Laprovittola, de fiasco en el Madrid a héroe en el Barça

Nico Laprovittola volvió a Madrid el domingo por primera vez como jugador del Barça. El base argentino, que a punto estuvo de abandonar el equipo blanco en el verano de 2020 (rumbo al Panathinaikos) pero que se tuvo que quedar ante la inminente salida de Facundo Campazzo a la NBA, no lo tuvo fácil en la capital española. Llegó siendo el MVP de la Liga Endesa en el Joventut y se marchó sin poder despedirse en las semifinales de la ACB por una lesión y sabiendo que no contaba para los planes futuros del equipo madridista. "Para los dos Nicos no era fácil jugar aquí", reconocía Jasikevicius tras el partido a la vez que alababa "la solidez" que habían tenido ambos jugadores en el Clásico (75-85).

Laprovittola jugó ante sus ex su mejor partido en ACB desde que aterrizó en el Barça este verano. Jasikevicius dosificó los minutos de Calathes, recién incorporado a la disciplina catalana tras superar una lesión, y el argentino tuvo que echarse el equipo a la espalda buena parte del partido. Acabó con 9 puntos (aunque 0/3 en triples), 5 rebotes y 6 asistencias (19 de valoración) incluida una por la espalda con Sertac Sanli con el que el base reconoce que "conecta bien". "Hablamos mucho, pero creo que el Barça puede presumir de tener tres bases de muy buen nivel". Su aportación en la cancha fue más. Provocó una falta en ataque de Abalde, cuando el Madrid podría haberse metido de lleno en el partido y controló el tempo a la perfección.

Cuestionado por muchos y con luces y sombras durante su etapa madridista, Laprovittola siempre ha dicho que fueron "buenos años" para él, que tuvo la confianza del equipo y que no se marchó ni mal ni disconforme, aunque sí que reconoce que "hubo cambios y problemas". "Al final, me toca buscarme la vida", comentó tras su estreno oficial con el Barça en la Supercopa.

Laprovittola, que tiene contrato con los culés hasta 2023, se marchó del Real Madrid tras dos temporadas en las que promedió 7,9 puntos y 3,5 asistencias en la Liga Endesa (58 partidos) y 6,1 y 3,5 en la Euroliga (57 partidos) y en el que dio la impresión de no llegar a encajar del todo. El Clásico del domingo, en cambio, fue suyo.