NBA | GRIZZLIES 96 - MAVERICKS 104
Los todavía tocados Mavericks tiran de orgullo en Memphis
Victoria de raza para los de Jason Kidd en su visita a los Grizzlies. Con tres tocados y un día después de todo lo que pasó contra los Nets.
Sólo un día después del torbellino que fue el partido de los Nets, y no sólo por lo que ocurrió sobre la cancha, los Mavericks muestran su cara más perra. Los rescoldos de los Grizzlies aguerridos de Marc Gasol y Mike Conley pasaron como un espíritu por el encuentro de este miércoles por la noche en el FedEx Forum a pesar de que el equipo que ahora entrena Jenkins no se parece en nada a aquel. Pero, en el barro, en la pugna, en el orgullo, ganó Dallas. Se deben congratular los texanos de sacar una victoria como ésta a pesar de que en el otro bando no estuviera la gran estrella, Ja Morant, que a su lesión de tobillo ha unido la prohibición de juego para confinarse al entrar en el protocolo contra el coronavirus. Ya tenían los de Kidd demasiado en contra como para pensar en alguien más.
En Tennessee la jornada se resolvió tarde y por pocos detalles. Predominó más la defensa. Le hacía falta un partido más feote a los Mavericks para hacer frente a sus inseguridades, aunque Doncic (10/19) y Porzingis (6/13) estuvieron realmente acertados de cara al aro. Los Grizzlies cedieron en casa por 96-104 y terminan, curiosamente en ausencia de su mejor jugador, una racha de cinco victorias consecutivas.
Para este partido seguía siendo duda el astro esloveno de los Mavericks por sus molestias de tobillo. Pero, como un día antes, jugó. Sus desajustes de peso fueron la comidilla en la jornada anterior, más todavía que el hecho de dilapidar la ventaja que dilapidaron contra uno de los favoritos a ganar el campeonato, pero en estos casos lo que hace un jugador de su nivel es callar, bajar la cabeza y sacar lo mejor de sí en la siguiente oportunidad. Exactamente lo que pasó. Además tuvo la virtud de, viendo que otros habituales en la anotación como Hardaway o Brunson sí que pasaban problemas, meter bien en la rueda a Bullock, empresa que no está siendo nada fácil, para que ayudara con tiros exteriores. Los Mavericks necesitaron cada punto y resolvieron en los cinco minutos finales.
Cualquiera que viera la primera mitad y apagara la televisión pensaría que el partido no se podría embarrar más. No confundamos, tuvo buenas dosis de espectáculo en ataque, pero no fueron las principales. Esa persona estaría equivocada: los momentos en los que se decidió el partido fueron una mezcolanza de decisiones arbitrales, piques, rachas aplaudibles y tensión que parecía otro ambiente diferente al de un partido de fase regular de la NBA. Allí firmó Doncic uno de sus tiros ganadores, el más alocado, y se alcanzaron niveles de histeria parecidos aunque no como aquél. En los últimos seis minutos se señalaron seis técnicas, para hacerse una idea. Justo ahí los Mavs dieron el tirón, exprimiendo perfectamente la situación: en cuatro minutos, del +2 al +12 de la mano de Doncic, con dos triples, dos acciones de Bullock y dos pequeños aportes de Porzingis y Brunson. Los Grizzlies en los que juega Santi Aldama (2 puntos), superacelerados, no midieron bien su fuerza y se quedaron sin opciones por su propio demérito. Doncic (26) y Porzingis (19) dejaron buen sabor de boca pese a que los dos andan renqueantes físicamente y después de una derrota complicada de gestionar, también por el poco tiempo que había hasta esta cita, y con ellos Dallas corta conversaciones nocivas y dinámicas negativas.