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NBA | PLAYOFFS 2022 | MAVERICKS-JAZZ

Malas noticias: las pruebas confirman la lesión de Doncic

La resonancia no revela el alcance total de la lesión, pero Luka Doncic se perderá el partido del sábado y, seguramente, toda la primera ronda. Pésimas noticias para los Mavs.

La resonancia no revela el alcance total de la lesión, pero Luka Doncic se perderá el partido del sábado y, seguramente, toda la primera ronda. Pésimas noticias para los Mavs.
La resonancia no revela el alcance total de la lesión, pero Luka Doncic se perderá el partido del sábado y, seguramente, toda la primera ronda. Pésimas noticias para los Mavs.Tim HeitmanAFP

Pésimas noticias. La resonancia confirma la lesión y Luka Doncic será baja, al menos, en el inicio de los playoffs. Sus molestias en el último partido de la temporada ya presagiaban algo similar a una catástrofe, algo que finalmente se ha confirmado en unas pruebas que no revelan, eso sí, ni el alcance real de la lesión ni el tiempo total de baja. Marc Stein ha dado la noticia y ha asegurado que no se harán púbicos los resultados todavía, aunque Callie Caplan ha asegurado en Dallas News que se trata de una distensión en la pantorrilla. La periodista, en consulta a varios expertos, ha asegurado que la lesión es compleja y que el tiempo mínimo estimado de ausencia está en torno a dos semanas. Es decir, una situación que podría dejar a Doncic incluso sin una primera ronda al completo.

El desastre no es, de momento, total, ya que no se ha anunciado una baja prolongada de varios meses que afecte al próximo curso y se deja la puerta abierta a un regreso en playoffs. Para ellos, claro, los Mavericks deberán alargar al máximo la serie ante los Jazz (en la que tienen ventaja de campo) o superar dicha ronda y llegar a semifinales del Oeste, algo que no han hecho jamás con Doncic y que no consiguen desde 2011, cuando ganaron el anillo. Desde entonces, seis visitas a playoffs y seis eliminaciones en primera ronda. Ni una serie superada. Más de una década sin luchar por el anillo, algo que querían cambiar en la presente campaña con un plan arriesgado ideado en los despachos por Mark Cuban y Nico Harrison: acabar con la etaoa de Rick Carlisle en el banquillo, fichar a Jason Kidd, rodear a Doncic y, finalmente, sacar a Kristaps Porzingis y conformar una plantilla con cierta debilidad interior, pero una defensa espectacular y un ataque comandado por la estrella eslovena.

Todo se vino al traste en el último partido de la temporada: un día que podría (y debería) haber sido de celebración, y que en gran parte lo era en todo caso, acabó con un enorme nubarrón sobre las cabezas de los Mavericks: el último partido de la regular season dejó la victoria 52 de una temporada extraordinaria (52-30). Un 63% de victorias, por encima del curso pasado (58% en 72 partidos: 42-30) y de todos desde el 2010-11 (57-25), el del único anillo de la franquicia. Pero todo eso (la ventaja de campo y el excelente balance de triunfos), los Mavs ya lo sabían antes de jugar un partido que, en el cierre de las buenas noticias, dejó la primera barrida (4-0) en una regular season contra los Spurs, odiado rival texano. Fue un 130-120 contra un equipo que termina (34-48) en un muy meritorio décimo puesto del Oeste y que ahora viaja a Nueva Orleans para el play-in, un lugar en el que nadie esperaba a los de Popovich hasta el último tercio de la temporada.

Y ahora, las malas noticias para los Mavericks: su victoria no sirvió para escalar al tercer puesto del Oeste porque los Warriors no fallaron (107-128) en Nueva Orleans. Y Doncic, que en teoría no iba a jugar, lo hizo tras ver cómo le quitaban la sanción del encuentro anterior, y se lesionó al final del tercer cuarto. Es decir, en un choque en el que no iba a participar, cuya resolución no sirvió de nada a los texanos, con todas las cuentas ya hechas y al final del tercer periodo. Un cúmulo de mala suerte que no es otra cosa, en una decisión totalmente lícita de que el esloveno no descansara y con los astros alineados para que el desastre emergiera. Y algo que puede condenar a los Mavericks en la temporada de la teórica y definitiva evolución. Veremos hasta dónde puede jugar Doncic, si puede participar en algún partido de la primera ronda o si los Mavericks, sin él, pueden superar a su primer rival de la parte mala del cuadro: unos Jazz químicamente a la deriva, desmadejados y con Mitchell y Gobert en total y completa guerra abierta. Un rival al que, quizá, puedan ganar sin Doncic. Algo que no quita, claro, que las noticias sean pésimas.