Es en noches así cuando realmente sentimos que Klay Thompson ha vuelto. Pero la realidad es que, contando con otras más discretas y algunas de descanso (y venía de jugar mal en una derrota contra los Magic y de no pisar la pista en la victoria en Miami), es un verdadero motivo de celebración la temporada del escolta, que después de más de dos cursos completos en blanco, promedia casi 28 minutos con 18 puntos y un 38% de media en triples. Lo habríamos firmado todos, claro que sí.

Pero produce un plus de felicidad ver a Klay en noches como esta, en Atlanta: 40 minutos en pista, su tope del curso. 37 puntos, a uno de los 38 que metió en Milwaukee (también este mes). Y, sobre todo, 9/16 en triples. Su primer partido con al menos 9 desde el 8 de marzo de 2019. Hace más de tres años. Una verdadera razón para sonreír. Para todos pero sobre todo para unos Warriors que buscan, ahora mismo, cosas a las que aferrarse. Tal y como están las cosas, no les queda otra. Les valen también, claro que sí, los 24 puntos y 10 asistencias de Jordan Poole, que empezó de maravilla (15 puntos en el primer cuarto, 22 al descanso) y después se diluyó en lo que, por lo demás, fue otra derrota de los Warriors, esta en Atlanta (121-110). Poole lleva doce partidos seguidos anotando al menos 20 puntos, promedia 24,5 en marzo y, con 22 años, está en los rankings para el premio de Jugador Más Mejorado. Una temporada excelente para él… y que veremos cómo acaba para sus Warriors.

El equipo de la Bahía empezó la temporada 27-7. Desde entonces ha sumado un 21-19 en 40 partidos. Y está 48-26. Hace tiempo que perdió de vista a los Suns, le ha adelantado también Memphis Grizzlies y su último objetivo es conservar la tercera plaza, que Jazz y Mavericks tienen todavía al alcance. Su defensa se hundió con la lesión de Draymond Green, y cuando volvió el ancla, cayó Stephen Curry. Así que así, esperando al momento en el que puedan estar todos, se les echan encima los playoffs a unos Warriors que también llevan veinte partidos seguidos ya sin Andre Iguodala y que no van a tener en todo el año a James Wiseman. Un momento tremendamente delicado para el pívot de segundo año. Y para la rotación interior de los de la Bahía, que contaban con él en su planificación inicial y, a la vista de su falta de movimientos, también en el cierre de mercado invernal.

Los Warriors suman ahora cuatro derrotas en cinco partidos. El único triunfo, curiosamente, en pista de los Heat y sin Curry, Green ni Klay. En Atlanta esa inercia desapareció después de un gran primer cuarto (36-42) con Poole y Klay iluminados. Los Hawks, décimos del Este a un partido de los Hornets y a uno y medio de los Nets, tratan a duras penas de escalar en el posicionamiento del play in en el que, sí o sí, se van a jugar sus opciones de volver a playoffs después de su billete para la final de Conferencia de la pasada temporada. Una situación muy mala, imprevista antes de la temporada para un equipo decepcionante en el que Trae Young hace todo lo que puede: esta vez 33 puntos y 15 asistencias. Lleva 18 partidos de al menos 30 y 10, once más que cualquier otro jugador de la NBA en este curso. Esta vez, y ante la debilidad atrás de su rival, acompañaron Capela (19 puntos y 13 rebotes), Gallinari (25 puntos) y, sin Bogdanovic, un buen Huerter (20).