LaMelo tendrá que esperar
Los Hawks apalizan a los Hornets en Atlanta y se jugarán los playoffs ante los Cavaliers. Trae (27+11) le gana la partida a LaMelo (26+5+8), que tendrá que esperar su momento.
Se ha hablado, por motivos lógicos, muy poco de la temporada de Trae Young. Y eso que los Hawks, con su pésima temporada, sí han estado en boca de mucha gente. Pero nada de eso ha sido culpa del base, que sigue con su paulatino ascenso al Olimpo: 28,4 puntos, 3,7 rebotes y 9,7 asistencias, con un 46% en tiros de campo, por encima del 38% en triples, del 90% en tiros libres y All Star. Trae se ha ido al segundo máximo de su carrera en puntos y ha logrado topes en asistencias, porcentaje de tiros de campo, de triples y de tiros libres. Y, a pesar de ello, los Hawks han hecho un curso baloncestístico increíblemente flojo: en el noveno puesto de la Conferencia Este con un récord de 43-39 que arreglaron a mediados de curso, cuando una racha de 7 victorias consecutivas les separó de unos Knicks que se han quedado incluso sin play-in (otro de los fracasos del curso) y encauzó una temporada que parecía encaminada al desastre.
A pesar de ello, los Hawks se pueden meter en playoffs. Primero, porque han ganado a los Hornets, que quedan eliminados, y han superado el primero de los dos partidos que tienen que ganar, por posición en la clasificación, del play-in. Segundo, porque su rival van a ser los Cavaliers, un equipo lleno de dudas y más vulnerable que nunca que puede sufrir esa relativa injusticia que acompaña a un play-in que ha venido para quedarse. Y ya no solo es el hecho de que este formato de posibilidades a equipos con regular seasons muy flojas. Es que puede dejar fuera a equipos que sí se merecen entrar. Más allá de eso, no hay que adelantar nada: los Cavs son un equipo aguerrido y muy bien entrenador que dio problemas reales a los Nets en Brooklyn, a pesar de caer derrotados. Y es un partido que hay que jugar y en el que veremos un bonito duelo, si todo va bien, entre Darius Garland (34 puntos ante los Nets) y el propio Trae.
El duelo de los Hawks ante los Hornets no tuvo historia: el equipo de Atlanta jugó ante un público más apagado que en cualquiera de las otras tres eliminatorias de play-in, pero no necesitó de su buen hacer, mostrado el año pasado cuando el equipo llegó a finales de Conferencia, un éxito inapelable que ha provocado que los malos momentos de este año se hayan considerado todavía peores. El equipo de James Borrego aguantó hasta el descanso, al que llegó con una desventaja bastante salvable que había paliado el entusiasmo inicial de los locales: 60-52. Tras ello, festival: 42 puntos de los Hawks en el tercer cuarto y sentencia, con ya el encuentro resuelto, en el último. Un baloncesto basado en el triple, pero con un juego interior increíblemente más poderoso que el de unos Hornets que llevan años con problemas en una zona en la que se paseó Clint Capela: 15 puntos, 17 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 3 tapones.
Los Hawks superaron el 50% en tiros de campo y llegaron al 50% en triples (16 de 32) sin oposición. Apabullaron a sus rivales en rebotes (54, 12 de ellos ofensivos, por 41) y repartieron 31 asistencias por 22 de los Hornets, que perdieron hasta 14 balones. Y Trae tampooc estuvo especialmente fino: 27 puntos y 11 asistencias, pero con 8 de 24 en el lanzamiento y solo 1 triple de 7 intentos. El quinteto titular al completo de los Hawks llegó a dobles dígitos en anotación, algo que también consiguió Bogdan Bogdanovic desde el banquillo. Y Nate McMillan salvó una bala poniendo a Kevin Heurter en la defensa inicial sobre LaMelo Ball, el generador de un equipo que no dio con la tecla y que tampoco tuvo al base especialmente fino: 26+5+8, pero 7 de 25 en tiros de campo y 4 de 14 en triples. El trabajo de Heurter fue bueno, pero la capacidad de los Hawks de liberar a Trae del trabajo de tener que marcar a su homólogo en el rival, mejor todavía.
El grupo de música Fórmula V publicó en 1985 el sencillo Vacaciones de Verano. Es lo que les toca a los Hornets, para los que se abre un objetivo periodo de reflexión: Michael Jordan tendrá que echar mano de billetera y analizar qué es lo que ha salido mal. El contrato de Isaiah Thomas ha sido a la desesperada, así como el fichaje de Montrzl Harrell. La ausencia de juego interior es un hecho. Y todo va acompañado, ya lo sabemos, de la baja de Gordon Hayward, que intentó volver el 2 de abril sin suerte. El alero transmite la calma a un equipo que la necesita para ue los engranajes encajen y gente como P.J Washington o Terry Rozier no se envalentonen ni se desesperen en momentos clave de partido. Hayward, de 32 años, puede liderar ese proceso a corto plazo. Pero las cosas van a tener que mejorar, así como la plantilla (otra vez Jordan) para que un equipo con un talento más que demostrado dé el salto que se le presuponía a inicios de este curso y que no termina de llegar. De momento, Trae avanza y Lamelo se despide. El resto, lo dirá el tiempo.