Los Pelicans han elegido el partido perfecto para dar el golpe. Los Spurs se postulaban como el equipo a batir para mantener la décima plaza de la Conferencia Oeste, la que da el último billete para el play-in de ese lado del cuadro de la NBA, y una victoria tan contundente en su casa suena a estrategia de las que ganan guerras. Esta batalla terminó en 91-124 en San Antonio y deja a los de Willie Green con un balance clasificatorio de 29-41. Los Blazers y los Kings quedan prácticamente descartados de esta pelea al perder también esta jornada y los Spurs se sitúan ahora a dos victorias de los Pelicans y con un desajuste también en las derrotas. Terreno plano y despejado para los de Luisiana.

Se pegaron, además, un festín. Las piezas de la rotación corta funcionaron a gran nivel, no hubo que tirar de veteranos como Snell o Temple y sí se pudo dar un mayor volumen de minutos a jugadores secundarios como, por ejemplo, el español Willy Hernangómez. El center de Las Rozas tuvo más protagonismo que Valanciunas y Hayes, el doblete de pívots con el que juega ahora el equipo y que aportó 16 cada uno por separado, y se fue hasta los 27 minutos para rozar el doble-doble (11+9). El máximo anotador del encuentro fue McCollum, autor de 20 puntos. En los Spurs destacó Vassell, con 18 tantos, y la derrota estuvo acentuada en la inoperancia dentro de las dos zonas de este conjunto de Texas.

La diferencia llegó a ser de 28 en el primer cuarto, que terminó 10-35. Con eso se resume todo un partido. Los rebotes caían y caían y eran todos para los Pelicans. En el cómputo global del partido agarraron 18 más que los Spurs. Así era complicado. Los locales no la metían ni en un océano y el caudal que les llegaba en contra les ahogaba. En los Pels acertaba hasta Hayes por fuera, Jones elegía bien contra quién ir para sacar puntos, Graham y McCollum también aportaron por fuera, etc. Recuperarse de un parcial inicial tan doloroso iba a ser tarea complicada para los de Popovich. Iba a ir a peor. También cedieron el segundo y el tercer cuarto y en este último llegaron a estar en -40 (41-81, minuto 29). Popovich, entretanto, fue expulsado en uno de sus habituales movimientos para agitar la coctelera y que su equipo reaccionase, poniendo al cargo a Becky Hammon, pero ni así. El resultado se entiende porque los Pelicans terminaron aflojando en la recta final de la noche. La imagen de inestabilidad de los de S.A. es patente, como la de los equipos que luchan con ellos en la clasificación, pero los que salen reforzados, y parece que definitivamente, son los de NOLA.