NBA | BLAZERS 117 - MAVERICKS 132

El cádaver de Portland Trail Blazers

Mermados por las bajas y sin juego interior, pero con una actitud nefasta y un Lillard aburrido, los Blazers ni planta cara ante unos Mavericks sin Doncic pero bien liderados por Porzingis.

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El cádaver de Portland Trail Blazers
Soobum Im USA TODAY Sports

No se trata de este partido, en el que podrían tener excusa. Se trata de toda la temporada, de la sensación obvia de que en los Trail Blazers ya solo esperan a que lleguen las decisiones en los despachos, a que cambien cosas de verdad en el núcleo duro. La efervescencia, si es que la hubo más allá de las buenas palabras, de la llegada de Chauncey Billups al banquillo duró poquísimo. Insisto, si es que la hubo. Y después de perder contra los Mavericks de forma calamitosa (117-132… y gracias), el equipo de Oregón está 13-20. A siete partidos del 50%, con solo seis franquicias peores en toda la NBA. Si era el año de buscar el paso adelante que se resistía con Terry Stotts… lo que se han dado son un par de pasos atrás. Y eso, en este punto de la era Damian Lillard, era algo que, sencillamente, los Blazers no se podían permitir.

Esta vez, sí, pueden escudarse en las bajas. CJ McCollum todavía no ha regresado tras su problema pulmonar y la COVID ha dejado la rotación en cuadro y sin nada parecido a un jugador interior más allá de Larry Nance. Pero estaba Lillard, y Norm Powell y un lote que incluía a Simmons, Little, el citado Nance, Snell… poca cosa, pero son tiempos así para casi todos los equipos. Y llegaba a su cancha Dallas Mavericks, también arrasados por la pandemia y con seis jugadores en los protocolos, entre ellos Luka Doncic. Y también Hardaway Jr y Kleber. La situación de los Blazers era muy mala, hasta Billups esta aislado, pero el visitante invitaba a pensar en arañar una victoria, en mostrar al menos pelea. Jugaban en casa, tenían a Lillard, no estaba Doncic…

Pero los Blazers demostraron que no tienen pelea en sus entrañas. Nada. Deambularon por la pista, sin rastro de nada parecido a una defensa digna (no suelen tenerla con el personal al completo) y sin demasiado interés por rebelarse. Lillard se quedó en 26 puntos y 5 asistencias con un aburrido 13/14 en tiros libres (solo cinco canastas en juego). Norman Powell anotó 13 puntos con 15 tiros… La nada, un equipo sin alma, sin ganas. Que vio como un pasmarote la actitud mucho más enérgica y saludable de los Mavs, que sí tienen ánimo para plantar cara a la adversidad. Y que, en su caso, sí tenían pívots: anotaron su tope de puntos en la pintura (68) en más de dos años: era un 8-34 en la primera parte, un tramo en el que Kristaps Porzingis se habían inflado: 24 puntos, 4 rebotes. Se fue mediado el último cuarto (con 94-123) y una estadística final de 34 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias. Dwight Powell también aprovechó la anemia interior del rival: 22 puntos, 9/11 en tiros.

Pero no fue solo eso: Brandon Knight, en pleno regreso a la NBA gracias a las compuertas de la pandemia, anotó 18 puntos. Josh Green se fue a 10 asistencias. Todo luces rojas para los Blazers, que tampoco igularon el interés por ganar de Finney-Smith (14+9+5) y Jalen Brunson (14+4+9). Los Mavs (16-17 ahora) anotaron 72 puntos en la primera parte (53-72) con casi un 58% en tiros contra un rival muy mermado pero que no pareció tener nada más, que parece aburrido de sí mismo y que mira con aprensión al estado de ánimo de Damian Lillard. Algo tiene que cambiar en Oregón; algo va a pasar, seguramente, antes del cierre del mercado invernal.