OBITUARIO

Muere Alocén, el autor de la autocanasta ideada por Ferrándiz

Lorenzo Alocén ha muerto a los 84 años. 69 veces internacional, pasó por el Real Madrid y fue el autor de la autocanasta ideada por Ferrándiz, de la que hoy se cumplen 60 años.

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Lorenzo Alocén ha muerto a los 84 años. 69 veces internacional, pasó por el Real Madrid y fue el autor de la autocanasta ideada por Ferrándiz.

El mundo del baloncesto está de luto. Lorenzo Alocén ha muerto a los 84 años. Nacido en Zaragoza el 4 de noviembre de 1937, jugó como pívot y fue una de las referencias del baloncesto español durante varias temporadas. 69 veces internacional, empezó su carrera en el Helios, equipo de su Zaragoza natal, antes de pasar por el Real Zaragoza y luego por el Real Madrid de Pedro Ferrándiz (1961-63). Regresó al Helios, donde estuvo hasta 1965 y fue máximo anotador en la temporada 1964-65 antes de poner rumbo a Cataluña, donde disputó sus últimas siete temporadas repartidas en dos equipos hoy desaparecidos de la alta competición: el Picadero Jockey Club y el Círcol Catòlic de Badalona.

Con la camiseta de la Selección española, Alocén participó en dos Eurobaskets (1961 y 1969) y en unos Juegos Olímpicos, en 1968, alcanzando la séptima posición. A nivel nacional, consiguió dos Ligas con el Real Madrid y dos Copas de España, una con el club blanco y otra con el Picadero Jockey Club. Sin embargo, Alocén nunca pudo conquistar la Copa de Europa: perdió dos finales en dos años consecutivos y abandonó el club blanco en 1963, justo cuando empezaba su época dorada en Europa. Tras su marcha, el Madrid conquistó cuatro de las siguientes cinco Euroligas, convirtiéndose en el equipo más dominante de la máxima competición continental.

La autocanasta ideada por Ferrándiz

Si por una cosa es famoso Lorenzo Alocén es por la autocanasta que anotó por orden de su entrenador, Pedro Ferrándiz. El 18 de enero de 1962 (hoy se cumplen exactamente 60 años) el Real Madrid jugaba en Varese, contra el Ignis, en un duelo correspondiente a la ida de los octavos de final de la Copa de Europa. Los blancos habían ido siempre por delante (36-44 en el descanso), pero la reacción italiana fue mermando su ventaja hasta hacerla desaparecer por completo a falta de 2 segundos para la conclusión, en los que el marcador reflejaba un empate a 80 y una más que probable prórroga.

Como no valía el empate pese a tratarse de una eliminatoria a ida y vuelta (luego sí se aceptaría en tales casos), la prórroga parecía inevitable. Una prórroga que, en un ambiente muy caldeado, pintaba mal para los madridistas, porque Hightower (el mejor del equipo con 27 puntos) se había lesionado, y a Morrison y Sevillano les habían eliminado por cinco faltas. El tiempo extra se antojaba muy complicado para los blancos, por lo que Ferrándiz ordenó a Alocén anotar en su propia canasta. El pívot primero lo celebró y luego simuló sorpresa y decepción, pero luego se supo que fue Ferrándiz el que le ordenó la jugada por temor a que la ventaja fuera mucho mayor en la prórroga.

El lamento ostensible de la equivocación de Alocén (totalmente fingido) es historia pura del Real Madrid, que ganó el partido de vuelta (83-62) dando la razón a Ferrándiz. Los blancos llegaron a cuartos de final y avanzaron hasta la gran final, la primera de las dos que perdió Alocén con la camiseta del Madrid. Fue, además, la primera vez que un equipo que no era del Este alcanzaba la final, en la que cayeron ante el Dinamo de Tiflis en Ginebra en Ginebra (90-83).

Las palabras de Ferrándiz y Alocén

Pedro Ferrándiz y Lorenzo Alocén estuvieron en el Foro Ferrándiz-AS en 2003, comentando la jugada. Ambos protagonistas relataron lo que ocurrió en Varese, un momento histórico e imborrable que es parte de la historia del Real Madrid en particular y del baloncesto en general. En la charla participó Jospeo Lluís, el hombre que dio el pase a Alocén tras el tiempo muerto solicitado por Ferrándiz. La jugada que preparó entonces, claro, fue la autocanasta.

Comenzaba Ferrándiz: "Lo teníamos previsto y habíamos estudiado la jugada antes del partido. Jugábamos en Varese en octavos de la Copa de Europa, era el partido de ida y quedaba la vuelta en Madrid. En el primer tiempo ganábamos 36-44, pero la cosa se puso fea. Hightower estaba lesionado y Emiliano en el banco. A falta de dos segundos metieron la canasta del empate a 80 y eliminaron por faltas a Morrison. Estábamos en inferioridad clara y la prórroga no nos convenía. Pedí tiempo muerto y saqué a Alocén".

Al habla Alocén: "Me dijo: 'Lorenzo, ya sabes lo que tienes que hacer'. Sacábamos de debajo de nuestra canasta y me la pasó Lluís. Emiliano estaba esperando para palmear si la fallaba, pero la metí limpia y fingí celebrarlo. La afición italiana empezó a gritar alborozada '¡Lorenzini, Lorenzini!".

Lluís remata la historia: "Nosotros le agarramos como si se hubiera vuelto loco para que los árbitros no pitaran técnica y anularan la canasta. Pero un jugador del Varese, Toth, empezó a recriminarnos. El público se dio cuenta y empezó a tirarnos de todo". 

Tras lo ocurrido, la FIBA prohibió la autocanasta bajo multa de 1.000 dólares y expulsión de dos años. Como tantas veces en una carrera que, en los años siguientes, le vería ganar cuatro Copas de Europa, Ferrándiz había sido el más listo.