NBA | NUGGETS 138 - PELICANS 130

Jokic es un gigante

El MVP mete 30 de sus 46 puntos entre el último cuarto y la prórroga para rescatar a un equipo que estaba fuera del partido. La racha de los Pelicans, cortada.

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Jokic es un gigante
Ron Chenoy USA TODAY Sports

Las conversaciones sobre el próximo MVP, cada vez más frecuentes según se va acercando el final de la temporada regular, giran sobre todo en torno a Joel Embiid. El pívot de los Philadelphia 76ers está jugando seguramente la mejor temporada de su carrera. Pero el camerunés no es el único candidato que suena últimamente. Nombres como los de DeMar DeRozan, Ja Morant o el incombustible Giannis Antetokounmpo también aparecen. Incluso Luka Doncic, que lleva el último mes y medio a un nivel estratosférico. Muchos candidatos que demuestran que este año el nivel de baloncesto de las estrellas de la NBA está siendo alto. En toda esta lista hay un nombre, quizá el único, que lleva ahí desde el primer día y que no ha desaparecido ni uno solo. Quizá por eso a veces se nos olvide que la temporada de Nikola Jokic, actual MVP de la NBA, es de las cosas más alucinantes que están sucediendo.

Los Denver Nuggets, sin su segundo mejor jugador (Jamal Murray) durante toda la temporada y sin su tercero mejor (Michel Porter Jr.) durante gran parte de ella, están sextos del Oeste con un récord de 38-26, a una victoria del quinto puesto, a dos y media del cuarto y cinco de la segunda posición. Todo ello básicamente gracias al gigante serbio, que promedia 25,8 puntos, 13,8 rebotes, 8 asistencias, 1,4 robos y un 57,1% en tiros de campo, números que no ha alcanzado nadie en una temporada completa en toda la historia de la NBA. En días como hoy, en victorias como la de esta noche ante los New Orleans Pelicans, uno recuerda por qué Jokic fue MVP y por qué podría volver a serlo perfectamente por segundo año consecutivo. De hecho, si lo piensas bien, quizá fuese lo más justo. Si es que esa palabra se pueda aplicar a un premio individual en un deporte colectivo.

Los Nuggets, que llegaron a ir ganando por 21 puntos en el primer cuarto, vieron como su ventaja se desvanecía poco a poco hasta que los Pelicans conseguían ponerse por delante en el tercer parcial. El equipo de New Orleans ya no es un cualquiera. Venían de ganar sus últimos cuatro partidos por una ventaja de 26,8 puntos. Y venciendo a equipos como Phoenix o Utah. Cuando en el tercer cuarto los árbitros echaron a Mike Malone, entrenador de los Nuggets, por dos técnicas, unido a otras dos a DeMarcus Cousins y Bryn Forbes, vieron como la ventaja del rival se iba a los dobles dígitos. Totalmente fuera del partido, la victoria estaba en serio peligro. Lástima para los Pelicans que enfrente estuviera el pívot serbio.

Jokic se puso manos a la obra, haciendo absolutamente de todo. Y en eso sí que es el mejor. No hay ningún jugador actualmente que pueda hacer de todo tan bien como él. Acabó con su 17º triple-doble de la temporada: 46 puntos, 12 rebotes y 11 asistencias, además de 3 robos, 4 tapones, un 72,7% en tiros de campo, un 60% en triples y un 91,7% en tiros libres. Es su segundo triple-doble de 40 puntos, cuando el resto de jugadores de la franquicia de Colorado habían hecho algo así una sola vez (Micahel Adams en 1991). Fue Jokic quien empató el encuentro desde la línea de personal a 3,5 segundos del final. No le tembló el pulso. Y fue él quien casi evita la prórroga con un robo in extremis y asistencia a Jeff Green, pero el lanzamiento de éste fue fuera de tiempo. Después, en el tiempo extra, un triple a 1:30 del final dejaba muy tocados a unos Pelicans que se pusieron 126-130 y que ya no volvieron a anotar, encajando un parcial de 12-0. "Ha sido un partido ganable que hemos dejado escapar", decía después C.J. McCollum. Los 30 puntos de Jokic entre el último cuarto y la prórroga opinan igual. El partido era de los Pelicans, pero se les cruzó un MVP por el camino.