Luka Doncic continúa su particular pelea contra sí mismo en la NBA por no ser sancionado de más debido a sus protestas a los árbitros. Es un deje el de la pugna constante con los colegiados que no se ha quitado desde que abandonó el Real Madrid para fichar por Dallas Mavericks y aterrizar en la mejor liga de baloncesto del planeta. El problema principal es que, como le ocurrió durante la 2020/21 y se está repitiendo en la 2021/22, la acumulación de técnicas asociadas a protestas arbitrales acarrean en esta Liga un doble castigo si se llega a un número específico. La frontera de las 15 técnicas está, de nuevo, en la cabeza de un Doncic que está a la ídem de los jugadores de esta competición en la lista oficiosa que se elabora cada año.

Más que Carmelo Anthony, Joel Embiid, Trae Young, Russell Westbrook y Karl Towns. Opositando a hombres-récord en este tipo de situaciones como Karl Malone, Charles Barkley, Gary Payton y Rasheed Wallace. En esa pelea ficticia está Luka un día sí y otro también.

La NBA tiene por norma que se suspenda con un partido sin jugar a los chicos que acumulen 15 faltas técnicas en la fase regular de una temporada. Esa jornada perdida supone que a la persona no se le pase la parte propocional de su sueldo. Y se añade, además, que la cuenta a partir de ese momento sea de dos técnicas más con las que, hasta el final de la fase regular, el jugador sería suspendido con otro encuentro sin disputar. 

Desde Dallas se ha criticado a Doncic por la cantidad excesiva de conversaciones con los árbitros en las que les recrimina sus decisiones. Pero fuera han sido bastante más contundentes. Por ejemplo, en una de las peores derrotas de los Mavericks esta temporada, en casa ante los Knicks por 77-107, el ex-jugador y ahora comentarista Walt Frazier aseguró que "Doncic es uno de los mayores llorones en la NBA".

En EE.UU. se tiene a Luka Doncic por uno de los jugadores más especiales del momento, pero tampoco se olvida que la protesta en exceso conlleva desafección hacia un jugador. El esloveno ha asegurado recientemente que está trabajando su contención a la hora de relacionarse con los colegiados. Y para ello, según dice, canta en su interior canciones de su zona geográfica para, posiblemente, no repensar la jugada.