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NBA | NUGGETS 130 - SUNS 140

Booker llama a la puerta del MVP

Sensacional partido del escolta (49 puntos, 10 asistencias) en casa de Nikola Jokic, y otra victoria para unos Suns que se garantizan el factor cancha a favor en todos los playoffs.

Booker llama a la puerta del MVP
Isaiah J. DowningUSA TODAY Sports

Se habla de que el MVP es una carrera entre Joel Embiid y Nikola Jokic, con Giannis Antetokounmpo rondando cerca. Se habla de que Luka Doncic y Jayson Tatum arrancaron un poco tarde y eso les penaliza, de que el disparate de los Lakers no puede acercar al premio a LeBron pese a una longevidad que parece ya sobrenatural, de que las lesiones han minimizado las opciones de Kevin Durant y Stephen Curry… ¿Por qué no se habla más de Devin Booker? En parte, claro, porque podríamos debatir durante horas y horas si el verdadero referente de su equipo es él o Chris Paul. También porque, me temo, la superioridad de los Suns es tan apabullante que su aplastante perfección hace poco ruido, se da por segura. No sorprende.

Y no es del todo justo: con 49 puntos y 10 asistencias, Booker lideró otra tremenda victoria (130-140) de Phoenix Suns, esta en Denver. Es un equipo que quiere ganar siempre, todas las noches. Que no hay jornada en la que note peso en las piernas, pereza en el ánimo, distracciones en la azotea. Es un equipo feliz, que jugaría un partido detrás de otro, parando lo justo para beber un poco de agua. Que ya es, matemáticamente, primero de la fase regular, por lo que tendrá factor cancha a favor en todos los playoffs, juegue contra quien juegue en el Oeste y en unas hipotéticas Finales en las que es tremendamente fácil imaginarlo. Y que está, después de siete victorias seguidas, 60-14. Con un 81,1% de triunfos, a punto de firmar la mejor temporada de su historia: 62-20 dos veces, en 1992-93 (las Finales Charles Barkley-Michael Jordan) y 2004-05, el inolvidable equipo del Seven Seconds Or Less que nunca jugó por el anillo.

Chris Paul regresó en Denver, sin notar mucho la inactividad: 17 puntos y 13 asistencias. Sin él, los Suns han firmado un brillante 11-4. Eso debería empujar la candidatura al MVP de Booker, el gran anotador del que es de largo el mejor equipo de la NBA, ¿no? También el hambre con el que afronta, como su equipo, cada partido. Sin volver nunca la cara, sin justificarse en el colchón inacabable de ventaja que han amasado sobre todos. Como si todo el mundo les debiera algo, como si cada día se decidiera un pequeño trozo del anillo. A veces es así: hábitos, inercias, química. Coraza.

Fue un partidazo, con ambiente de playoffs e intensidad máxima en pista. Con acierto extraordinario de los dos equipos y acelerón final de los Suns, que sufrieron pero supieron hacer lo que siempre hacen: resistir cuando sopla el viento en contra, aplastar cuando cambia de dirección. Los Nuggets fueron apilando errores. Sumando pérdidas, pecando de exceso de agresividad en defensa, acumulando faltas… y acabaron desfondados, incapaces de seguir un ritmo traicionero, que por momentos habían marcado ellos mismos. Están ahora 41-31, visiblemente cansados. Son sextos del Oeste, ya lejos de los Mavericks (a dos partidos y medio) y solo con uno sobre los Wolves, que habían perdido una noche antes, también contra los Suns. Ambos, Nuggets y Wolves, pelean por aferrarse a playoffs y huir del play-in. Solo uno lo va a conseguir.

Jokic acabó con 28 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Durante muchos minutos, conectó a su equipo de forma integral, con acierto de Aaron Gordon (21 puntos) y Will Barton (17). Una vez más, y ya no es noticia, apareció desde el banquillo el rookie 'Bones' Hyland (22 puntos, 4 triples) y los Nuggets firmaron minutos excelentes, especialmente si se valora lo que tenían delante. Acabaron cayendo por inercia, porque los partidos siempre parecen durar demasiado contra los Suns. Puedes ser mejor que ellos diez minutos, veinte, a veces treinta o alguno más… Pero ¿los 48? Eso son palabras mayores. Paul dirigió, Booker ejecutó y sostuvo a su equipo cuando los Nuggets intentaron abrir brecha. Mikal Bridges (22 puntos, 8/9 en tiros) jugó en su nivel quirúrgico habitual, y DeAndre Ayton peleó con Jokic un día después de devorar a Towns. Este equipo es tremendo, soberbio, en un nivel propio y único: el del mejor de la NBA. Son 60 victorias ya en 74 partidos: el algodón no engaña.