas: Dwayne Dedmond está muy mal, a Kyle Lowry se le olvidó el guion del tercer partido, Butler no apareció, Adebayo fue un ente móvil y no se asemejó ni por un instante al de su muy reciente exhibición y los triples de Strus y Vincent brillaron por su ausencia. Los Heat (que ganaron su tercer cuarto de la eliminatoria, algo que parece mentira si lo juntamos con las dos victorias que suman) necesitan abandonar el fondo del mar y volver a ser competitivos en una serie de tendencias, que cambia mucho entre partidos y se masifica en rachas muy claras y diferenciadas. Los Celtics, por su parte, siguen sin perder dos partidos seguidos en todos los playoffs y están a 2 victorias de sus primeras Finales desde 2010. Ahí están, A un paso de la serie definitiva. Y ahí se quedaron en 2017, 2018 y 2020. Esta tiene que ser la buena, claro. Ya toca.