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NBA | WARRIORS 108 - SPURS 110

Gregg Popovich no se rinde

Los Spurs consiguen una agónica victoria en el Chase Center y están a 2,5 victorias de Lakers y Pelicans. Pelearán por el play-in hasta el final.

Los Spurs consiguen una agónica victoria en el Chase Center y están a 2,5 victorias de Lakers y Pelicans. Pelearán por el play-in hasta el final.
Thearon W. HendersonAFP

La lucha encarnizada y una canasta de Keldon Johnson parecen los mejores argumentos de Gregg Popovich para continuar con sus pretensiones a la inmortalidad. El mítico entrenador, el que más victorias tiene de la historia, no se rinde en una pelea titánica contra el tiempo y busca entrar en playoffs por 23ª ocasión en su carrera. Solo se bajó de la fase final en su temporada debut, esa cuyo récord utilizó para seleccionar en el draft a Tim Duncan ("el mayor acierto de mi carrera", según sus palabras) y en los dos últimos cursos, ya con un equipo que dista mucho de ser el de los 5 anillos, las 6 Finales y las temporadas constantes de más de 50 (y 60) victorias. Entre medias de las ausencias, 22 apariciones consecutivas en playoffs, un récord que comparten con el que lograron los Nationals/76ers entre 1950 y 1971. Otro hito más en una carrera legendaria.

Eso sí, para llegar a playoffs el camino será especialmente distinto al del pasado. A los Spurs les quedan 10 partidos por delante y no se pueden permitir otra derrota en un enfrentamiento directo como la paliza que recibieron por parte de los Pelicans el próximo sábado, en Nueva Orleans. El equipo de Popovich no tiene un calendario especialmente difícil, con tres enfrentamientos ante unos Blazers que han tirado la toalla y uno contra los Rockets. El margen de error es mínimo para ellos, están a 2,5 partidos del play-in y lo bueno, claro, es que tienen dos bazas: que pierdan Lakers o Pelicans. Cualquiera de los dos supuestos hundimientos les serviría para tener una opción en la que luego, claro, deberán ganar dos partidos seguidos (no quedarán más arriba del noveno puesto) para llegar a la fase final, un terreno desconocido para una plantilla joven, pero muy habitual en la carrera de su entrenador.

Ante los Warriors, los Spurs hicieron un partido típico, acorde a la plantilla que tienen, pero lo sacaron. 36-22 en el primer periodo, máxima ventaja del partido, para luego no poder sostener esa ventaja y permitir que los locales, sin Stephen Curry, se metieran en el partido. El final fue agónico: una canasta de Jordan Poole ponía el partido en tablas (107-107) dentro del último minuto. Ni Klay Thompson ni el propio Poole conseguían concretar en el triple, pero el rebote ofensivo de los Warriors llevó el balón a Andrew Wiggins, que recibió la falta. En la personal, el alero, titular polémico en el All Star (y en un nivel muy flojo después de la cita), anotó solo uno, y el turno fue para Jakon Poltl en la línea de tiros libres. El austríaco anotó el primero, falló el segundo y Keldon Johnson atrapó el rebote ofensivo y consiguió la canasta ganadora. Klay Thompson, con 3 décimas para el final, no pudo concretar el intento de triple desde la esquina. Y el partido fue para los Spurs.

El final fue titánico, pero el desmayo de los Warriors, que esperan a Curry para los playoffs, fue normal sin su gran estrella, aunque no se pueden relajar si quieren mantener la tercera posición que en estos momentos ocupan. Wiggins siguió con sus consabidos problemas en el tiro (5 de 13, con 0 de 3 en triples) y se quedó en 13 puntos. Klay Thompson jugó bien (24 tantos con 6 de 12 en triples) y Jordan Poole fue el mejor de su equipo, con 28 puntos. Draymond Green estuvo en su línea habitual y Otto Porter se exhibió desde el banquillo (16 puntos y 16 rebotes). En los Spurs, hasta 6 jugadores por encima de los 10 puntos., con un buen hacer de Poeltl bajo los tableros (7+14) y25 tantos de Josh Richardson y 19+6+8 de Dejounte Murray. Los Spurs ganaron. Y Popovich, satisfecho, juntaba dos veces las palmas al sonar el pitido inicial. Casi un amago de aplauso. Lo suficiente para demostrar que sigue en la pelea.