Cogen carrerilla los Mavericks. Lo hacen sin Jason Kidd en el banquillo y Kristaps Porzingis en la cancha, ambos de baja por el protocolo contra el coronavirus. Son seis victorias consecutivas, sí, pero también es la forma en la que las han conseguido y contra quién. Las últimas víctimas han sido los Bulls, un equipo al que han cercenado una racha de triunfos todavía mayor. Iban por nueve los de Chicago. Los texanos despejan dudas frente a un rival que se ha mostrado regularísimo en todo lo que va de temporada, nada que ver con los altibajos de Dallas. Con ello, y por el evidente margen de mejora que se les ve, les dará para sonreír una noche más. 

El encuentro, disputado en un American Airlines Center que lo último que había visto era la ceremonia de retirada del '41' de Dirk Nowitzki, terminó 113-99. Los Mavs sólo dudaron en el primer cuarto, lo demás fue pan comido para ellos. 

Más mérito aún viendo a Doncic. El esloveno no está al cien por cien y, pese a ello, llega al triple-doble. Otro encuentro en el que falla demasiados tiros y lo sabe compensar por otro lado; en este caso particular, dando buenos pases de canasta. Pero el verdadero cambio es tener a un buen manojo de jugadores secundarios cumpliendo el papel día sí y día también. Hardaway y Bullock siguen sufriendo en ese papel, pero Brunson no falla, Finney-Smith es un portento, Kleber se crece y puede salir algún otro jugador, como hoy fue Josh Green, el australiano. 

Se les fue la mano a los Mavs al final del primer cuarto, en el que la tendencia parecía ser la de un encuentro igualado. Un parcial de 2-13 para cerrar, con White y LaVine desarmando a triples la defensa local, fue un golpe duro pero nada definitivo. A partir de ahí los Mavs empezaron a fluir de verdad. Una vez recuperado el marcador en el segundo cuarto, llegó una batalla bonita entre Brunson y Ball, con un par de triples visitantes y la aparición de Kleber para seguir contestando desde fuera, que dio paso a lo demás. Dallas, entrando también en el juego de hacer las acciones más bonitas para que el público vibre, sin otro fin. Doncic lo consiguió. El esloveno centralizó el peso y el ritmo, alternando alguna finalización con pases que dejaban a los compañeros dispuestos a acabar jugada. El que mejor aprovechó a Luka fue Green. Esta pareja internacional fue la que desarmó definitivamente a los Bulls. Como ya han hecho en otros partidos, varios triples casi seguidos son los que rompen, lográndolo aquí a seis minutos del final. Los 18 puntos de Kleber y Green, respectivamente, empastaron bien con Doncic, que por un lado acabó con 22+14+14 pero por otro adolecía de un 8/23.