Crítica interna y externa al "distante" Zion Williamson

Zion Williamson, máxima estrella de la generación de 2019 en la NBA y principal jugador de los Pelicans en este tramo de su historia, no ha debutado esta temporada por una lesión de la que se ha explicado bien poco para la relevancia que tiene y, entrando en la última franja del curso, lo más probable es que no vaya a jugar minutos en los partidos que quedan. Temporada en blanco o no, preocupa dentro y fuera de la franquicia qué pasa con el potente jugador de Salisbury, en constante tensión con los directivos y con un entorno que presiona para sacarle de allí ya.

La plantilla ha tenido cambios importantes esta temporada y el último, quizá, sea un nuevo impulso para el futuro, pero a Zion se le ha notado desligado del tema para dar una muestra más de su desafección. A una interesante alineación con Graham o Valanciunas, sumando a otras piezas jóvenes como Hayes o Jones, se une la versión sana de Brandon Ingram, el alero que era la segunda opción tras Williamson cuando ambos estaban disponibles, y una nueva estrella, C.J. McCollum, pero la recepción de un jugador a otro no se ha producido hasta que la opinión pública se ha echado sobre Zion por su falta de interés en que la relación progrese adecuadamente.

En ESPN trabaja uno de los ex-compañeros de Zion en los Pelicans, J.J. Redick, que coincidió con él entre 2019 y 2021. En el programa First Take, en el que es analista, habló sobre su experiencia con Williamson a raíz de lo mal que había quedado su reputación por ni siquiera interesarse en el traspaso de su equipo para conseguir a C.J. McCollum, sacado de los Blazers tras nueve temporadas: "Todo esto me parece un poco loco. Hay un umbral de decoro que tienes que mantener con cualquier compañero. Yo nunca he sido el mejor jugador de los equipos en los que he estado, pero siempre hablaba con los demás si había posibilidades de traspaso o de que alguien fuera cortado". El que fuera gran tirador en NCAA y NBA apunta los nombres de Ersan Ilyasova o Wes Matthews para sostener su teoría sobre los que pueden ser compañeros o los que ya lo son: "Esto demuestra una total falta de intención en lo que se refiere a plantilla, franquicia y ciudad. Entiendo que esté dolido porque está fuera del equipo, pero acabas de recibir a uno de los 50 mejores jugadores de la Liga y a un jugador con el que vas a tener que hacer pareja. Llámale y habla con él. Esto es un patrón que estamos viendo día tras día con Zion. Yo fui su compañero y puedo describirle como un chico distante. Pero esto es un estándar básico de humanidad, es lo mínimo que se espera un jugador que acaba de ser traspasado a tu equipo". Esta soflama contra el '1' de los Pelicans llegaba unos días después de que McCollum admitiera en TNT que, desde que llegó a NOLA, no había hablado con Williamson. Posteriormente a las palabras de Redick se confirmó en otro programa de ESPN, de la mano de Malika Andrews en NBA Today, que Zion contactó con su nuevo colega de los Pelicans para arreglar el desaguisado y charlar con él.

El revuelo se multiplica en Luisiana con otro asunto, algo más concreto pero con conclusiones menos claras. En el correo electrónico en el que los Pelicans avanzan la campaña de abonos de cara a la temporada 2022/23 no hay ni rastro de Zion, con contrato en vigor para dicha campaña, y sí de varios de los miembros importantes de la plantilla como los mencionados McCollum, Valanciunas o Ingram. Un traspaso no es descartable pese a que hablemos de uno de los jóvenes más brillantes que han llegado a la NBA en la última década.

Zion, de 21 años, está teniendo un mal inicio de carrera profesional. Sólo ha disputado 85 encuentros de los 203 que ha tenido su equipo. Sus medias son muy destacadas (25'7 puntos, 7 rebotes, 3'2 asistencias), pero no tiene continuidad. Se rumorea que podría pasar otra vez por el quirófano para arreglar las molestias en el pie que arrastra desde antes del verano de 2021, en el que fue intervenido en quirófano de este problema. Su desajuste de peso no ha ayudado a aparcar la lesión. Tampoco ha estado comprometido con la rehabilitación. La fractura de su pie derecho sigue sin estar cerrada, está viéndose con distintos especialistas y es un tema que va para largo, por lo que su implicación con los Pelicans también ha decidido quedarse en un suspenso por ambas partes. Es un problema enquistado sobre el que aficionados, prensa y el resto de agente de la NBA pondrán el foco durante los próximos meses.