NBA | GRIZZLIES 122 - SUNS 114

La fiesta nunca acaba en Memphìs

Santi Aldama se suma a otra exhibición de los Grizzlies, que ganaron a los Suns sin Morant, Bane, Jackson, Adams ni Jones. Están a dos victorias de firmar su mejor temporada de siempre.

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La fiesta nunca acaba en Memphìs
Joe Rondone USA TODAY Sports

Los Suns, el equipo que ha dominado la regular season de cabo a rabo y que se quedó la temporada pasada a dos pasos del anillo (ganaba 2-0 en la Final contra los Bucks) llevaba nueve victorias seguidas. Busca una más, al menos, para sumar 63 y, así, firmar el mejor balance de su historia. También estaba 31-6 a domicilio, con opciones de hacer récord histórico (34-7 los Warriors de las 73 victorias, hace seis años). Todo eso antes de jugar en Memphis. Territorio comanche… pero con asterisco. Porque los Grizzlies, la historia del año y el segundo mejor equipo de la regular season, siguen sin Ja Morant y tampoco tenían para este partido a Desmond Bane, Jaren Jackson Jr, Steven Adams y Tyus Jones.

Pues ganaron los Grizzlies (122-114). Porque así es su temporada. Corriendo, defendiendo, jugando con una valentía feliz y electrificando un pabellón que se llena cada noche (casi 18.000 personas) porque Memphis ha vuelto a encontrar un equipo en el que creer, al que querer. Y cómo no: los Grizzlies llevan siete victorias seguidas, todas sin Ja Morant. Sin su all star y jugador franquicia están, el dato es sencillamente increíble, 19-2. Su récord es 55-23, ahora ya solo a dos victorias (les quedan cuatro partidos) de las 57 que no han alcanzado nunca en su historia. Hay un momento en el que se acaban las palabras con este equipo, que es un poco de todos. Solo queda disfrutarlo. Cada noche.

Los Suns (62-15) tendrán que esperar para firmar su mejor temporada, y ya solo pueden igualar (31-7 ahora) el mejor récord a domicilio. Después de una mala salida (34-23 el primer cuarto, enfrente una locomotora), se las apañaron (ellos sí, con todos los principales en pista) para estar por delante en el inicio del último cuarto (84-85). Entones, un 17-2 arreció mientras Monty Williams se congelaba con la segunda unidad en pista. Los Grizzlies se escaparon y tuvieron sangre fría con los tiros libres decisivos para frenar un último intento liderado por Devin Booker (41 puntos, 17/28 en tiros), el único que estuvo a su nivel, quizá junto a Mikal Bridges (18 puntos) y Cam Payne en unos Suns que fallaron muchos tiros abiertos y que dieron alguna señal de cansancio.

El canto a la alegría de los Grizzlies amasó otra victoria totalmente improbable con un 16-2 en rebotes de ataque y 16 tiros más para compensar con segundas opciones algunas lagunas de acierto (repito: sin Morant, Bane, Jones…). Con solo 7 triples anotados, los Grizzlies se fueron a 122 puntos contra los Suns. Una barbaridad dirigida por Dillon Brooks, con licencia para tirar como referente (30 puntos, 28 tiros). En la excelente actuación coral participaron Kyle Anderson, un Xavier Tillman que frenó a DeAndre Ayton, De’Anthony Melton (en un momento excepcional), Brandon Clarke, John Konchar… y Santi Aldama. El español jugó 21 minutos, anotó 12 puntos, capturó 5 rebotes, hizo un mate para el recuerdo y puso un tapón tremendo a Devin Booker en una primera parte en la que fue expulsado su entrenador, el brillante Taylor Jenkins. Tampoco importó.

Buenísimos minutos del ala-pívot español en un equipo profundísimo, voraz, embalado. Que gana esté quien esté en pista, tiene tramos en los que literalmente arrolla, saca del mapa al rival. También, sea el que sea. Con un estilo arrebatador, un ritmo de juego fascinante y un presente que es fabuloso y solo palidece ante un futuro al que es imposible poner techo. Buenos tiempos en Tennessee, días felices y muchísimas ganas de ver en playoffs a estos Grizzlies contra las que cada vez se hacen menos apuestas. Si les ves jugar, es imposible no creer en ellos.