Otro festival del Barça para atar la primera posición

El Barça, a dos partidos de terminar la fase regular, ya ha asegurado la primera posición de la Euroliga. Como tantas otras noches en el Palau la superioridad sobre el rival, en este caso Fenerbahçe, fue aplastante (88-67). Martirizaron a los turcos desde el triple, les permitieron poco en ataque y nunca les dejaron el más mínimo resquicio para pelear el partido. Abrines y Mirotic destacaron en un conjunto que mete miedo de cara a los playoffs. Desde el quinteto inicial, el banquillo o el cuerpo técnico, el Barça está a un nivel superior a la mayoría de rivales.

El vendaval del Barça, desde el tiro exterior, lo empezó Abrines  (6/7 de tres) y lo continuó Mirotic. Una avalancha de triples que rápidamente puso por delante al Barça (16-5) con un Mirotic estelar. El montenegrino sumó 14 puntos y 16 de valoración en poco más de siete minutos. El quinteto inicial de Fenerbahçe no funcionó, incapaz no solo de frenar al Barça, sino de hilar jugadas que les acercaran en el marcador (25-13). Pero un solo cuarto da para mucho y, en los últimos minutos y tras los cambios en los dos equipos, los turcos le dieron la vuelta: parcial de 0-8 y el partido mucho más apretado de lo que se preveía viendo el inicio azulgrana (25-21).

Las cosas, en el segundo cuarto, se normalizaron. El Barça siguió tirando de fuera, ya sin el acierto extraordinario del inicio pero todavía con eficacia, mientras que endureció la defensa. Fenerbahçe ya no encontró prácticamente ninguna asistencia sencilla bajo el aro pero estuvo más acertado por fuera. Laprovittola, de base, les castigó bastante (40-29). Con el marcador más a favor Jasikevicius dio minutos a Caicedo e hizo debutar a Bonilla.

Segunda parte

Venía el Barça entonado desde el triple, pero ante Fenerbahçe fue estratosférico. Abrines, Mirotic y Kauric inauguraron el marcador tras el descanso con tres tiros perfectos, que ni tocaron el aro, obligando a Djordjevic a parar el encuentro (51-34). No le sirvió de nada. Los triples siguieron cayendo y la diferencia se fue hasta los 61-39. Abrines, estelar, se sentó ovacionado por el Palau. Las rotaciones azulgranas, al igual que en los otros dos cuartos, permitieron a Fenerbahçe no recibir una auténtica paliza.

El último cuarto sirvió para que Smits diera un recital, Caicedo jugara sus mejores momentos de azulgrana y Bonilla tuviera más minutos. El Palau fue una fiesta.