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NBA | THUNDER 95 - LAKERS 116

Sólo era un trámite para LeBron

Los Lakers sacan el segundo partido de 'back-to-back' adelante gracias a un LeBron James sin fisuras: 33+5+6. Davis, lesionado. Oklahoma, floja.

Sólo era un trámite para LeBron
Alonzo AdamsUSA TODAY SPORTS

El subibaja que es esta temporada de los Lakers dejaba la posibilidad de acabar en alto la noche del viernes. El jueves habían caído con estrépito en casa de los Grizzlies y el rival, pese a haberles ganado en el Staples Center hace unas semanas en otra de esos episodios negros del presente curso, era débil como para pensar en que debían ganarle aunque tuvieran elementos potentes en contra. Por ejemplo, que fuera el segundo partido seguido, sin descanso, y en mitad de una gira traicionera, como se ha confirmado. Por ejemplo, que a poco de comenzar se informara de la baja de Anthony Davis para el encuentro, aquejado de molestias de rodilla. Son condicionantes que parecen repetirse, sean de más o menos calado, para que los angelinos no tengan un día relajado y placentero jugando al baloncesto. Aun así, victoria al canto. 

Un extraordinario LeBron James, "increíble" según su entrenador, se calzó la presión junto a las zapatillas e hizo magia con ella. 33 puntos, 5 rebotes, 6 asistencias y 3 robos, rozando ya el top-10 histórico de la Liga en esta última clasificación, para coronarse en OKC. Los Lakers sacaron la victoria con aparente suficiencia (95-116) gracias a la actuación de su rey. 

La clave fue asfixiar a los Thunder por fuera para que ni siquiera el recurso de tirar desde lejos fuera tal. Por dentro, pese a no estar Davis, tampoco hicieron excesiva pupa. Los Lakers siguen jugando estos últimos partidos con pocos tiros de Westbrook, ocho en la noche de hoy, y parece funcionar. En ataque a LeBron se unió gente como Avery Bradley o Austin Reaves como figuras que aportaron una buena cantidad de puntos para dejar atrás a los locales, una tendencia que se dio ya en la primera parte y en la segunda sólo hubo que refrendar. Con ello llega otro partido positivo, aunque sin largas sonrisas y en mitad de este aire tan enrarecido que hay el equipo, para los californianos, progresando con cuentagotas. 

Sin meterse demasiado LeBron llegó la primera buena ventaja de los Lakers, diez tantos en la primera mitad del primer cuarto. Un triple del protagonista máximo más otro de Monk impulsaban más al equipo al término de esta manga, pero quedaba trabajo por hacer. La dirección de juego de Westbrook, unido a una selección brillante de tiro, mantenía los nervios a raya y James sabía que era el momento de pegar otro tirón y dejar el partido en vía muerta. A un 2+1 del de Akron le siguió un matazo de Tre Mann (19 puntos), abriendo las alas como si fuera LeBron, y en ese momento se vio que la megaestrella de los Lakers no iba a pasar ni una: tiro en el poste bajo echándose hacia atrás para callar los alaridos que el público había dado instantes antes con el mate en la otra canasta. Ese +16 fue fluctuando hasta situarse en +29 en dos ocasiones distintas del tercer periodo. Lo malo para los Lakers es que, pese a lo abultado del margen, Vogel no se atrevió a dejar a los compañeros huérfanos de LeBron James hasta que restaban 4:16. Gajes del oficio cuando se está tan en el filo.