Pedro Ferrándiz (Alicante, 20 de noviembre de 1928) es el entrenador más laureado en la historia del baloncesto español: 27 títulos con el Madrid.
Pedro Ferrándiz (Alicante, 20 de noviembre de 1928) es una leyenda en la historia del Real Madrid y del baloncesto español. Como entrenador del club blanco durante 13 temporadas, en tres etapas diferentes entre 1959 y 1975 (1959-1962, 1964-1965 y 1966-1975), conquistó 27 títulos: 4 Copas de Europa, 12 Ligas y 11 Copas, convirtiéndose en el técnico más laureado de siempre en nuestro país a pesar de haberse retirado con solo 46 años. Un gigante del baloncesto mundial que insertará su nombre en el Hall of Fame de la FEB el próximo 21 de octubre en el Estadio de la Cartuja (Sevilla).
P. ¿Contento de formar parte del Hall of Fame de la FEB?
R. Formar parte del Salón de la Fama de tu país es para estar orgulloso. Sobre todo, teniendo en cuenta que ya estoy en el de Estados Unidos y en el de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA). Es un reconocimiento de mucho honor.
P. Cuando se habla de usted, se subraya que fue un entrenador revolucionario, ¿es cierto?
R. Eso es lo que dicen. Será verdad. Hice del baloncesto la pasión de mi vida. Tuve la capacidad de hacer intervenciones desde el banquillo un poco anómalas para la época, pero siempre en favor del baloncesto. Aprovechaba el reglamento o el propio juego para hacer algún gesto que sorprendiera.
P. ¿Cómo era usted como entrenador? Para aquellos jóvenes que no le conocen.
R. Eso debería ser otros lo que lo enjuicien. Creo que fui un entrenador bastante adecuado para lo que exige la profesión y la prueba es que estuve en un club toda la vida y nunca hubo un sitio en el que prescindieran de mí. Por lo tanto, es para estar muy orgulloso.
P. ¿Y su Madrid? ¿Cómo era?
R. El mejor equipo que ha existido en España, desde entonces hasta ahora. En todos los aspectos. Me hice cargo del Madrid en bancarrota total y, a partir de mi actuación, el club ha tenido un nivel de primerísima línea siempre, optando a todos los títulos posibles. Eso es de lo que más me enorgullezco.
P. ¿Cuánto tuvo que ver para ese éxito su conexión con Raimundo Saporta, vicepresidente del Madrid y presidente de la sección de baloncesto?
R. Saporta era un genio al que el baloncesto le debe mucho más de lo que le reconoce. Mi relación con él tuvo altibajos, como tenía que haberlos, porque los dos teníamos personalidades muy fuertes. Teníamos choques en muchos aspectos, pero siempre fue un gran jefe.
P. Cuentan sus expupilos que era un entrenador muy disciplinado y también un autodidacta, ¿era así?
R. Sí. No coincidí con los cánones de la época ni con las reglas que había en los entrenamientos ni con el comportamiento de los jugadores. Por ejemplo, a los niños les exigía que entrenaran como profesionales. Eso lo lleve siempre a rajatabla, desde que me hice cargo del infantil del Madrid. Para mí eran profesionales y si querían continuar, debían seguir la reglas de profesionalismo, pero sin cobrar ni un duro ni una Coca-Cola gratis, vamos. Esa era la norma que imponía.
P. Se retiró en 1975 con 46 años porque, según usted, los títulos le salían por las orejas, ¿se arrepiente?
R. No. Lo dejé en buen momento, en plena ola de triunfo. La gente guarda de mí un buen recuerdo y creo que acerté.
P. ¿Qué les diría a aquellos que dicen que el baloncesto era más fácil en su época?
R. Cuando pasa el tiempo, la gente dice y siente que el baloncesto actual es más difícil. Pero ahora, por ejemplo, ganar a los rusos es más factible. Entonces, en mi época, vencerlos era una cosa imposible y nosotros lo conseguimos. Así que, en ese terreno, actuamos de forma totalmente inopinada e irrumpimos en el baloncesto europeo de forma imprevista.
P. Es el entrenador más laureado del baloncesto español con 27 títulos. Sé que es difícil, pero ¿Cuál recuerde con más cariño?
R. La primera Copa de Europa que ganamos en 1965. Ese quizá sea el más impactante.
P. Usted entrenó 13 años al Madrid, ¿cuál era su secreto?
"Mi Madrid era el mejor equipo que ha existido en España"
Pedro Ferrándiz
R. Quizá mi capacidad en este deporte. Lo cierto es que para mí, el baloncesto era una cuestión de vida o muerte. Mi profesión. Tanto es así, que cuando me fichó el Madrid, en una asiento de piedra en el Retiro, juré que o triunfaba o me suicidaba. Del dicho al hecho, hay un trecho, claro, pero era mi situación anímica en aquel momento. Afortunadamente, no tuve que hacerlo.
P. De los grandes jugadores que ha tenido la Selección en esta última década como Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes, Llull... ¿a quién le habría gustado entrenar?
R. La verdad, es que a ninguno. Estoy muy orgulloso de todos aquellos jugadores a los que entrené. Estoy seguro de haber sido el impulsor del baloncesto en España. Era una cosa y, cuando yo llegué al Madrid, todo cambió de manera radical. El club no había ganado casi títulos en 20 años y yo le di 12 de Liga. Estoy muy satisfecho de haber iniciado una época muy brillante en el baloncesto del Madrid.
P. Cuando se retiró dejó a Lolo Sainz al frente y dijo que era su sucesor. ¿Cumplió con su legado?
R. Sí. Sí. Tuvo una carrera brillantísima y, en muchas aspectos, superó mi historial. Por ejemplo, con la Intercontinental, que en mi época no existía. Y, luego, ha tenido una trayectoria excelente. Vamos, equiparable a la mía, sin duda.
P. Pablo Laso lleva ya once temporadas y 21 títulos, ¿se le puede considerar también como un entrenador que ha continuado su legado en el club?
R. Por supuesto. Perfectamente. Por los años que lleva en el Madrid y su trayectoria, que va a ser notable, para la historia. Sobre todo, porque aún está en activo. Su capacidad como entrenador no está en duda.
P. ¿Sigue a su Madrid actualmente?
R. Sí. Me parece el equipo potente de siempre, pero ahora otros conjuntos han crecido mucho. Son más competitivos. Antes, el Madrid fue el rey de Europa y ahora es uno más para ganar el título.