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NBA | SIXERS 111 - MAVERICKS 101

Doncic, congelado

Los Mavs rompen su racha ganadora en Filadelfia en un día negado del esloveno. Embiid, Harden y la zona de los Sixers hacen irreconocibles a los de Dallas.

Mar 18, 2022; Philadelphia, Pennsylvania, USA; Dallas Mavericks guard Luka Doncic (77) passes the ball against Philadelphia 76ers guard James Harden (1) during the first quarter at Wells Fargo Center. Mandatory Credit: Eric Hartline-USA TODAY Sports
Eric HartlineUSA TODAY Sports

Los Dallas Mavericks llegaban a Filadelfia en plena ola, habiendo ganado 8 de los últimos 10 partidos y, entre ellos, dos últimas tremendas victorias en Boston y Brooklyn. Un triunfo en la ciudad del amor fraternal habría colocado todos los focos de la liga sobre ellos. No todas las semanas se ve a un equipo ganar de forma consecutiva en pista de los Celtics, los Nets y los Sixers, ahora mismo tres de los favoritos en el Este para meterse en las Finales. Pero el globo se pinchó esta noche. Philadelphia 76ers fue una montaña demasiado alta para ellos después de haber escalado otras dos igual de difíciles.

La clave del partido estuvo en la defensa de los Sixers, la defensa en zona concretamente. Ese recurso desactivó por completo el ataque de los Mavs por dos motivos. Contra un ataque en zona hay que tirar y los Mavs no tiraron demasiado; y Luka Doncic estuvo muy desacertado. El esloveno, que lleva al menos dos meses a nivel de MVP, tuvo un día nefasto metiendo sólo 5 de los 20 lanzamientos que intentó, incluidos 2 de 10 en triples (además de un 5/9 en tiros libres). En total, 17 puntos, 10 asistencias, sí, pero 6 pérdidas. Pero si nos fijamos en el box score, aparte de Doncic sólo Dinwiddie estuvo también negado (4/12, 0/4 en triples). El resto del equipo tuvo buenos porcentajes. Excepto Trey Burke, que sólo jugó 3 minutos, ningún otro jugador visitante estuvo por debajo del 50% en tiros de campo ni en triples. Pero claro, entre Doncic y Dinwiddie lanzaron el 40% de los tiros del equipo, el 43,7% de los tiros de tres y el 66,6% de los tiros libres. Y así debe ser un día normal, son las dos principales armas en ataque, pero si esas armas no tienen el día y el resto no toman el relevo el equipo se viene abajo.

Enfrente los Sixers jugaron un partido muy serio en el que sobresalió un James Harden que entendió a la perfección lo que necesitaba el encuentro. Fue él quien lideró la escapada de los suyos al inicio del último cuarto con Joel Embiid sentado en el banquillo. Harden anotó o asistió en 15 puntos seguidos para poner el marcador 99-80. El escolta acabó el encuentro con 24 tantos, 7 rebotes y 12 asistencias y mostró un cara más agresiva en ataque que otros días, siendo más incisivo a la hora de buscar la canasta, lo que sin duda ayudó a su equipo en la victoria.

Y aunque Embiid no estuviese en ese parcial decisivo, el pívot volvió a ser el máximo anotador del encuentro (32) y son ya 33 de los 57 partidos que lleva jugados este año en los que supera la treintena de puntos. El camerunés, gran favorito al MVP según todas las apuestas, lidera la tabla de máximos anotadores de la Liga con 30 puntos. De acabar así sería el primer pívot en llevarse el título de máximo anotador desde Shaquille O'Neal y el primero en promediar 30 puntos desde Moses Malone. Por cierto, que este ha sido el 19º partido que juega de forma seguida, la tercera racha más larga de encuentros consecutivos en su carrera. Sólo la superan una de 21 este mismo curso y otra de 26 con la que abrió la 2018-19. Que haya disputado 48 de los últimos 50 partidos de los Sixers, y que justo antes se perdiese 9 pero por el coronavirus, no por las lesiones, puede ser una de las mejores noticias del año para unos Sixers que, esta vez sí, parece que pueden ir a por todas.