El secreto de Tavares: sudokus para mejorar en la pista

Aíto García Reneses es el protagonista de un nuevo capítulo de "The Coaching Experience", el formato de DAZN en el que Piti Hurtado charla con algunos de los mejores entrenadores del baloncesto actual. Aíto, que el verano pasado anunció que se tomaba un año sábatico tras pasarse los últimos cuatro en el Alba Berlín (su ayudante Israel González se ha hecho cargo del equipo alemán esta temporada), confiesa que los banquillos son su vida. "Nací entrenador y hasta que me muera debo seguir así", dice el técnico de 75 años, que desvela que sigue "constantemente evolucionando".

Aíto fue el encargado de hacer debutar, entre otros, a Juan Carlos Navarro y Pau Gasol. "A Pau le habíamos sacado ficha de vinculado, pero no llegó a entrenar con el filial ni un solo día, ni mucho menos a jugar porque aprovechó muy bien la oportunidad", dice el madrileño que ganó nueve Ligas y cuatro Copas con el Barça, además de la Recopa y la Copa Korac. "Se puede decir que en esa época ganamos todo menos la Copa de Europa. Pasamos de no ganar prácticamente ni una Liga en 40 años, a ganarlas todas".

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El paso de Aíto por la Selección fue fugaz, pero se colgó una plata en los Juegos de Pekín en, posiblemente, el torneo olímpico en el que España ha estado más cerca del oro. "Entrenar a ese grupo fue formidable, pero fue un poco difícil porque a los jugadores hay que entenderlos. Después de jugar un año entero, querían divertirse un poco más en la Selección, no entrenar y trabajar. Sin embargo, conseguimos trabajar mucho el mes anterior a los Juegos Olímpicos, con sus más y sus menos, algunos se resistían... Algunos decían: 'Hemos mejorado más en este mes que en todo el año anterior en nuestros equipos".

Aíto tiene claro que para ser un buen jugador no basta sólo con la técnica sino que hay que tener "muy buena cabeza". "La cabeza no solo se desarrolla con el baloncesto, sino con cualquier otra actividad". El técnico numeró algunas: estudiar, mejorar al ajedrez... o como Tavares "que empezó con los sudokis". "Mejorar intelectualmente ayuda a ser mejor jugador y, por supuesto, es una cosa que se queda para el resto de sus vidas cuando dejen de jugar”.

Sobre el baloncesto actual, insiste en la importancia de que haya alguien en la pista que piense. "Ahora hay algunos jugadores que juegan de base y piensan poco, y otros que juegan de pívot y piensan mucho. Entonces, el base tradicional, en algunos equipos, se pierde, pero siempre tiene que haber alguien en la cancha que piense". Esa pérdida del rol clásico también pasa en el juego interior. "Algunos equipos juegan con jugadores en el poste bajo, que generalmente en vez de jugar en esa posición, lo que hacen es salir a recibir más lejos. Creo que es un fallo para el baloncesto".