NBA | SIXERS 117 - PELICANS 107
Embiid deja a Willy sin fiesta
Partidazo de Willy (29+10), que consigue la mayor anotación de su carrera pero cede ante un Embiid que sigue casado con la épica: 42+14+4, con 4 tapones.
Willy Hernangómez anotó 24 puntos en dos ocasiones durante su primera temporada en la NBA. La primera fue con los Spurs y la segunda contra los Raptors, en marzo y abril de 2017 respectivamente. Desde entonces, el pívot español jamás se había acercado tanto a esas cifras, aunque siempre demostró que, cuando jugaba, iba a producir mucha estadística en los minutos que le dieran. Eso sí, su capacidad para ser efectivo en ataque es inversamente proporcional a su actitud defensiva, que mezcla su propia indolencia con la impotencia que provoca en sus entrenadores. Willy, por ese motivo, llevaba hasta 9 partidos sin jugar con los Pelicans, pero la baja de Jonas Valanciunas y los problemas legales de Jaxon Hayes (denuncia por abuso doméstico y resistencia a la autoridad hace apenas unos días) provocaron que regresara para ser titular e hiciera el partido de su vida en anotación: 29 puntos y 10 rebotes nada menos que ante Joel Embiid.
La fiesta no fue total para los Pelicans, que empezaron por delante y mandaron durante muchos minutos, pero no consiguieron la machada. En la primera jugada del partido, Joel Embiid atrapaba el rebote defensivo, se recorría toda la pista y anotaba en suspensión sin que nada le detuviera y ningún jugador de su equipo tocara el balón. En otras palabras, la representación de lo que son ahora mismo los Sixers, que suman (con esta), 12 victorias en los últimos 15 partidos: un equipo que escala posiciones en la Conferencia Este (27-19, sextos a un partido de los Cavaliers, quintos) y está en unas sensaciones fantásticas, pero es muy dependiente de un Joel Embiid que está en su prime y se ha encargado de equipos realmente excelsos en esta racha. Que le pregunten a los Heat.
Willy llevaba 13 puntos en el primer cuarto y 21 al descanso, pero Embiid se hartó rápido. Al final, 42 puntos (24 en la segunda mitad, en la que sí anuló a Willy), 14 rebotes, 4 asistencias y 4 tapones para el camerunés, que sigue tocado por una varita y se llevó la ovación del respetable cuando decidió no disputar la última posesión, ya con el duelo sentenciado. Se abrazó primero con Willy, con el que pudo en su ataque pero al que no pudo controlar en defensa, algo que habla muy bien del español, que hizo el mejor partido en anotación de su carrera contra el que puede ser, en estos momentos, el máximo aspirante a Mejor Defensor de la temporada NBA. Embiid, por cierto, es el segundo jugador de la historia de los Sixers con más de 35 puntos y 10 rebotes en cuatro partidos. El primero fue, ojo, Wilt Charmberlain. Y volviendo al duelo: a falta de 7 minutos para el final, los Sixers solo mandaban de uno (98-97). Tras esto llegó la lógica pájara de un equipo que está mal, pero estando mal, solo está a 2 victorias del play-in, un décimo puesto de unos Blazers que no van a contar más con Damian Lillard (parece). Ni, claro, con ganas, ilusión o esfuerzo. Volviendo a Philadelphia: del 98-97 al 110-98 primero, y al 117-107 final. Poco más que añadir.
El máximo anotador de los Pelicans fue, con 31 puntos, Nickeil Alexander-Walker, y hasta 5 jugadores llegaron a los dobles dígitos en el equipo de Willie Green, incluido un Hayes que sí estuvo disponible y se fue a 15+5, pero se quedó en el banquillo en los últimos minutos, en los que el puesto de pívot fue ocupado por Willy. En los Sixers, Tobias Harris demostró que, de cuando en cuando, puede ser un factor diferencial: 33 tantos con 11 rebotes para él. Y, mientras tanto, nos seguimos acercando al cierre del mercado de fichajes (es el 10 de febrero) las exhibiciones de Embiid se suceden, Ben Simmons sigue siendo jugador de los Sixers y Daryk Morey no hace más que filtrar cosas a la prensa con diferentes ideas que están provocando que Twitter se vuelva loco con propuestas inverosímiles y algunas propuestas de cambio más que cuestionables. Ahí se mueve ahora mismo la NBA, en la narrativa de los rumores y del nivel legendario de Joel Embiid. Un hombre que ha impedido la fiesta de un Willy que le ha plantado cara. Y eso, claro, ya es decir mucho.