NBA | PACERS 106 - MAVERICKS 93
Caída sabida de Dallas en Indiana
Los Mavericks terminan por los suelos en casa de los Pacers repitiendo los errores que también les condenaron ante los Nets. Porzingis critica con razón.
El partido de los Nets era un ejemplo. También un aviso. Los Mavericks han demostrado que no pueden seguir un reguero que, sobre el papel, parece sencillo. Repetir errores de bulto les ha costado otro partido que tenían en buena posición. Otro bajonazo en el cuatro periodo destroza el esfuerzo de los texanos en casa de los Pacers, que no contaban con Rick Carlisle en el partido contra sus ex por contraer el coronavirus, y deja en muy mala posición a los jugadores que dejaron que ocurriera.
"Ahora mismo apesta ser nosotros. Estamos peleando. La única forma para salir de aquí es arreglar estas cosas", dijo Porzingis al acabar. El letón metió 22 puntos; su compañero Luka Doncic, 27 puntos. Los dos, con buenos porcentajes. Pero no juegan solos. Los problemas a los que se refiere el pívot deben ser los de quedarse en unos pírricos 13 en el último cuarto, advirtiendo una remontada ya conocida porque ante Brooklyn fue un calco, o los de terminar con un 13,8% de acierto desde la línea de tres. Y con secundarios como Hardaway (15) y Brunson (12) también aportando sin cegarse. Todos fallaron cuando llegaron los minutos decisivos y los Mavs se van a casa por el camino de la derrota y con balance negativo (12-13).
Para estos Mavericks cualquier paso hacia delante suponen dos haca atrás, al menos en lo que llevamos visto de temporada hasta ahora. Los Pacers tampoco pasan por un momento boyante, habiendo puesto a sus estrellas a la venta, y supieron sacar de punto a su rival gracias a la fuerza de la defensa y a dos anotadores tan distintos como Sabonis y LeVert para solventar este partido en casa, una victoria con sabor agridulce para un Carlisle que lo siguió desde casa con, seguro, bastante atención.
Qué paradoja que el mal porcentaje en triples lo firmara Indiana en el primer cuarto: 2/11. Sabiendo cómo acabaría todo, lo firmaban. Los locales, pese a su irregularidad en el tiro, iban progresando poco a poco y, gracias algún robo de balón y a tirar buenas contras, llegaron a los ocho de ventaja en el segundo cuarto. Estable, aguantaron un rato con ella. Antes del descanso Dallas se puso por delante incluso y cerró con sólo dos de desventaja. Había partido. De hecho, los Mavs cobraron vida nueva. Estaban en partido al inicio del periodo decisivo hasta que llegó el estallido final, con el 87-87 a ocho minutos de la conclusión. Llegaban tarde a puntear o se les iban en velocidad y en la ofensiva era fallo tras fallo, por lo que la diferencia final fue incluso un castigo severo: 13.