Una de las cosas más llamativas dentro de una temporada llena, por ahora, de cosas llamativas (y de reflejos deformados en el espejo de la COVID) en la NBA, podría ser que Indiana Pacers ha ganado sus dos partidos de regular season a Utah Jazz, el segundo 125-113 y en una muestra clara de cómo se funde la defensa de Quin Snyder en cuanto no está Rudy Gobert, que entró en los protocolos sanitarios y cuya ausencia siempre se alarga sobre un equipo blando sin él, que lleva ya mucho tiempo buscando respuestas para coser las ausencias del pívot, por lesión o cuando los quintetos pequeños del rival obligan a repensar el plan en playoffs.

Ahora en 28-12, los Jazz suman dos derrotas seguidas antes de cerrar en Detroit una gira de cinco partidos fuera. Y no solo no están aprovechando los patinazos de Suns y Warriors sino que tienen a los Grizzlies, el cuarto del Oeste, ya en los talones (a partido y medio). No es inhabitual perder partidos ganables en estas giras a domicilio, pero los Pacers venían de seis derrotas seguidas, son un equipo totalmente en cuadro y se pasaron la segunda parte huyendo de un rival que parecía siempre a punto de adelantarle. Pero el guion más probable, la reacción a tiempo del teóricamente mejor, no se cumplió. Los Pacers ganaron (15-25 ahora) y se dieron una buena alegría. Un 0-12 en el tercer cuarto (para 70-69) pareció anticipar un desastre que nunca llegó. Con 101-97, Justin Holiday enlazó ocho puntos. Los Pacers no dejaron de encontrar formas de escapar de un rival poroso al que no bastó la producción de Bogdanovic (21 puntos), Clarkson (18) y un excelente Donovan Mitchell (36 puntos, 9 asistencias). Sorprendentemente, los Pacers jugaron mejor los momentos calientes, tuvieron más puntería, más energía y templaron la muñeca, que había fallado hasta entonces, desde la línea de personal en los últimos minutos.

Son unos Pacers despertados por la adversidad, con hambre. Con un backcourt de emergencia, el rookie no drafteado Duane Washington (16 puntos, 5 asistencias, triples importantes) y un Keifer Sykes (7+5+4) que es todo energía y movilidad y que ya se ha asegurado su contrato para toda la temporada. Su gran oportunidad NBA con 28 años, las historias de la sexta ola. A eso hay que añadir los puntos de Holiday, que Myles Turner se lució en defensa sin Gobert alrededor y que el regreso de Lance Stephenson ha servido de catalizador de emociones y de generador de sonrisas en Indiana, el lugar donde siempre juega mejor que en cualquier otra parte. El escolta, un jugador tan particular, entró en el primer cuarto con 15-20 y llevó el partido al 33-27 con el que se cerró ese primer parcial. En el último repartió 7 asistencias, castigó a los Jazz jugando pick and roll constantes con Domantas Sabonis y cerró con 16 puntos, 6 rebotes, 4 robos… y 14 asistencias, el techo de su carrera. El que más se aprovechó de ello, en unas zonas propicias sin la larguísima presencia de Gobert, fue Sabonis: 42 puntos, el techo de su carrera, y 6 rebotes. El lituano anotó sus 10 primeros tiros y acabó con 18/22 una noche para enmarcar. Una de sonrisas para unos Pacers que han tenido pocas alegrías tan rotundas como esta en esta temporada horrible para ellos.

PHOENIX SUNS 100-MIAMI HEAT 123

Sin jugar y mientras todo el mundo habla del regreso de Klay Thompson, los Warriors vieron como la jornada del sábado se convirtió en propicia para ellos: a la sorprendente derrota de los Jazz siguió la de los Suns, que también tuvo su miga porque los Heat los arrasaron literalmente pese a jugar en Arizona, con once bajas (entre ellas Jimmy Butler y Bam Adebayo) y en el tramo final de una gira de siete partidos (uno aplazado) a domicilio. Ahora es un 30-9 para los Suns, 29-9 para los Warriors y 28-12 para los Jazz.

Está claro que los Heat (terceros del Este: 25-15) compiten sean cuales sean las circunstancias. Y que son uno de los equipos más profundos de la NBA. Pero resultó sorprendente ver con qué facilidad y con qué brillantez limaron a unos Suns sin tensión defensiva y que pocas veces juntan versiones tan discretas de Chris Paul (9 puntos, 7 asistencias, 4 pérdidas) y un Devin Booker que empezó bien y fue a menos (26 puntos, 5/15 en tiros, 5 asistencias por 3 pérdidas). Pese al regreso de Ayton y Crowder y a los puntos de Mikal Bridges, los Suns ofrecieron una de sus peores imágenes de la temporada a las puertas de una gira de cinco partidos que arranca ahora en Toronto, contra los pegajosos Raptors.

Los Heat lo bordaron. Dominaron el rebote y anotaron triples desde todas partes: 15/30 al descanso, 22/44 al final. Es la tercera vez en un mes que igualan esos 22 que son el techo de la franquicia. Desde el banquillo, Duncan Robinson anotó 8 (8/16, 27 puntos) y Tyler Herro 3 (33 puntos). Con Lowry al mando de las operaciones (14 puntos, 13 asistencias), los tiros de Strus y Martin y la producción total de PJ Tucker y ese hallazgo que es Omer Yurtseven (7 puntos, 16 rebotes, 8 asistencias) los de Spoelstra pasaron por encima de los Suns en una demostración pletórica. La del equipo al que, si está al completo, nadie va a querer tener delante en los playoffs del Este. Al tiempo.