NBA | CLIPPERS 108 - GRIZZLIES 123
Los Grizzlies no paran de ganar
Sin Ja Morant y casi todo el partido sin un Dillon Brooks que se lesionó, los de Tennessee igularon la mejor racha de su historia: 8 victorias seguidas. Van a por el top 3 del Oeste.
Un muy buen equipo gana muchos partidos. Eso es una obviedad. Pero, sobre todo, gana muchos partidos que podría (o incluso que debería) perder. Memphis Grizzlies es, según cualquier medición, un muy buen equipo. La pregunta es si es un gran equipo y cada vez parece más temerario decir que no. En L.A. comenzaron su doblete en back to back (ayer Clippers, hoy Lakers) con una cómoda victoria (108-123) que llegó sin su entrenador Taylor Jenkins, en los protocolos COVID, y sin su estrella, Ja Morant, que descansó por molestias musculares. Sin Steven Adams ni Kyle Anderson. Y durante casi todo el partido sin un Dillon Brooks que se lesionó, un problema de tobillo con pinta fea.
Es verdad que enfrente estaban unos Clippers arrasados por las ausencias, que siguen penando (como es lógico) sin Kawhi Leonard ni Paul George: ahora 19-21, cuatro derrotas en cinco partidos y noveno puesto de un Oeste en el que, es la suerte para ellos, nadie aprieta demasiado por detrás. Pero la cuestión es que, sean cuales sean las circunstancias, los Grizzlies siguen adelante. Sacan partidos, ganan: 27-14 en el ecuador del curso, ritmo de 54 victorias y su mejor momento a estas alturas desde la temporada 2014-15. Los buenos tiempos del grit and grind. Como entonces, ahora llevan ocho victorias seguidas. Si ganan hoy a los Lakers, serán nueve por primera vez en su historia. Han ganado en este tramo a los propios Lakers, a Nets, Suns y Cavaliers. Y, muy significativo, han dejado de mirar para atrás (los Mavs son quintos a cinco partidos) y han puesto la vista en el big three: los Jazz están a uno y medio, los Warriors a tres y medio. Y tienen más cerca a los Suns el mejor equipo de la NBA, que a esos Mavs que son su inmediato perseguidor.
Los Grizzlies tienen las piernas frescas de la juventud sin las penalidades competitivas que esta suele acarrear. Es como un equipo de jóvenes veteranos, con una química fuera de categoría y una profundidad engañosamente grande. Sin Morant y casi sin Brooks, aplastaron a los Clippers (de 44-34 a 56-66 en el vuelco definitivo del segundo cuarto) Desmond Bane, que está en nivel all star (23 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias) y un Jaren Jackson Jr (26 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias, 3 robos, 5 tapones) que ejerció de aglutinador, jugó mucho como pívot puro sin Adams, firmó uno de sus partidos más completos de la temporada y demostró que, tal vez, está rompiendo definitivamente en el jugador que unos cuantos pensaban que ya nunca iba a ser.
El resto lo pusieron Tyus Jones (un base infravalorado: 18+5+5), Melton, Clarke (18+15, excelente al lado de Jackson Jr) y también Santi Aldama, en la rotación interior y con 7 puntos en 20 minutos. Sin desentonar en el ritmo de su equipo, que no es poco. Sin respuestas en cuanto dejaron de entrar tiros por fuera (36-16 en puntos en la pintura al descanso) y con demasiadas pérdidas, los Clippers cedieron pese a los 29 puntos y 8 rebotes de Marcus Morris y los 18 de Reggie Jackson. Les toca, en paños menores, arañar alguna victoria aquí y allá mientras esperan a la caballería. Muy lejos, ahora, del estado de felicidad plena de los Grizzlies, que hoy se enfrentan a unos Lakers también en crecida. Nadie lo habría dicho hace unas semanas, pero apunta a partidazo.